El 14 de agosto, Día de las y los Mártires Estudiantiles, es una fecha central para el movimiento estudiantil, para el movimiento popular y para la historia del Uruguay toda.
Es un día de conmemoración, para recordar a las y los estudiantes caídos en la lucha por la libertad y en defensa de la Educación Pública; es un día en el que se homenajea al movimiento estudiantil todo, por su papel colectivo, a lo largo de la historia, en la forja de un Uruguay más justo, más libre y mejor; también es un día en el que las y los estudiantes expresan su posición sobre la situación del hoy, sus denuncias, sus reclamos, sus propuestas.
Esto vale siempre, pero, además, en este 2023 se cumplen 55 años del asesinato de Líber Arce, el primer mártir estudiantil, cuya muerte conmovió al Uruguay y la condena a la misma, sostenida por generaciones, dio origen a la fecha. Se cumplen 50 años de la Huelga General que enfrentó al Golpe de Estado, en la cual el movimiento estudiantil jugó un papel central. Precisamente dos estudiantes, Ramón Peré y Walter Medina, fueron las primeras víctimas de la represión de esa dictadura fascista que se instalaba y murieron defendiendo la democracia y la libertad. También se cumplen 40 años de la Semana del Estudiante y la marcha al Franzini, donde el movimiento estudiantil uruguayo mostró la continuidad de su lucha y, luego de haber participado en el gigantesco 1° de mayo de ese año junto al movimiento sindical, protagonizó esas jornadas de movilización, que fueron una contribución muy importante para la derrota de la dictadura y la recuperación de la democracia.
Nunca, en ninguna circunstancia, en dictadura, en gobiernos represivos, en la clandestinidad y con los gremios ilegalizados o en democracia, el movimiento estudiantil ha dejado de conmemorar el 14 de Agosto, ni el movimiento sindical y el resto del movimiento popular de acompañarlo. Durante la dictadura fascista no hubo un solo 14 de Agosto en el que no se hicieran acciones de movilización en las facultades, en los liceos y se depositaran, como se podía, flores rojas en la escalinata de la Universidad de la República.
Hablamos de un día con ese profundo calado histórico, ese significado democrático, ese contenido de lucha por la libertad y en defensa de la Educación Pública, siempre atacada y siempre bajo sospecha para los poderosos, esa importancia para la construcción de la unidad, del movimiento estudiantil y de todo el movimiento popular.
Hace 55 años, el 14 de agosto de 1968, murió Liber Arce, estudiante, militante de la FEUU y de la UJC. Líber había sido baleado dos días antes por la Policía durante la represión a una marcha relámpago realizada en la puerta de la entonces Facultad de Veterinaria. La movilización había sido convocada por la FEUU, en defensa de las libertades públicas, arrasadas por el autoritarismo del gobierno encabezado por Jorge Pacheco Areco, a punta de “medidas prontas de seguridad”, para imponer, con la represión, un salvaje ajuste contra los sectores populares, privilegiando a la oligarquía rural, industrial y financiera. La movilización de la FEUU era también en defensa de la Universidad de la República, a la que el gobierno ahogaba presupuestalmente. En esos días la Policía había entrado a varias facultades, violando la autonomía universitaria.
“Murió Líber Arce, mártir de la Libertad”, tituló El Popular, en su edición 4.094, del 15 de agosto de 1968. “Las medidas represivas cobran una víctima. Lo había baleado por la espalda un policía a quemarropa el lunes pasado”, fue el complemento informativo. La tapa incluyó fotos de la multitud que rodeó a la Universidad de la República, donde se realizó el velatorio.
Líber fue el primero de una larga y dolorosa lista de estudiantes caídos en defensa de la libertad. Son mártires del movimiento estudiantil, pero lo son también de todo el movimiento popular. Susana Pintos, Hugo de los Santos, Santiago Rodríguez Muela, Íbero Gutiérrez, Blanca Castagnetto, Leonel Martínez Platero, Gustavo Luis Couchet, Juan Fachinelli, Aurelio Fernández, Joaquín Klüver, Ramón Peré, Walter Medina, Nibia Sabalsagaray, Elena Quinteros, Laura Raggio, Diana Maidanik y Silvia Reyes, son algunos de los queridos nombres de esa lista.
Todas y todos tenían una característica común: eran militantes. Todas y todos luchaban por defender la Educación Pública, por la libertad y también por construir un mundo distinto.
Hay que recordar sus nombres, sus vidas, su compromiso y defender las ideas, las causas, por las cuales lucharon. Y hacerlo con orgullo, si, querían un mundo distinto, no se conformaban con un sistema donde la explotación es lo que domina. Abrazaron ideas de transformación revolucionaria y se comprometieron con ellas.
Además de no olvidar, de recordar, a las y los mártires, el 14 de Agosto es una fecha para reivindicar el papel del movimiento estudiantil. En su historia, larga, heroica y hermosa. El movimiento estudiantil es un componente esencial del movimiento popular. Su organización y su unidad vienen de muy atrás. Como ya hemos recordado en otros 14 de Agosto, la FEUU se fundó un 26 de abril de 1929 y fue la síntesis unitaria de una huelga estudiantil desarrollada en 1928, que reclamaba, hace 95 años, autonomía y cogobierno para la Universidad. De hecho, la FEUU es la primera organización unitaria del movimiento popular uruguayo. Pero la organización en gremios estudiantiles es anterior, se remonta a fines del siglo XIX y principios del XX. Hay más de un siglo de lucha estudiantil organizada en nuestro país. En todos esos años el movimiento estudiantil ha contribuido a la construcción de una Universidad de la República de cara a su pueblo, ha defendido la Educación Pública y ha conquistado, a pulso, avances que han hecho más democrático al Uruguay.
Las y los estudiantes, y sus organizaciones, en cada momento de la historia, han sido capaces de construir su unidad, contradictoria, compleja, como todos los procesos unitarios, pero, además, han logrado una síntesis unitaria superior con todo el movimiento popular y, particularmente, con las y los trabajadores. Esa es una característica singular del Uruguay, mérito del movimiento estudiantil y también del movimiento sindical. Es una unidad nacida de la lucha común, de la praxis, que tiene un momento importante en 1958 con la conquista de la Ley Orgánica de la Universidad, pero que antes y después tiene años de movilizaciones codo a codo, tiene mucha calle, mucha vida.
La unidad de estudiantes y trabajadores, de sus organizaciones, es el corazón de la unidad del pueblo, de eso que llamamos el bloque histórico, político y social, democrático y radical de los cambios. Es la expresión fundamental, no la única ni absoluta, de la unidad de la clase obrera con las capas medias.
Esa unidad, construcción estratégica de nuestro pueblo, no está resuelta de una vez y para siempre, es necesario, fundamental, recrearla y fortalecerla en el presente y proyectarla hacia el futuro.
Hoy las y los militantes estudiantiles enfrentan grandes desafíos para construir organización, en un presente donde hay una campaña de maceración ideológica, y también una materialidad de la sociedad, que promueven la fragmentación, el individualismo, donde se condena y se ridiculiza el compromiso colectivo.
Sin embargo, hay gremios estudiantiles, en la Universidad, en los liceos, en la UTU, en los Centros de Formación en Educación de todo el país y en la UTEC. Las y los estudiantes, aún dispersos por la pandemia, juntaron firmas contra la LUC, fueron y son solidarios con las ollas populares, con los conflictos y las huelgas, reclamaron y reclaman presupuesto para la Universidad y toda la Educación Pública, enfrentan una “transformación educativa” regresiva que los ignora y los menosprecia, enfrentan la represión y la persecución, se conmueven y marchan por miles los 20 de Mayo, los 8 de Marzo, van con sus banderas al 1° de Mayo.
El desarrollo de un fuerte movimiento estudiantil, masivo, organizado y combativo es una tarea de todo el movimiento popular. Nunca hubo tantos estudiantes en la historia del Uruguay; el desafío para que se organicen es inmenso.
Este 14 de Agosto, las y los estudiantes, sus organizaciones, tomarán la palabra. Están previstas cientos de actividades en centros de estudios de todo el país. “A 50 años de la Huelga General, seguimos luchando por la educación del pueblo, las estudiantes no olvidamos”, es la consigna con la que este año, en todo el país, el movimiento estudiantil, en todas sus expresiones gremiales, convoca a conmemorar el 14 de Agosto.
Es realmente importante escucharlos, rodearlos, acompañarlos en su movilización, aprender de sus formas de organizarse, de hacer y de decir. El 14 de Agosto es un hermoso día para hacerlo.
Sin paternalismos, sin posturas demagógicas, con fraternidad compañera, con la mano tendida y el corazón en ella, luchando junto a quienes son nuestras y nuestros compañeros.
El 14 de Agosto es una fecha que conmueve, en la que todas y todos, junto al movimiento estudiantil, podemos y debemos rescatar esa canción entrañable de Violeta Parra, que se sigue entonando con emoción: “ ¡Que vivan los estudiantes!, jardín de nuestra alegría…”.