En una histórica asamblea, realizada en el Club Sudamérica, un 4 de abril, pero de 1949, cerca de 2000 trabajadores daban vida a uno de los sindicatos más combativos del país.
“Este es un movimiento espontáneo, nacido como consecuencia y por motivo del aumento base de $20.00; por lo tanto no permitirá injerencias de ideologías políticas de ninguna naturaleza, De acuerdo con ello, creemos que todos los funcionarios deben prestar su más decidido apoyo, máxime teniendo en cuenta que el único y justo objeto del movimiento, es el de defender en todo nuestros hogares, dado que la insuficiencia de los sueldos que percibimos nos pone a todos por igual, en una deficiencia económica privativa y deprimente”, decía el primer volante de la naciente organización sindical.
El nacimiento sindical de los trabajadores organizados, como bien señala un posteo de la agrupación en su página oficial de Facebook, “no fue creado por arte de magia”.
“AUTE no fue creada por “arte de magia”, es el producto histórico que parieron los/as trabajadores/as de UTE que tuvo varios intentos previos”, resalta la publicación.
Al proceder a una historia que diera cuenta de ese proceso se rescata que ya “en un acta del 1 de febrero del año 1918, a solo seis años de fundada UTE, encontramos que el directorio se declaraba en sesión permanente; el motivo de esto era que, en una nota del entonces presidente de la República, Feliciano Viera advertía que los servicios de inteligencia nacionales detectaron la preparación de una “huelga general de carácter revolucionaria”.
La misiva en cuestión, “registrada en actas” advertía que: “si los reclamos son razonables hay que contemplarlos, pero en caso de que no lo sean o que se lancen a la huelga sin hacer los planteos antes actuar con la fuerza pública para reprimir y mantener el servicio”, continúa diciendo la publicación de AUTE.
“En el mes de julio”, relatan, “la crisis energética de aquel 1918 había determinado que se recurriera a la leña como combustible sustituto y/o complementario al carbón, lo que agravó enormemente las condiciones de trabajo de los funcionarios de UTE que allí se desempeñaban”.
Ante esta situación, la respuesta de los trabajadores fue la huelga, lo que motivó que, en sesión del Directorio del ente, realizada en agosto de ese año, se resolviera despedir a todos los trabajadores que se habían sumado a la huelga.
La huelga, agregan, “aunque derrotada”, “dejó su germen de organización sindical”, como prueba de ellos, resalta el gremio, “en el acta del directorio del 30 de diciembre de 1918, se da cuenta de negociaciones con la Sociedad de Resistencia de UTE”.
Luego de 37 años de la creación de UTE, sus trabajadores imprimieron aquél 4 de abril de 1949, un giro histórico que permitió convertir la naciente organización sindical en “una herramienta para todas y todos”.
Una evidencia de esta fortaleza de la organización sindical, la hallamos en el histórico paro del 12 de agosto de 1959.
Diez años después de su creación, la acción de los trabajadores de UTE, llevó a decir a Carlos Quijano, en “La Tribuna Popular” del 14 de agosto de 1959:
“El paro de los trabajadores de UTE, demostró que estamos en un tiempo nuevo, aunque este no tiene nada que ver con el que se anunció hasta ahora y después de noviembre y nunca supimos lo que quería ser un tiempo nuevo, en el sentido que han aparecido fuerzas cuyo poder era desconocido en toda su magnitud. Hasta no hace mucho una huelga era un acto de resistencia y arrojo, en el que se luchaba mientras era posible. El paro del miércoles fue un acto preciso, calculado, bien organizado y realizado por quienes sabían lo que hacer. Hay que reconocerlo así, al comprobar que paralizaron la vida del país sin provocar ningún incidente, sin cometer ningún desmán, sin causar perjuicio a ninguno de los valiosos instrumentos que tuvieron discrecionalmente bajo su control”.
Aquél 12 de agosto de 1959, marcó el primer paro de trabajadores de UTE con corte de servicio. Se llegaba a la medida luego de un largo año de luchas y reclamos “por mejoras salariales, condiciones de trabajo y otros beneficios, a través del presupuesto nacional”.
Sobre este histórico paro, Wladimir Turiansky, dirigente de AUTE dijo:
“El Comité de acción designado por la Asamblea para la ejecución de la medida, dio comienzo a la misma hora, a la hora 0 del miércoles 12 de agosto de 1959. Por 24 horas los trabajadores ocuparon los lugares de trabajo y en una extraordinaria demostración de disciplina, organización y solvencia técnica, mantuvieron exclusivamente aquellos servicios eléctricos y telefónicos previamente establecidos. Ni un incidente perturbó una jornada protagonizada por miles de trabajadores en todo el país (…) Ya en la tarde, cuando se preparaban las maniobras necesarias para proceder al restablecimiento de los servicios, llegaba a la Asamblea General del Poder Legislativo dando cuenta de la adopción de las Medidas Prontas de Seguridad, tan innecesarias como inútiles, ya que el propio Poder Ejecutivo debió levantarlas pocos días después.
A la medianoche del 12, todo había, paulatinamente, vuelto a la normalidad, los trabajadores procedían a desalojar las plantas ocupadas y con esa espontaneidad de las grandes jornadas, afluyeron a la explanada del Palacio de la Luz. Allí, en medio de los abrazos y las lágrimas, se fue encontrando la gente que salía del Palacio, de las Centrales, de Talleres Generales, del viejo depósito de exteriores el Óptimo, que aún recuerdan los viejos compañeros del gremio, de almacenes, locomoción, de la central telefónica de Aguada y allí, con el solo y sencillo grito de ¡Viva AUTE! quedó sellada para siempre la unidad de los trabajadores de UTE, en torno a su sindicato, unidad que ninguna de las duras pruebas posteriores pudo mellar”.
A 72 años de su fundación, AUTE ha sido y seguirá siendo uno de los gremios más combativos de la historia sindical del Uruguay.