Hoy cumple 63 años de fundado el Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (Sunca) y para ser consecuente con la historia de luchas que lo ha sostenido, los y las trabajadoras/es de la construcción, celebrarán la fecha en el mismo tono con que siempre han defendido sus derechos y sus conquistas: luchando.
La apuesta de esta jornada conmemorativa es salir a las calles para continuar el trabajo titánico de recolección de firmas para convocar a un referéndum que permita derogar 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC).
Al referirse a esta tarea emprendida por los/as trabajadoras/es, en el marco de la conmemoración del 63 aniversario, Daniel Diverio, secretario general del sindicato, declaró a La diaria que “el 1° de mayo marcó la cancha porque hubo miles de militantes que juntaron firmas y el resultado fue muy contundente, eso permitió darle un empujón a la militancia. Este 11 de mayo tenemos definido que es un día de lucha y por eso vamos a instalar decenas y decenas de mesas en todo el país, vamos a hacer barriadas porque ese es el mejor homenaje que les podemos a hacer a nuestros viejos: juntar firmas”.
En su relato sobre la historia del sindicato, el dirigente subrayó que más allá de los 63 años, el sector “tiene una historia de lucha ya desde la construcción del fuerte de Santa Teresa [cuya primera fortificación se hizo en 1762, la segunda al año siguiente y la tercera entre 1765-1772]”. En esas fechas, declara Diverio al medio de prensa, citando datos de un estudio histórico de las demandas de los trabajadores del momento, estos pedían “no exponerse los días de tormenta eléctrica y no recibir castigos por no cumplir con la tarea”.
“Siempre hubo mojones de lucha. Después se fueron formando por oficios: estaban los de la madera, los sanitarios o herreros, hasta había sindicatos regionales, pero las luchas eran dispersas. En 1958, esos viejos queridos fueron capaces de dejar esas mochilas cargadas de derrotas y victorias y encontrar un espacio de unidad para formar el Sunca”, agregó el dirigente.
A 63 años de su fundación, los desafíos son otros y los escenarios también, aclaró el dirigente sindical.
“Cuando firmamos el convenio colectivo en 2020 teníamos 42.000 trabajadores registrados en caja hoy tenemos 45.000; eso es porque hay obras que vienen del período anterior, como UPM2, el Ferrocarril Central u obras en el puerto de Montevideo, pero está claro que son obras que se van a terminar, y es posible que, en 2023, si no hay un cambio en la inversión pública, caiga la ocupación (…) porque por cada puesto directo hay uno o dos indirectos”.
Ello hace, agregó que, “lo que tenemos que plantearnos es qué va a pasar con la obra pública, que es la que da trabajo a 35% de las personas”.
En sus declaraciones al medio, describió la situación que se generó en UPM2 en lo que se refiere a las medidas de prevención para evitar el aumento de contagios por Covid-19.
Para el gremio, UPM2 tiene una situación, respecto al Covid-19, diferente a la observable en otras obras donde ellos están en primera fila.
“Sin ser UPM2, en el resto de las obras el contagio no ha sido muy alto porque estamos al aire libre y podemos tener distanciamiento social, pero tenemos la misma preocupación que el resto de la población. Estamos en un escenario muy complejo y las medidas que se están tomando desde el gobierno priorizan la economía por encima de la salud”, aseguró el dirigente quien remarcó que la demanda del gremio en UPM2 es que los trabajadores puedan ingresar de forma directa al área de labores, evitando la ruptura de “la burbuja”.
Diverio, tuvo expresiones de reflexión sobre el tránsito que se ha vivido en el gremio, en lo que a la incorporación y lugar de las mujeres se refiere, “antes chiflarle a una mujer que pasaba por la vereda era un acto casi necesario, entonces la primera discusión que empezamos a dar para cambiar el chip fue dentro del sindicato, pero más que un problema de los trabajadores de la construcción es de la sociedad machista y patriarcal. Nosotros hicimos un trabajo para reconvertir esa situación, reconstruyendo nuestra propia cabeza, porque fuimos criados en una sociedad machista”.
A partir del trabajo realizado por la agrupación sindical, fue posible avanzar para “cambiar nuestra cultura machista, muchas compañeras entraron a trabajar, se hicieron del oficio y además fueron parte de la herramienta de la organización”.
El avance, en esta dirección recalcó no ha sido homogéneo ni lineal, varias empresas “todavía tienen el problema de que se niegan a tener la misma mirada para las mujeres que para los hombres (…) hay un rechazo muy jodido del sector empresarial; no lo dicen, pero lo hacen”, aseveró.
Al ser una de las áreas de la actividad económica que no se detuvo durante la pandemia, ha sido el tema sanitario uno de los principales desafíos asumidos por el sindicato desde hace un año.
La lucha por la adopción de protocolos sanitarios, ha destacado Diverio, es relevante, pero ello no implica desconocer la existencia de otros desafíos como los vinculados con la defensa del empleo y la importancia del mantenimiento de la inversión pública como la gran generadora de empleo, destacó el dirigente sindical al portal de noticias Caras y caretas.
Por ello agregó, “en el correr del año se desarrollará un encuentro programático para discutir en base a tres ejes: empleo con inversión pública, seguridad social en beneficio de los trabajadores y vivienda como derecho humano y generador de empleo”.
Diverio fue enfático cuando señaló que “en este aniversario todos y todas los/as trabajadores/as de la construcción vamos a estar en la calle instalando decenas y decenas de mesas para llegar a esas 300.000 firmas que necesitamos para anular 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (…) por eso este 11 de mayo convocamos a los/as trabajadores y trabajadoras de la construcción, pero también a todos aquellos que nos quieran acompañar en esta jornada de recolección de firmas”.