La Mesa de Articulación de Niñez en la que participan más de 400 organizaciones sociales y de derechos humanos denunció la pretensión de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, quien en colaboración con el ministro de Justicia Cúneo Libarona, ingresaron “un proyecto de ley para modificar el régimen penal juvenil vigente”.
“La pretendida modificación de un régimen que data de la dictadura, y que acordamos en la necesidad de su transformación, en el caso se limita a una exclusiva cuestión: bajar la edad de punibilidad de 16 a 14 años. Es decir, ingresar a los y las más jóvenes al mundo de la punibilidad, del castigo y el dolor”, denuncia el comunicado de la Mesa de Articulación de Niñez.
Para la organización “no es necesario ni beneficioso bajar la edad de punibilidad para mejorar el sistema de responsabilidad penal juvenil” y rechazan como humo las afirmaciones de “que los delitos de los niños y niñas de 14 y 15 años son causa de la inseguridad: las estadísticas demuestran terminantemente que los delitos graves cometidos por menores de 18 años son ínfimos”.
En ese sentido, reiteran que “la baja de la edad no puede ser el eje central de discusión: como sí debe serlo generar condiciones de protección y promoción de derechos, que hoy por hoy se encuentran más que amenazados con sistemas de protección cada vez más vaciados, políticas públicas regresivas en materia de alimentación, recreación, cultura. Si sacamos eso, solo queda el mero castigo”.
“Denunciamos que, una vez más, utilizan a los niños y niñas en situación de extrema vulnerabilidad como escudo para protegerse del rechazo popular que sus medidas económicas y políticas están generando. Dichas medidas agravan la situación de las niñas y niños más vulnerabilizados, y las exponen a ser víctimas de las mafias delictivas”, se enfatiza en el comunicado de la Mesa que hace un llamado a impedir “una nueva ofensiva contra los derechos ya consagrados de las niñas y niños. Menos derechos nunca podrá ser una solución justa. Más castigo nunca puede ser alternativa a un conflicto que tiene muchas aristas y que el sistema penal solito lejos está de poder resolverlos”.
“Ningún pibe nace chorro: detrás de cada gorra hay un pibe con su historia”, finaliza subrayando la comunicación.