Las internas ya pasaron y fueron la culminación de un largo proceso que insumió mucho esfuerzo militante. Tanto, que muchos compañeros sintieron en carne propia los coletazos de semejante trayecto. Pero, el resultado valió la pena, porque fue la comprobación del potencial frenteamplista al que tanto le temen y que es parte de su esencia como coalición y movimiento.
Porque fue esa pata fundacional de la fuerza política de izquierda la que la volvió a colocarla en la cima del podio electoral confirmando -en números absolutos- que es la mayor fuerza política del país y la única capaz de levantarse tras una derrota y ser hoy la alternativa real de cambio. Ahora viene otro partido, donde los frenteamplistas sabemos jugar y tenemos las herramientas intactas para disputarlo: la unidad en la diversidad. Esencia y sustancia del colectivo que nos legaron los fundadores de 1971.
Habemus fórmula, pero, sobre todo, habemus Frente Amplio!!
Si en la última administración frenteamplista cometimos errores, los confirmamos con una muy mala campaña electoral donde lejos de corregirlos los aumentamos. Errores que pagamos caro con el resultado electoral adverso que nos sacudió a todos los frenteamplistas sin excepciones.
Tras ese duro golpe, algo aprendimos y fue a procesar esas equivocaciones políticas para no repetirlas y transitar un recorrido que contemplara los flancos que no supimos atender siendo gobierno. Para ello se necesitaba una planificación y alguien que la ejecutara. En eso, también se aprendió y se demostró madurez política al punto que se eligió a un presidente que tomó las riendas y encaminó a la fuerza política. Hoy podemos afirmar con absoluta convicción que la gestión de Fernando Pereira ha sido fundamental en la recuperación de la militancia y el encausamiento de todo el Frente Amplio hacia un único objetivo que es el de volver a ser gobierno para consolidar ese ciclo progresista que nunca debió interrumpirse.
La acción impuesta desde la cúpula del Frente Amplio fue un significativo cambio en la conducción que permitió recomponer filas y alinear a toda la fuerza política en base a una planificación que entendió que había que escuchar primero y enfocarse después. Una conducción política necesaria que le devolvió credibilidad y que contempló la voz de los frenteamplistas. Si el repunte del ballotage fue una señal, la misma se confirmó con la recolección de firmas contra la LUC, donde contra todo pronóstico se estuvo a poco de concretar el objetivo. Señales que luego generarían propuestas como “el Frente te escucha” que permitió recorrer el país para conocer lo que no supimos oír a tiempo. Todo un proceso de resiliencia política que se ha ido consolidando y dando frutos que empiezan a madurar en la opinión pública.
Las fotos, la película y la campaña electoral
Las encuestas de opinión son las fotos que van generando los cuadros de una película que se termina con la elección nacional de octubre. Esas instantáneas han ido permeando, de forma contundente, una tendencia que empuja a creer que habrá cambio de gobierno y que el cambio será con el Frente Amplio.
La campaña electoral cerró su primera estación con la elección interna que dejó como resultado la confirmación de la supremacía electoral del Frente Amplio como primera fuerza, a pesar de interpretaciones multicolores que dejaron -hace tiempo- de ser partidos independientes, cuyo único y principal objetivo es que no gane el Frente Amplio.
Pues lamento decirles que para ellos son muy malas noticias porque no solo el Frente Amplio goza de muy buena salud, sino que ha sido capaz de construir la mejor fórmula tras los resultados obtenidos el pasado domingo 30 de junio. Una fórmula que lejos de lo que muchos predecían se confirmó sin fisuras y con la alegría de asumir la posición que les diera el pueblo frenteamplista con su voto.
De nuevo fue la unidad en la diversidad el valor a destacar en una instancia electoral donde cada uno eligió al compañero para darle la responsabilidad de representarnos a TODOS los frenteamplistas.
La definición de la Mesa Política fue por aclamación y el candidato electo aceptó con alegría manifiesta la propuesta de Carolina como compañera de fórmula. Los errores del pasado no se repetirían, al menos no en el Frente Amplio.
Lo que vino luego fue una caricia a todos los que estuvimos en Colonia y Ejido, al ver a los candidatos fundidos en un fraterno abrazo para sellar públicamente la fórmula que nos devolverá al gobierno.
Unir a todos los uruguayos
Yamandú tuvo un discurso digno de un estadista, siguiendo la huella de Pepe fue por una arenga unitaria pensando en el día después para un país que no admite ninguna grieta. Un país para todos, gobernado por un presidente que represente a todos, aún a quienes no lo voten. Un gobierno que no busque aplastar al adversario sino gobernar con el adversario para construir un futuro mejor para todos los uruguayos.
Y si en la previa ya no teníamos dudas de que Yamandú tiene a la unidad como premisa (así lo demostró en su abrazo en La Paz en un alto de su caravana con destino a Las Piedras y lo reafirmó en el discurso final del Palacio Peñarol), lo confirmó el mismo domingo tras conocerse los resultados.
Hay mucho para hacer, mucho para reconstruir, mucho para tejer en un escenario que no se puede permitir ninguna grieta, porque nos necesitamos todos. Y es precisamente en ese escenario donde hay que establecer las diferencias gestionando los recursos para devolver al ruedo a miles de uruguayos que han perdido pie en estos años. Esa debe ser una de las principales tareas a ejecutar, para que no haya más excluidos ni relegados en una sociedad tan chica que tiene lugar para todos en mejores condiciones que las que hoy tienen.
No será sencillo, tampoco será inmediato, pero habrá que poner rumbo cierto para hacerlo posible.
Se vienen tiempos buenos para el Uruguay, no será sin resistencias pues la derecha encaramada en el poder no querrá soltar los privilegios sin dar pelea. Pero como nos pidió Tabaré, los frenteamplistas no nos rendimos y mucho menos tras consagrar la mejor dupla política que puede tener el escenario político actual.
Habemus fórmula, la mejor fórmula, y ellos lo saben…
el hombre se abrazó a la compañera,
el perro ladraba por toda la cuadra…
Fernando Gil Díaz – «El Perro Gil»