“El propósito de los medios masivos…no es tanto
informar o reportar lo que sucede, sino más bien
formar a la opinión pública de acuerdo a las agendas
del poder corporativo dominante”.
Noam Chomsky
Tiempos de elecciones, enfrentados al constante uso de los medios de comunicación para que los diferentes partidos y sectores políticos transmitan sus mensajes, los respectivos puntos de vista de la realidad, y sus programas, con la finalidad de llegar a la opinión pública.
Tiempos de inequidad en el uso de los diversos espacios para lograr sus objetivos, observamos las disparidades entre los diversos actores y no debemos olvidar que se ha querido imponer una nueva ley de medios, por el momento postergada, pero con sumo interés de aprobarla en breve, ya que para los intereses de los partidos de gobierno así como para para los grandes grupos dominantes es de vital importancia.
Nueva “Ley de servicios de difusión de contenido audiovisual”, que provoca un retroceso en la normativa de defensa en la libertad de expresión, reduce cuando no elimina la participación social, permite mayor concentración en manos de grandes empresas nacionales, así como la mayor extranjerización, permitiendo la adquisición de licencias de TV y radio.
Quedan relegados aquellos mecanismos que permitían defender los derechos del público en cuanto a contenidos, se elimina el pago que los grandes medios debían efectuar por el uso de frecuencias, así como desplazar a ANTEL del monopolio en internet.
Mayor concentración, incipiente extranjerización con el interés de defender los privilegios de los sectores más poderosos para incentivar la manipulación y desinformación, influenciar con más magnitud las mentes de los receptores y moldear a la opinión pública.
Según la Real Academia Española, la opinión pública es el “sentir o estimación en que coincide la generalidad de las personas acerca de asuntos determinados”. Por otro lado, para Noam Chomsky ”la opinión pública es la tendencia o preferencia, real o estimulada de una sociedad o de un individuo hacia hechos sociales que le reportan interés”.
Para esos medios de comunicación, una mayor concentración les permite manipular con más amplitud a la opinión pública, a los receptores sean individuos o grupos sociales se les hace creer que ciertas acciones o políticas persiguen el objetivo de favorecer sus intereses, cuando la verdadera finalidad de hecho es lograr la de ellos. Las prácticas de manipulación así como la desinformación inciden en el conocimiento social, logrando afectar las normas, la ética y los valores usados para evaluar los sucesos y a las personas, y condenar o legitimar acciones.
Pudimos observar en la campaña de las elecciones internas varias de esas estrategias: derivar constantemente la atención hacia la gestión de administraciones anteriores, alabar con ahínco los logros del actual gobierno -que dicho sea de paso contrasta con la realidad-, la crítica acérrima a la oposición de no discutir sobre propuestas programáticas cuando son ellos mismos los que desvían y evitan esa discusión poniendo en la agenda temas para desvirtuar la realidad, y también hay que tener presente los reiterados ataques a la Fiscalía.
También hay que tener presente los espacios adjudicados en los medios para difundir la propaganda de los diversos sectores. En estos días el periodista Eduardo Preve dió a conocer los espacios contratados por los diversos actores políticos, se refiere solamente en la televisión. Teniendo en cuenta que el segundo se cobra a un promedio de $ 700, hasta la fecha del 14 de junio, habían pautado 65.000 segundos lo que equivale
unos 45 millones de pesos. El Partido Nacional pautó 30.219 segundos(46%); el Frente Amplio 21.800 segundos (33,5%), Partido Colorado 12.982 segundos (20%). El candidato Álvaro Delgado (todas las listas que lo apoyan) contrató casi 13.000 segundos en horario central (cuyo valor es de $1.000 el segundo), el doble que Yamandú Orsi y éste tiene el doble que Carolina Cosse. Por su parte en el Partido Colorado Andrés Ojeda duplica a Gabriel Gurméndez y Tabaré Viera.
Informativos de televisión, programas radiales y espacios en las páginas de la prensa escrita utilizados con esa finalidad, práctica que no es nueva pero será más profunda cuando exista una mayor concentración, todo apoyado con la nueva tecnología mediática, blogueros, youtube, fotos en internet, fuentes anónimas o sin trayectoria conocida, tuits y páginas de facebook.
No hay que ignorar cuando se analiza la influencia de estos medios de comunicación y su influencia en la opinión pública, debemos tener presente algunos principios que en esta estrategia concretó el nazismo, el responsable de propaganda de este régimen Joseph Goebbells definió once, entre ellos:
-Principio de la transposición: cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.
-Principio de orquestación: número pequeño de ideas y repetirlas constantemente, si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en realidad.
-Principio de renovación: emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando se quiera responder, el receptor está interesado en otro tema o problemática.
-Principio de la silenciación: no manifestarse sobre las cuestiones que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario.
Los grandes medios de prensa han variado en los últimos tiempos su forma de encarar su verdadero cometido, hasta no hace mucho ”informar“ era esencialmente proporcionar no sólo la descripción precisa y verificada de un acontecimiento, también el conjunto de elementos que permitan comprender su significación profunda.
Esto ha variado ante la influencia de la imagen, la televisión y otros medios actuales inciden en el concepto de informar, hacer creer que se muestra la historia en marcha, que asistimos en directo al acontecimiento, poco a poco se impone la engañosa ilusión de que ver es comprender.
En este nuevo orden mediático, las palabras o textos no valen como las imágenes, así para los medios de comunicación su medida principal ahora es la instantaneidad, esto hace envejecer a la prensa escrita,
aunque no es del todo así, estos conglomerados mediáticos no la descartan, por tanto debe ser analizada en el conjunto de todos.
Si bien hoy la televisión tiene su relevancia, no está hecha para informar, sino para distraer: la sucesión rápida de noticias breves y fragmentadas producen un doble efecto negativo, la sobreinformación y desinformación. Por tanto, aún está vigente la importancia de la prensa escrita, para profundizar y hacer periodismo de investigación, donde el razonamiento y la demostración cobran mayor relevancia ante la imagen como única opción de “informar”.
En esta realidad quien se pregunte si estamos manipulados, condicionados y/o vigilados, la respuesta es sí.
Cada vez es mayor la influencia dominante del poder de los megagrupos de comunicación y sus actuales técnicas de control social.
Carlos Silva