En la ocupada Jerusalén oriental, no sólo se verifican los ataques sucesivos y mortales de Israel, allí también se producen bloqueos a los mensajes que se suben a redes sociales y que permiten conocer, de forma directa, algunos de los efectos de las acciones israelitas sobre la población palestina.
Según reporta KaosenlaRed, “los contenidos subidos a las redes sociales en relación a los recientes hechos acaecidos en la mezquita de al-Aqsa y el barrio de Sheikh Jarrah en Jerusalén oriental fueron censurados de una forma u otra”.
Las prohibiciones no han sido argumentadas por los portavoces de estas redes, quienes solo han emitido una “discreta” excusa al afirmar que se trata de “un error”, por el cual “piden disculpas por las molestias”.
La importancia de las redes sociales, para dar a conocer la situación del pueblo palestino, ha sido resaltada por la organización Voz Judía por la Paz, quienes, en un video en su cuenta de Twitter, mostraban a la activista palestina Muna El-Kurd, explicando la importancia del acceso a las redes para la causa de su pueblo:
“Dependemos de la gente honorable que expresa su solidaridad con nosotros, personas que diariamente tuitean #SaveSheikhJarrah (…) Incluso el tweet más corto es un tesoro”, afirmaba El Kurd.
“Durante la semana pasada”, añade el portal de noticias, “varios palestinos pudieron documentar sobre el terreno, tanto la brutalidad de la policía israelí, como la violencia de los colonos”.
La documentación, que circula en redes, ha permitido visibilizar diferentes muestras de solidaridad con los habitantes palestinos en el territorio ocupado por Israel.
“En todo el mundo hubo respuestas a través de las redes sociales que se posicionaron a favor de la defensa de las casas palestinas”, estas muestras de solidaridad se evidencian en que se compartiera “la información sobre Sheikh Jarrah y el asalto a la mezquita de al-Aqsa, así como sobre la incesante limpieza étnica de Palestina”.
Fue justamente, a partir de la circulación de estos contenidos que se produjo la acción de censura por las mismas plataformas donde se publicaran.
Como ejemplo de lo anterior, el portal de noticias, menciona a Instagram que “deshabilitó la semana pasada la cuenta de Muna El-Kurd, y a su hermano, Mohammed El-Kurd” y les borraron sus comentarios, al tiempo que se los amenazó con cancelarles las cuentas.
Ha correspondido a los grupos de apoyo a Palestina informar “que las empresas propietarias de las redes sociales les han estado borrando contenidos alegando que violaban las normas de la comunidad o por considerarlos expresiones de odio”.
Se reportan así, “cuentas suspendidas o desactivadas” y la definición, mediante etiquetas aplicadas a los contenidos como “sensibles”, una modalidad de “censura” que “normalmente se reserva para las fotos y vídeos que contienen violencia o imágenes denigrantes”.
En el caso de Facebook, informó Mohammed El-Kurd, “el grupo de Facebook “Salvemos Sheikh Jarrah” también fue desactivado”.
Las informaciones de acciones de bloqueo o censura se centralizan en Instagram y Twitter, aunque también Facebook e incluso TikTok han impuesto algunas restricciones.
“En Instagram, durante el fin de semana no se podían encontrar los hashtags relativos a la mezquita de al-Aqsa, Sheikh Jarrah y Jerusalén”.
“Esta red social”, declaró Buzzfeed, “etiquetó los contenidos sobre la mequita de al-Aqsa como asociados a la “violencia u organizaciones peligrosas”, cuando esta etiqueta se reserva normalmente para los grupos terroristas”.
Hasta el momento cerca de 22 organizaciones han firmado una carta, donde se exige a Facebook y Twitter que reinstauren las cuentas afectadas y “dieran una explicación, teniendo en cuenta, además, que estas violaciones a la libertad de expresión no se limitan a los usuarios palestinos, sino también, a muchos otros en todo el mundo que usan las redes sociales para crear conciencia sobre la grave situación de Sheikh Jarrah”.
Uno de los firmantes de la misiva, Nadim Nashif, fundador y director de 7amleh (Centro Árabe para el Avance de las Redes Sociales), señaló a KaosenlaRed,” que las organizaciones de derechos digitales habían recibido en torno a 200 notificaciones de censura en las redes sociales relativa a los recientes acontecimientos en Palestina”, pero que estima “que el número real podría contarse por miles, ya que muchos usuarios afectados por la censura no lo han notificado”.
Al ser consultado sobre estos hechos, el portavoz de Twitter declaró que “nuestros sistemas automatizados actuaron sobre un pequeño número de cuentas por error debido al filtro automatizado de spam (…) Estamos siendo expeditivos en revertir esta acción y reinstaurar el acceso a las cuentas afectadas, algunas de las cuales ya lo han sido”.
Por su parte, Facebook, propietario de Instagram, afirmó en un comunicado que “sabemos que ha habido varios temas que han afectado a la capacidad de la gente para compartir contenidos en nuestras apps, incluyendo un bug técnico que afectó en todo el mundo y un error que restringió temporalmente la visualización del contenido de la página con el hashtag de la mezquita de al-Aqsa. Aunque ambos asuntos se han arreglado, no deberían haber sucedido. Pedimos disculpas a quienes no pudieron llamar la atención sobre eventos importantes o pensaron que fue una suspensión deliberada. Esta no fue nunca nuestra intención”.
“Estas acciones de censura”, recuerda el medio de noticias, “en redes sociales de los medios palestinos no es un fenómeno nuevo. La investigación de 7amleh reveló la significativa cooperación de los gigantes tecnológicos con Israel en este asunto”.
De acuerdo al informe de 2020 de 7amleh, “la Unidad Cibernética del Ministerio de Justicia de Israel es quien manda las peticiones de borrado a las compañías tecnológicas basándose en supuestas violaciones de leyes nacionales o de las normas de las redes sociales”.
El mismo informe, recuerda que “la ministra israelí de Justicia, Ayelet Shaked -la misma que hace unos años declaró públicamente que había que matar a todas las madres palestinas-, dijo que “Facebook, Google y YouTube cumplen con el 95% de las peticiones de Israel para borrar contenido que el gobierno dice que incita a los palestinos a la violencia”.
Un dato espeluznante que muestra “que tienen el punto de mira sobre los contenidos palestinos y que intentan que se los etiquete como incitación a la violencia”.
Los intentos de censura son desarrollados desde el propio gobierno israelí, al tiempo que, “algunas ONG’s también animan a los ciudadanos a participar en estos intentos de censura a la información palestina remitiendo sus propias peticiones”.
De acuerdo a KaosenlaRed, el pasado mes el Tribunal Supremo de Justicia contra la Unidad Cibernética, rechazó una petición de 2019, realizada por el Centro Legal para los Derechos de la Minoría Árabe en Israel y la Asociación para los Derechos Civiles en Israel, donde se denunciaba que los mecanismos existentes violaban derechos constitucionales a la libertad de expresión.