Salud pueblo uruguayo

Este miércoles la Corte Electoral validó las firmas necesarias para habilitar un referéndum para anular 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC). Luego de un largo proceso de análisis y validación de las 725.669 firmas entregadas el 8 de julio, los equipos que trabajaron incansablemente estos 5 meses validaron la firma 671.631.

Cuando se conoció la noticia la explosión de alegría fue enorme, en todos los rincones del país. Hubo abrazos y aplausos en la Corte Electoral, en las oficinas, fábricas y obras, bocinazos en las calles, de autos, motos y ómnibus, concentraciones espontáneas en plazas de varias ciudades. No es para menos, se hacía realidad lo que la Comisión Nacional había anunciado por boca de la militante de la FEUU, Amira Fagúndez: Habrá referéndum.

La Corte Electoral, formalmente, hizo la convocatoria unas horas después: la consulta ciudadana será el 27 de marzo de 2022, el SI para la anulación de 135 artículos de la LUC irá en papeleta rosada y el No, que mantiene la LUC, irá en papeleta celeste.

Tras el anuncio las redes sociales se inundaron de videos de la Pantera Rosa. Pero pasó más. En varias ciudades del país, esa misma noche, aparecieron pintadas rosadas, saludando al pueblo uruguayo, a su esfuerzo y llamando a votar SI.

Esta semana pasaron muchas cosas: el homenaje a Tabaré Vázquez en el Parlamento, la enorme marcha de FANCAP y el SUNCA en defensa de la planta de portland en Paysandú, el ataque de “Un Solo Uruguay” al movimiento sindical llamando a “apagar la llama”, la respuesta del movimiento sindical y el Frente Amplio a la provocación de la senadora blanca Graciela Bianchi que utilizó un pedido de informes para amenazar y perseguir a una docente de UTU, las elecciones del Frente Amplio donde votaron 130 mil personas, la marcha contra el proyecto de ley de Cabildo Abierto que pretende otorgar prisión domiciliaria a los represores procesados por delitos de lesa humanidad durante la dictadura.

Cada una de ellas merecería estar en el centro de la atención nacional. Sin embargo, el anuncio de la concreción del referéndum para anular 135 artículos de la LUC ha sido, con justicia, el que más impacto ha tenido.

Para fundamentar esta centralidad es necesario reafirmar algunos conceptos ya planteados en editoriales de EL POPULAR. La realización del referéndum es una victoria democrática de enorme relevancia. La militancia popular, el compromiso democrático profundo de miles de hombres y mujeres que contra todo y contra todos, en medio de la pandemia, del silencio de la inmensa mayoría de los medios de comunicación, del ninguneo y la provocación de la derecha y sus voceros, del impacto brutal del ajuste neoliberal y la crisis económica y social, se organizaron, salieron a las calles, fundamentaron, convencieron y lograron la hazaña de las 800 mil firmas, lo cambiaron todo.

El bloque de poder, la coalición de partidos de derecha en el gobierno, los grandes empresarios del agronegocio, el capital financiero, los dueños de los medios, por primera vez desde su victoria en las elecciones nacionales fueron puestos a la defensiva.

El movimiento popular demostró que, unido y movilizado, tiene capacidad para disputarle la agenda y la iniciativa política al poder.

Las 800 mil firmas impactaron sobre toda la realidad nacional y lo siguen haciendo, ya, ahora, antes de hacerse el referéndum. Las firmas, ahora validadas oficialmente, abrieron el debate democrático que la derecha en el gobierno negó.

Las firmas impidieron la profundización de la restauración conservadora y del ajuste neoliberal: se frenaron los aumentos de combustibles, permanentes a partir de la instrumentación del mecanismo habilitado por la LUC; se postergó en el tiempo la reforma de la seguridad social que aumenta los años para jubilarse y baja las prestaciones que se cobraran. El temor a perder el referéndum ha calado fuerte en los principales operadores de la coalición de derecha en el gobierno.

Primero decían que no se llegaba a las firmas, luego que eran falsas y las Corte las iba a anular, ahora se reciclan en mensajes de seguridad en el triunfo en el referéndum que no iba a ocurrir. Quedaron tan en ridículo que ni ellas y ellos mismos se las creen. Están preocupados y preocupadas, se les nota. Se habían creído su propio cuento de que el movimiento popular estaba desmovilizado y en crisis. Las 800 mil firmas los desconciertan, no se las explican.
En el movimiento popular el efecto es el contrario. Las organizaciones populares, las y los militantes que dieron la batalla probaron el poder transformador de su unidad.

No fue fácil hubo en el seno del movimiento popular debates nada sencillos.

La vida demostró que la visión acertada era la que planteaba que era necesario dar una respuesta política para enfrentar a la LUC, como uno de los instrumentos centrales de la restauración conservadora; que para ello era imprescindible construir la más amplia unidad política y social del pueblo; que para lograr esa unidad era necesario consensuar que artículos de la LUC se impugnaban; que el mejor camino a recorrer era el largo, porque permitía dialogar con más uruguayas y uruguayos y lograr una acumulación de fuerzas superior.

Ahora hay que ganar el referéndum porque, como ya dijimos, la LUC es una reforma estructural antidemocrática y antipopular. Por su forma, porque cambia políticas públicas que se habían consensuado tras un esfuerzo enorme de diálogo, tradiciones democráticas que hacen a lo mejor de nuestra identidad nacional, retaceando la información a la ciudadanía. Por su contenido, porque recorta libertades y genera más desigualdad, para eso está hecha. Pero la LUC es mala por los derechos y libertades que recorta y también por lo que impone. La LUC es un conjunto de modelos fracasados en todo el mundo, solo sustentados por el fanatismo neoliberal hegemónico en la coalición de derecha que nos gobierna. El SI a la anulación de los 135 artículos principales también evitará el seguro desastre al que nos conducirían.

Seguiremos como hasta ahora luchando cada día por los derechos de nuestro pueblo. Ninguna lucha sobra. Pero hay una que tiene la potencialidad de sintetizarlas a todas y dar un salto en calidad. Por eso tenemos que hacer un esfuerzo enorme por centrar todos los esfuerzos en ella.

El referéndum es el eslabón central de la táctica, tiene proyecciones estratégicas, su resultado impactará sobre el conjunto del escenario político nacional.

Hay que tender mil lazos hacia nuestro pueblo. Hay que hablar y convencer a cientos de miles, no importa lo que hayan votado. Para ganar el referéndum hay que generar una síntesis política y social que abarque a la mayoría de la sociedad uruguaya. Lo decíamos y lo reiteramos: para lograr eso hay que militar, en unidad, para construir un SI tan grande como la patria entera.

Pero esta semana hay que dejar que se exprese la alegría del objetivo alcanzado. La alegría de las y los militantes es parte fundamental del capital político necesario para ganar el referéndum. La alegría cuando es auténtica, contagia, genera ganas de ser parte. Y esta alegría es auténtica. Quienes defienden el poder y sus intereses nunca sabrán lo que se siente al enfrentarlo y ganarle. No saben lo que es ser David, porque siempre fueron y serán Goliat.

Ya tenemos fecha para el lanzamiento del tramo final de la campaña: este miércoles. A militar con el ánimo redoblado, con toda la amplitud posible, con mil lazos tendidos hacia nuestro pueblo, convencidas y convencidos de que, como dijo de forma insuperable nuestro Mario Benedetti: “Lento, pero viene, el futuro real, el mismo que inventamos, nosotros y el azar. Cada vez más nosotros y menos el azar”.

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