20220629/ Mauricio Zina - adhocFOTOS/ URUGUAY/ MONTEVIDEO/ SOCIEDAD/ Concentracion del Sindicato Unico de Telecomunicaciones (SUTEL) en la Torre Ejecutiva en Montevideo. En la foto: Concentracion del Sindicato Unico de Telecomunicaciones en la Torre Ejecutiva en Montevideo. Foto: Mauricio Zina / adhocFOTOS

Un nuevo regalo para las trasnacionales de las telecomunicaciones

El gobierno, por decreto, decidió que podrán prorrogar las adjudicaciones del espacio radioeléctrico para telefonía móvil por 20 años y sin ajustar el precio.

Fabricio Mato

El gobierno decidió que las empresas privadas y trasnacionales que compiten con ANTEL en la telefonía móvil podrán renovar las asignaciones de espectro radioeléctrico que recibieron entre 2002 y 2004, que vencían el próximo 22 de diciembre, por los próximos 20 años y sin ajustar el precio fijado hace casi 20 años atrás. Suena increíble, pero es cierto. Esto es un nuevo regalo a las trasnacionales de las telecomunicaciones, una nueva discriminación contra ANTEL. Ni siquiera convocaron a una subasta lo decidieron por decreto. Esta medida, además, sienta un muy negativo precedente para la próxima adjudicación de espacios para la tecnología de 5G. 

La importancia del espectro radioeléctrico

En las últimas semanas se ha asistido a un debate a través de algunos medios de comunicación sobre el valor del espectro radioeléctrico asignado a las empresas de telecomunicaciones, particularmente las de telefonía móvil. Ya sabemos que próximamente se subastará espectro para 5G y quizás incluso sepamos que hay un debate alrededor del espectro que se utiliza para Wi-Fi. ¿Pero por qué debería importarnos a todos el uso del espectro radioeléctrico en nuestro país y qué impacto tiene en el presente y futuro de nuestra población?

Primero que nada, aclaremos algo: el espectro radioeléctrico es patrimonio de toda la humanidad (o sea, no es que no es de nadie, sino que nos pertenece a todas y todos). Lo administran los distintos Estados a través de sus gobiernos y se “normaliza” (se coordina su uso) a través de la Unión Internacional de Telecomunicaciones -UIT- y sus agencias regionales (en nuestro caso es la Comisión Interamericana de Telecomunicaciones, CITEL).

No vemos el espectro radioeléctrico, pero estamos rodeados por él. A través del espectro radioeléctrico circulan desde las transmisiones de radio AM y FM y las de televisión abierta que conocemos de toda la vida, hasta las que usan los teléfonos móviles que tenemos en el bolsillo o el router wi-fi que tenemos en la casa. También se usa el espectro radioeléctrico para la televisión satelital, el control remoto del aire acondicionado, las comunicaciones entre dispositivos bluetooth y otros. 

En el siglo XXI, su uso se ha extendido cada vez más y hoy en día es muy difícil que no estés usando en este mismo momento algo que utilice espectro. Precisamente, por las múltiples aplicaciones del espectro que promueven el desarrollo tecnológico, por su importancia económica y su impacto en los países y en la vida, el estudio y el trabajo de todas las personas es que no podemos permitir que se administre de espaldas a los intereses de nuestros pueblos.

El gobierno de turno no es el dueño del espectro radioeléctrico y -por lo mismo- no puede repartir discrecionalmente las frecuencias; al mismo tiempo, tampoco se debe permitir que algunos grandes capitales transnacionales se apropien de esta herramienta tan imprescindible para nuestro desarrollo presente y futuro.

¿Cómo se asigna el espectro radioeléctrico en Uruguay?

En nuestro país, la forma en la que se asigna está establecida en el decreto 114/2003, en el que se dicta el Reglamento de administración y control del espectro radioeléctrico. En esta norma se fijan los siguientes objetivos: “a) Propiciar el uso eficiente del espectro radioeléctrico, procurando limitar el número de frecuencias y la extensión del espectro utilizado al indispensable para asegurar el funcionamiento satisfactorio de los servicios y sistemas. b) Promover el uso del espectro radioeléctrico como factor de desarrollo económico y social. c) Propiciar el acceso equitativo a los recursos radioeléctricos, mediante procedimientos abiertos, transparentes y no discriminatorios. d) Promover el desarrollo y la utilización de nuevos servicios radioeléctricos, redes y tecnologías y el acceso general a ellos, impulsando la aplicación a la mayor brevedad posible de los últimos adelantos de la técnica. e) Contribuir a la planificación estratégica del sector de las telecomunicaciones”.

Así mismo, se establece que la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones (URSEC) deberá realizar una efectiva planificación del espectro radioeléctrico, así como la elaboración de un Cuadro Nacional de Atribución de Frecuencias, el que deberá tener en cuenta: “a) El Reglamento de Radiocomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). b) Los Convenios Internacionales. c) Las disponibilidades nacionales e internacionales de canales radioeléctricos. d) Las prioridades nacionales. e) El privilegio en los usos del espectro que sean de utilidad para el público o que sirvan a sectores importantes para el desarrollo nacional. f) La utilización futura de las distintas bandas de frecuencias”.

En el decreto se señala que la URSEC debe sostener un Registro Nacional de Frecuencias en el que se mantenga actualizada la información respecto de las asignaciones vigentes y la conformación general de los sistemas que operan en ellas.

No todas las bandas del espectro radioeléctrico (las zonas en las que se divide) sirven para todos los servicios. Al revés, hay sectores específicos que se utilizan para servicios concretos. En suma, para que los sistemas de comunicaciones puedan funcionar correctamente, las bandas deben ser atribuidas a determinado servicio y las frecuencias específicas asignadas a un usuario dado.

Hasta principios de este siglo, las frecuencias radioeléctricas eran asignadas de manera precaria y revocable, que -aunque su denominación las hace parecer muy provisorias- son en realidad a perpetuidad, de acuerdo a la práctica de nuestro país. Al aumentar la demanda de espectro por el incremento de los servicios que trajo aparejado el desarrollo de la telefonía y los datos móviles, las siguientes asignaciones de espectro se realizaron a través de la modalidad de subastas, que asignan las frecuencias de las bandas correspondientes por 20 o 25 años, según el llamado correspondiente.

¿Qué te voy a cobrar, si somos amigos?

La primera de estas subastas vence el 11 de diciembre de 2022 y el Poder Ejecutivo decidió el pasado 29 de noviembre -a través del decreto 377/022- que las empresas podrán renovar las asignaciones que recibieron entre 2002 y 2004 por los próximos 20 años y en iguales condiciones a las que recibieron en las respectivas subastas, pero quizás lo más cuestionable es que el gobierno dirigido por el herrerismo decidió otorgar estas frecuencias exactamente con el mismo pago que se realizó hace 20 años atrás.

No se consideró la inflación en dólares -que hace que el precio pagado en su momento sea mucho menor hoy- ni el aumento del mercado uruguayo de telefonía móvil, que ha tenido un incremento sostenido en este período, lo que le ha permitido superar los seis millones de abonados este 2022.

Tampoco se evaluó la recomendación de la UIT de que el espectro se asigne y renueve a través de subastas y no a través de medidas administrativas como la tomada ahora por el presidente Luis Lacalle Pou y el ministro de Industria, Energía y Minería Omar Paganini.

Menos se consideró la cuestionada decisión adoptada por el gobierno de Jorge Batlle en 2004 de asignar a Movistar un importante bloque de espectro a un precio significativamente menor que el definido para sus competidores, lo que reitera 20 años después el trato discriminatorio que sufrió Antel en ese momento.

El titular de la Dirección Nacional de Telecomunicaciones y Servicios de Comunicación Audiovisual (el precandidato presidencial colorado Guzmán Acosta y Lara, quien se encuentra en plena campaña) señaló a Búsqueda que esta decisión se tomó porque estas bandas serían viejas o antiguas, lo cual es tan absurdo que cuesta creer que haya sido dicho por una autoridad en materia de telecomunicaciones.

Como veíamos antes, estas bandas de espectro están asignadas a determinado servicio; en este caso, nada menos que el servicio de telefonía móvil. Aunque en este momento los servicios más requeridos en las suscripciones móviles son los de datos, nada de esto sería posible sin estar soportado en una sólida estructura de telefonía móvil.

Lo más grave -sin embargo- es que en los próximos meses se debería estar subastando la banda de espectro que se requiere para la ya muy demorada implementación y despliegue de la quinta generación de telecomunicaciones móviles, también conocida como 5G.

El 5G transformará radicalmente las telecomunicaciones, multiplicando por decenas de veces la cantidad y velocidad de los datos y disminuyendo -hasta su casi desaparición- el tiempo que se demora en responder una orden llegada a través de esta red.

Las empresas de telecomunicaciones transnacionales están exigiendo por todo el planeta que los países prácticamente regales el espectro y que se les conceda a cambio de una promesa de inversiones a futuro. Justifican este planteo en que nos estarían haciendo un favor al instalarse en nuestro país para permitirnos desarrollarnos.

Nuestro país da una pésima señal hacia el futuro con esta decisión, pero sobre todo compromete el desarrollo nacional de las telecomunicaciones y la posibilidad de que este importante sector contribuya al bienestar de nuestro pueblo.

Foto de portada:

Movilización de los trabajadores de ANTEL. Foto: Mauricio Zina / adhocFOTOS.

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