Andrey Budaev
Embajador de Rusia en Uruguay
Del 20 al 22 de marzo, por la invitación del presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, su homólogo chino, Xi Jinping, realizó una visita estatal a Rusia. Se trata de su primer viaje oficial al exterior tras reelección por tercera vez como Presidente de este gigante asiático. Durante las exitosas y fructíferas negociaciones en Moscú los líderes ruso y chino abordaron una amplia gama de las cuestiones actuales de la agenda bilateral e internacional. En el marco de esta visita se firmaron 14 documentos importantes sobre cooperación en diferentes esferas, incluso la Declaración Conjunta sobre la profundización de la asociación integral y la cooperación estratégica entre dos países, así como el Plan de desarrollo de la cooperación ruso-china en el ámbito económico hasta 2030.
La Declaración mencionada estipula que las relaciones ruso-chinas están entrando en una nueva era, alcanzando el nivel más alto de su historia, con un desarrollo continuo gracias a los esfuerzos constantes de ambas partes. Se destaca que los lazos de Moscú y Pekín no tienen un carácter de bloque y confrontación, no están dirigidas contra terceros países y se basan en nuestros intereses nacionales. Rusia y China están convencidos de que cada Estado posee sus propias características históricas, culturales y nacionales y tiene el derecho a elegir su propio camino de desarrollo. Ambas naciones se oponen a que un Estado imponga a otro sus valores, a que se tracen líneas ideológicas, a que se cree una falsa narrativa sobre la supuesta oposición entre democracias y autocracias, y a que se utilicen la democracia y la libertad como pretexto e instrumento político para ejercer presión sobre otros. En la Declaración Conjunta se constata que los intentos de sustituir los principios y normas generalmente reconocidos del derecho internacional por un “orden basado en reglas” son inaceptables. De igual manera, Rusia y China defienden el papel central de la ONU en el sistema internacional, oponiéndose a todas las formas de hegemonía, el pensamiento de la “guerra fría”, la confrontación de bloques y creación de formatos estrechos dirigidos contra ciertos países. Moscú y Pekín continuarán sus esfuerzos para promover la estabilidad y prosperidad en América Latina, Asia Central, África y otras regiones del mundo.
En la Declaración ruso-china, firmada por los presidentes de las dos naciones, se reafirma la necesidad de trabajar para mejorar la arquitectura de seguridad global. Se promueve la idea de frente unido mundial de lucha contra el terrorismo bajo la coordinación de la ONU. En este contexto, tanto Moscú como Pekín están a favor de que se realice una investigación objetiva, imparcial y profesional de las explosiones de los gasoductos Nord Stream. Asimismo, el documento conjunto subraya que deben evitarse conflictos entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, que tienen una responsabilidad especial en el mantenimiento de la paz y la estabilidad mundiales. Los dos países reafirman que no habrá vencedores en una guerra nuclear y que nunca debe desencadenarse nueva carrera armamentística. Por lo que hacen un llamamiento a todas las potencias nucleares para que pongan en práctica la reducción efectiva del riesgo de guerra nuclear y de cualquier conflicto militar entre Estados poseedores de armas atómicas.
En este sentido, Rusia y China piden a EE.UU. que dejen de socavar la seguridad internacional y regional y la estabilidad estratégica global para asegurar su ventaja militar unilateral. Moscú y Pekín expresan su preocupación por las actividades biológico-militares de EE.UU. que se realizan en su territorio nacional y de otros países, así como por el despliegue de la infraestructura militar de Washington en diversas regiones del mundo. Al mismo tiempo, Rusia y China se oponen a los intentos de algunos países de convertir el espacio ultraterrestre en la arena de una confrontación militar. En ese contexto, destacan la necesidad de comenzar las negociaciones sobre un acuerdo que prevenga el despliegue de armas en el espacio, el uso de la fuerza contra objetivos espaciales y garantice la prevención de una carrera armamentística en el espacio.
La Parte Rusa evalúa positivamente la posición objetiva e imparcial de la Parte China sobre la crisis ucraniana. En la Declaración Conjunta se destaca que, para resolver este conflicto, es necesario respetar las preocupaciones legítimas de todos los países en el ámbito de seguridad y prevenir la formación de enfrentamiento entre bloques. Rusia junto con China insta a poner fin a todos los pasos que contribuyen a la escalada de tensión y prolongación de hostilidades, evitar la ulterior degradación de la crisis hasta su transición a una fase incontrolable, reiterando que diálogo es la mejor manera de resolver la crisis ucraniana. Al mismo tiempo, Moscú y Pekín se oponen a las sanciones unilaterales impuestas en elución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Rusia y China seguirán consolidando una cooperación mutuamente beneficiosa en las esferas de comercio, inversiones, tecnologías, agricultura, industria, energética y en el sector financiero. En este contexto, se acordó promover un mayor uso de las monedas nacionales en el comercio bilateral, inversiones, préstamos y otras transacciones económicas. A pesar de las consecuencias de la pandemia y la presión de las sanciones, el comercio entre ambas naciones en 2022 alcanzó un récord histórico de 185 mil millones de dólares. Se espera que este año Rusia y China alcancen el intercambio comercial de 200 mil millones de dólares.
La conjugación de la Unión Económica Euroasiática y la iniciativa china de la Franja y la Ruta brindan oportunidades adicionales para aumentar el potencial de nuestras economías. En el ámbito de las inversiones, se ha formado un paquete de 80 proyectos bilaterales significativos en diversos campos por un valor aproximado de 165 mil millones de dólares. Igualmente, se está expandiendo la interacción energética entre ambos países. Rusia está participando en construcción de nuevas centrales nucleares en China y es un proveedor estratégico de petróleo, gas natural, incluido GNL, carbón y electricidad para este país asiático. El volumen total de suministro de gas ruso a China para 2030 será de al menos 98 mil millones de metros cúbicos, más 100 millones de toneladas de gas natural licuado. Ya han sido acordados casi todos los parámetros del acuerdo para la construcción del nuevo gasoducto “Fuerza de Siberia – 2” a través de Mongolia. Al mismo tiempo, Rusia y China protegerán conjuntamente la seguridad energética internacional (incluidas las infraestructuras transfronterizas críticas), la estabilidad de la producción de energía y las cadenas de suministro, comprometiéndose a promover transición energética justa.
Por fin, quisiera destacar que las relaciones de Rusia y China es un ejemplo de cooperación constructiva, mutuamente beneficiosa y pacífica que no está orientada contra los terceros países, ni está sujeta a influencias externas. Esperamos que los lazos históricos de amistad entre los dos Estados seguirán desarrollándose dinámicamente en intereses de nuestros pueblos y los acuerdos alcanzados durante la vista del presidente de China Xi Jinping a Moscú servirán para afianzar aún más la cooperación estratégica ruso-china, que es elemento clave de la seguridad y estabilidad global.