Las resonancias del llamado “caso Astesiano” han rebasado las fronteras nacionales.
Este miércoles el diario estadounidense The Washington Post publicó una nota sobre lo que acontece en la investigación de Fiscalía sobre el accionar de la banda criminal que, desde el corazón mismo del Poder Ejecutivo, realizaba sus acciones con el más absoluto desconocimiento por parte de las principales agencias de seguridad del país.
La nota del medio de prensa titulada “Denuncias de espionaje planteadas en investigación de exguardia presidencial en Uruguay”, reseña que desde hace dos meses se inició “una investigación sobre la supuesta falsificación de pasaportes que involucra al exjefe de seguridad del presidente de Uruguay”.
En la medida que pasan los días y avanza la investigación, “las preguntas aumentan”, indica el medio de prensa que toma como referencia las informaciones proporcionadas por La Diaria respecto a “la evidencia encontrada de espionaje político y chantaje contra políticos de la oposición”.
El conocido medio de prensa hace una suerte de cronología de los sucesos de los últimos días que incluye la presentación como testigos en Fiscalía del secretario de la presidencia de Uruguay, Álvaro Delgado, y el subsecretario, Rodrigo Ferrés.
“Esa sesión”, señala el diario estadounidense, “se produjo después de 10 días de historias en La Diaria que describen detalles sobre el supuesto espionaje que, según el periódico, están contenidos en un teléfono celular y otros dispositivos digitales obtenidos por los fiscales en la investigación de falsificación”.
La nota describe cómo “la información sobre el espionaje político apareció en un análisis de los dispositivos de Astesiano por parte de la fiscal Gabriela Fossati” y recuerda que el medio de prensa uruguayo afirmó que dichas acciones de espionaje político “supuestamente incluyó interceptaciones de llamadas telefónicas a individuos utilizando software espía del Ministerio del Interior y la venta de dicha información por parte de Astesiano”, algo que, añade el Post fuera negado por el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, “durante una audiencia del Comité de Seguridad del Senado la semana pasada”.
Del mismo modo y citando la misma fuente uruguaya, el Post reseña “que Astesiano supuestamente vendió los servicios de inteligencia del Estado a un empresario argentino de soja, quien accedió a datos relacionados con un envío de trigo y maíz”.
En ese sentido se describe que “tanto Astesiano como la empresa que fabricó el software espía Guardian del ministerio del Interior han negado que él tuviera acceso al software” y que el propio. “Astesiano ha dicho que mintió a sus clientes sobre el uso de software espía”.
El Post da cuenta, además, de las acciones de la empresa Vertical Skies “una consultora de seguridad dirigida por varios exmilitares uruguayos con base en Miami, Buenos Aires y Montevideo”.
Sobre estas acciones el medio de prensa hace suyas las informaciones aportadas por La Diaria que informó “que la empresa le pidió a Astesiano información personal sobre el senador Mario Bergara y el senador Charles Carrera, ambos opositores al gobierno”.
El objetivo de dicho pedido, se agrega, “era presionar a los senadores para que retiraran una denuncia penal que presentaron contra un decreto que otorgaba el monopolio de las operaciones en el puerto de Montevideo al operador Katoen Natie hasta 2081”.
La nota continúa describiendo parte de las últimas informaciones dadas a conocer por La Diaria y concluye recordando que “Astesiano está en prisión a la espera de su juicio por su presunto papel en una asociación criminal que proporcionó certificados de nacimiento falsos a los rusos para que pudieran obtener pasaportes uruguayos”.