La lucha paga: en Perú ganó el pueblo

Por Rony Corbo

El 19 de julio, día histórico para nuestro continente, cuando se celebraba el 42 aniversario de la Revolución Sandinista, en Perú, capital del primer virreinato de Sudamérica, Pedro Castillo es proclamado presidente.

Esta proclamación cambia por completo la realidad política peruana y tiene un enorme impacto a nivel continental, con un triunfo de la izquierda a domicilio del Grupo de Lima y de la Fundación para la Libertad (FIL), encabezada por Vargas Llosa, financiada por el Partido Republicano de los Estados Unidos y el Partido Popular español, con participación de toda la derecha continental, Lacalle Pou incluido, que saludo a desgana al presidente electo de Perú.
Luego de seis semanas de lucha en las calles, entre amenazas de golpe de estado, intento de compra del Jurado Nacional Electoral, Pedro Castillo fue proclamado presidente. El triunfo de Castillo, un maestro y campesino de la región andina peruana, es el triunfo del pueblo descalzo, del indígena, del campesino, por sobre la elite blanca limeña, la oligarquía peruana, que desde la conquista de Pizarro ha dominado el país de Atahualpa, que hoy renace en la tierra del sol.
Castillo ganó con el 50,12% de los votos, algo más de 44 mil votos por encima de la derechista Keiko Fujimori, quien durante más de un mes intentó torcer la voluntad popular, que finalmente y en las calles se impuso, comprobando una vez más que son los pueblos con su lucha quienes determinan su historia y construyen las victorias.
El 28 de julio es una fecha importante en Perú. El 28 de julio de 1821, hace 200 años, la gesta por la independencia, con un papel importante de José de San Martín, tiene un momento trascendente con el llamando a un proceso constituyente. Posteriormente, Simón Bolívar acude para terminar la lucha y la expulsión definitiva de los realistas españoles, con ayuda de José de Sucre.
Para festejar el bicentenario Pedro Castillo asume la presidencia del Perú, y se proyecta hacia un nuevo proceso constituyente en el país andino que, 200 años después, avanza en su lucha por la independencia de otro imperio, el norteamericano.

Castillo saludó al Perú “profundo

“Llamo a la más amplia unidad para abrir las puertas del próximo Bicentenario. Traigo el corazón abierto para todos, aquí en este pecho no hay rencor. Compañeros y hermanos, primero está el Perú”, señaló Castillo, en un discurso tras conocerse su proclamación oficial. “Invoco a los contendores políticos a acercarnos. Invoco a la lideresa de Fuerza Popular, a la señora Fujimori, que no pongamos más barreras en esta travesía, no pongamos más obstáculos para sacar adelante este país”, sostuvo.
Castillo prometió “un gobierno de todas las sangres, sin discriminación alguna, donde nadie se quede atrás”. Tuvo palabras de apoyo y reconocimiento para las poblaciones indígenas, para “los hombres y mujeres del Perú profundo”, a quienes les aseguró que gobernaría para defender sus derechos. “Así como nosotros confiamos en ustedes, pido la lealtad de este pueblo con nosotros, pido el esfuerzo y el sacrificio, que compartiremos juntos en este esfuerzo para hacer un Perú más justo, más digno y más unido”, prometió Castillo.
Castillo, maestro rural de 51 años que salió del anonimato hace cuatro años al liderar una huelga de magisterio, agregó en Twitter: “Convocamos a los pueblos afro, costeños, andinos y amazónicos, a la clase trabajadora y sus gremios, a las comunidades nativas, campesinas y a toda la sociedad para hacer de esta patria hermosa. Hoy, hermanas y hermanos, inicia una nueva etapa en nuestra historia”.

Pierde la derecha neoliberal y el imperialismo

Tras un quinquenio de convulsiones políticas que llevaron a Perú a tener tres presidentes en cinco días en noviembre de 2020, el Perú parece empezar a poner fin a las consecuencias de las políticas de los gobiernos neoliberales que hambrearon a su pueblo, en una crisis casi perpetua, agravada con la pandemia del COVID.
La victoria de Castillo es una nueva derrota del proyecto de reestructuración y expansión capitalista neoliberal encabezado por el imperialismo norteamericano, que intenta mantener el control de su patio tarsero para lograr lo imposible, mantener su hegemonía mundial hoy desafiada por China y Rusia.
Como decíamos, otro de los grandes perdedores es la Fundación para la Libertad (FIL) encabezada por Vargas Llosa que pierde en Perú. La FIL que nació para combatir al Foro de Sao Paulo, pierde con un candidato de un partido integrante de este, Perú Libre de Pedro Castillo, que además estuvo acompañado por todos los partidos peruanos integrantes del Foro de Sao paulo en segunda vuelta, quienes integrarán el gabinete.
La FIL llevó desde Ecuador todo su aparato publicitario y de nuevas redes de la información, su marketing político y su dinero para lo que pensaban sería una segura victoria de la derecha, por más que Keiko Fujimori no era de su agrado. El propio Vargas Llosa llamo a votar a Keiko Fujimori para frenar el comunismo en Perú.
El Grupo de Lima, nacido para enfrentar la izquierda en el gobierno y apoyar a Juan Guaidó en Venezuela, pierde su sede y seguramente su propia existencia.
Otro de los grandes derrotados es la OEA del “topo” Luis Almagro, quien en todo momento intentó y no pudo convalidar un fraude electoral en Perú.

Gana el pueblo trabajador que saludó al “Compañero Presidente”

Gerónimo López Levillano, secretario general de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) fundada por José Carlos Mariátegui, saludó a Pedro Castillo integrante del Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (SUTEP).
“En nombre de la CGTP tengo el grato honor de saludarlo y felicitarlo por su victoria histórica en la segunda vuelta electoral con el respaldo decidido y mayoritario del pueblo peruano que no en vano lo ha ubicado a usted como el presidente del Bicentenario de nuestra independencia. Tenga usted la seguridad que nuestra central de trabajadores y el pueblo peruano no permitiremos que se pretenda desestabilizar su gobierno y la voluntad popular que lo ha ungido a usted como representante de todas las sangres en el máximo cargo del país.
Los trabajadores y el pueblo impulsaremos la más amplia unidad de las fuerzas democráticas, la movilización cívica en defensa de la voluntad popular, la democracia y la gobernabilidad para respaldar su Gobierno que estamos seguros será del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, pues ese ha sido el mandato del soberano que estamos seguros usted sabrá honrar.
Concluyo solicitándole que una vez reciba la investidura de presidente de la República del Perú nos permita llamarlo compañero presidente como expresión del inicio de una nueva etapa en la historia republicana”.
Pedro Castillo intentará impulsar los cambios por los que votó el pueblo peruano, enfrentará grandes dificultades y un parlamento adverso. La derecha neoliberal acentuará su presión, utilizará el obstruccionismo y los medios de comunicación de su propiedad para impedir las transformaciones propuestas o atenuarlas lo más posible.
Solo con la más amplia unidad de las fuerzas del campo popular y con el pueblo como sostén, se podrá derrotar esa ofensiva que en sus formas es nacional, pero es continental en su objetivo de dominio imperial.
Es hora junto al pueblo “de la creación heroica”, con un presidente peruano que se define mariateguista y que esperamos cumpla con su promesa de recuperar la obra del “Amauta” para el Perú del siglo XXI.

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