Uruguay / Montevideo / 2018 Delivery de Pedidos Ya en Ciudad Vieja. Montevideo, 10/09/2018. Foto: Ricardo Antúnez / adhocFOTOS

Sé tu propio jefe

UJC

¿Querés ser tu propio jefe? ¿Querés decidir cuándo trabajar, cuántas horas? Estas empresas multinacionales tienen ofertas para vos. Eso sí, primero tenés que pagar vos tus herramientas de trabajo, y hacerte cargo de tus propios aportes laborales, y principalmente estar dispuesto a renunciar a algunos (sino todos) tus derechos laborales. Serás tu propio jefe, pero con las reglas de la empresa.

Hace ya años que vemos en nuestras calles deliverys de empresas multinacionales (pedidosya, rappi, uber), cargando con esas mochilas cuadradas para los pedidos, que tienen que pagar ellos mismos. Muchas veces poniendo en riesgo su seguridad, para poder cumplir los plazos de entrega que la empresa demanda. No es casualidad que gran parte de estos trabajadores sean inmigrantes, ya que son las personas que se encuentran en una situación de mayor inestabilidad laboral. El nivel de precarización laboral, de desprotección a los trabajadores, de vulneración de sus derechos es altísimo, pero nadie se hace cargo.

Estas empresas niegan la relación empleador/empleado, y en eso se escudan para no hacerse cargo de lo que les corresponde. Siendo lo que les corresponde, muchas veces, el bienestar y la vida de los trabajadores, que pasan horas al día pedaleando.

Nuevas esclavitudes

Lo que dicen estas empresas es que son simplemente intermediarias entre quienes brindan servicios, y quienes los consumen. En esta lavada de manos salen perdiendo también los consumidores, ya que cuando las cosas no salen bien las empresas tampoco se hacen responsables. Pero sin duda la peor parte se la llevan los trabajadores.

En esta ilusión en la que sos tu propio jefe, dependen de vos tus condiciones laborales, tus horarios, tu sueldo, y se ven vulnerados tus derechos básicos. Desde los aportes de seguridad social y todo lo que esto incluye, como acceder al aguinaldo o la licencia, pasando por las dificultades de acceso a seguro de desempleo y despido, llegando a una mínima que creíamos saldada, la jornada laboral de 8 horas.

Estas nuevas formas de trabajo, que se conocen como economía de las plataformas, se mueven en vacíos de las legislaciones laborales, y por lo tanto se hace necesario regularizar para proteger a los trabajadores. Pero lamentablemente, y para sorpresa de nadie, el gobierno actual impulsa un proyecto de ley, que por más que digan que es un avance legislativo para los trabajadores, la realidad es que hace un marco normativo que los desprotege aún más que en la situación del vacío legal. Por supuesto, esto fue advertido por gran parte de la academia, y por los especialistas, y por supuesto fueron ignorados.

En la actualidad ex trabajadores han realizado, y casi la totalidad ha ganado, juicios contra estas empresas, demostrando la relación de dependencia, y consiguiendo las indemnizaciones correspondientes. Claro, esto lo consiguieron a través de juicios laborales, que duran mucho tiempo. 

Por lo tanto, lo más básico de una modificación legislativa, debería ser que el Estado reconozca el vínculo empleado/empleador sin que la parte más débil tenga que mostrar y demostrar múltiples pruebas.

Otra básica sería establecer por ley la jornada de 8 horas para estos trabajadores, así como un salario mínimo, para que no tengan que estar pedaleando 10 (o más) horas al día. Establecer la relación de dependencia para que las empresas se hagan responsable de los aportes de la seguridad social, y puedan acceder también a otros derechos laborales. Conformar las negociaciones colectivas, que son más que necesarias para que los trabajadores puedan unirse en la lucha por sus derechos. Pero, pero, pero.

Siempre con el poder

El Poder Ejecutivo mandó un proyecto de ley sobre este tema, que se aprobó en la Cámara de Diputados. Este proyecto es el legado que deja la gestión de Pablo Mieres al frente del Ministerio de Trabajo. El mismo ministro que considera una buena noticia que 10 jubilados por día vuelvan al mercado laboral. El mismo ministro que celebra como un triunfo que recién en el 2025 se recupere la pérdida salarial, y que solo 4 de 10 trabajadores tengan un aumento salarial en el período. Es que Mieres, en su búsqueda de no quedar condenado al ostracismo, o aún peor, ser recordado simplemente por su servilismo con el herrerismo, buscó impactar de alguna manera a largo plazo en el país.

Este proyecto con el que se embandera Mieres, llena esos vacíos que tiene la legislación laboral actual, pero no para beneficio de los trabajadores, por más que insistan en lo contrario. La realidad, y es lo que advirtieron distintos actores, es que este proyecto beneficia a las megaempresas, y desampara a los trabajadores. De aprobarse este proyecto existirá un tope de horas semanales de trabajo, pero no fija un tope diario. Y no es un descuido, no es un olvido, lo decidieron así, porque cuando el Frente Amplio propuso una modificación, los legisladores de la coalición no lo votaron.

Según este proyecto las negociaciones son individuales, quitándole fuerza a los trabajadores, y posibilidades frente a empresas multinacionales con muchísimos recursos para evitar cumplir con lo que deben, y no pagar las consecuencias. Esto claramente, atenta contra la capacidad de conformar un sindicato y tomar medidas de impacto en unión por parte de los trabajadores. Si decíamos que la básica en una nueva legislación era establecer la relación de dependencia, este proyecto establece que eso depende de la negociación individual. Con la excusa de darle libertad al trabajador para decidir si es un empleado o si es un emprendedor, el gobierno se niega a establecer que el Estado reconozca esa relación de dependencia.

Podríamos pensar, qué ganas de vivir en esa ilusión que tiene el gobierno, en la que un trabajador de forma individual puede negociar en igualdad de condiciones con una megaempresa multinacional. 

Podríamos pensar, qué ganas de vivir en esa ilusión meritocrática, en la que el éxito individual depende del esfuerzo que cada uno haga, y nada tiene que ver con las condiciones desde las que parte. Pero no es que tengan la realidad distorsionada, sino que no les importa la gente, siempre, siempre buscan que la moneda caiga del lado de los empresarios, del lado del poder, sea para beneficio propio, o de sus amigos. Y los mismos que legislan favoreciendo a los empresarios, son los que en las tripartitas se paran a su lado, y utilizan el gobierno y las herramientas del Estado para seguir perjudicando al pueblo.

Cuando llegue octubre no tenemos que olvidarnos, que todos los miembros de la coalición están con los malla oro, y no les importa el pelotón.

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Delivery de Pedidos Ya en Ciudad Vieja. Montevideo, Uruguay. Foto: Ricardo Antúnez / adhocFOTOS.

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