Nuevos enfrentamientos entre palestinos y fuerzas de seguridad israelí produjeron, de acuerdo a datos de la Media Luna Roja, dos palestinos heridos..
El pasado jueves, recuerda la agencia Telesur, durante “una nueva operación militar”, las fuerzas ocupantes asesinaron a tres palestinos en la ciudad de Naplusa, Cisjordania.
Los rostros de estos tres palestinos, denunció el Ministerio de Salud, “estaban completamente desfigurados a causa de las impactos de balas”,lo que dificultó el proceso “de identificación de los fallecidos”.
En dicha oportunidad, se explica, “un grupo de militares israelíes ingresaron encapuchados al barrio de al-Yasmina y rodearon una casa mientras grandes vehículos de las fuerzas procedían a irrumpir en la Ciudad Vieja”.
Los relatos de los testigos, son consistentes en que los soldados sionistas “abrieron fuego contra una casa, mientras impedían la llegada de los equipos de rescate y médicos palestinos a la zona del ataque.
Además de los ataques a las ciudades palestinas de Naplusa y Yenín en el norte del territorio ocupado de Cisjordania, el Estado sionista realiza de forma sistemática demoliciones de viviendas.
Este tipo de accionar ha llevado a reconocer que durante este primer trimestre de 2023, las “infraestructuras atacadas por los sionistas” aumentaran un 46 por ciento respecto al año anterior.
De acuerdo a información proveniente de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Palestina, “solo en el primer trimestre de 2023, las autoridades israelíes demolieron o confiscaron 290 estructuras palestinas en Cisjordania, incluyendo en Jerusalén Este”.
Como consecuencia de este accionar, “413 palestinos fueron desplazados, incluidos 194 niños” y afectaron el desempeño de “los medios y servicios básicos para más de 11.000 personas”.
Junto a los ataques a infraestructuras, se reporta un crecimieno en el número de desplazados que llega a ser un 78 por ciento más alto que los ocurridos en 2022.
Los datos de la OCHA, señala Telesur indican que “de 102 edificaciones, el 35 por ciento de las atacadas por las autoridades israelíes eran residenciales”.
En los ataques a edificaciones no residenciales, 188 estaban “destinada para apoyar a la agricultura, el pastoreo, el comercio en las comunidades, los refugios de animales, los depósitos, entre otras con fines semejantes”.