En el debate en el Pleno del Senado sobre el Presupuesto Quinquenal, el senador de la 1001, Unidad para los Cambios y el Frente Amplio, Oscar Andrade denunció que este tiene un “recorte de $15.000:000.000 y para hacerlo recorta salarios, rebaja jubilaciones, baja el presupuesto de la vivienda y baja el presupuesto de la educación”.
EL POPULAR publica un resumen de la extensa y documentada exposición del senador Andrade.
(…) En nuestra opinión, el presupuesto confirma lo que sostuvimos durante toda la campaña electoral. Se presentaron dos proyectos de país y legítimamente la mayoría de los uruguayos y uruguayas, por estrecho margen, en el mes de noviembre resolvió a favor de una de las opciones que sostuvo como una idea principal que es posible ahorrar $38.394:000.000 sin tocar políticas sociales ni salarios. Debatimos durante toda la campaña electoral sosteniendo que eso era imposible. ¿Qué nos presenta hoy la coalición que gobierna? Un presupuesto que tiene un recorte de $15.000:000.000 y para hacerlo recorta salarios, rebaja jubilaciones, baja el presupuesto de la vivienda y baja el presupuesto de la educación ¿Perdieron por el camino la fórmula que durante toda la campaña electoral sostuvieron frente a la ciudadanía diciendo que se podía ahorrar USD 900:000.000 sin afectar nada de esto? Contrastamos durante toda la campaña con esa varita tipo Copperfield que lo permitía, diciendo que esto no es posible. (…) Entonces la primera constatación que tenemos que hacer, con nitidez, con claridad, es que no puede haber sobre esto dos opiniones. O fue cierta la campaña electoral y se podía hacer tamaño ahorro –mucho mayor del que se hace, sin tocar aspectos sociales o económicos de tanta sensibilidad– o, como confirma el presupuesto, teníamos razón en que la única manera de hacer un ajuste de estas características es golpeando a la enorme mayoría de nuestro pueblo, a pesar de que se sostiene, un día sí y otro también, que hay preocupación por el bolsillo de los uruguayos. Pero resulta que en la mayoría de los bolsillos de los uruguayos hay salarios, jubilaciones o pequeñas empresas que viven de lo que se gasta en salarios y jubilaciones.
Los impuestos
Un segundo aspecto que se ha colocado con mucha firmeza durante todo el proceso de la discusión política y la campaña electoral, tiene que ver con la cuestión tributaria o fiscal. En realidad, el uruguayo no soportaba más impuestos. Ahí hay una historia porque si uno observa cómo esto se distribuye en 30 años, es cierto que durante los últimos 15 años gobernó el Frente Amplio y en los 15 años anteriores diferentes fórmulas coaligadas de los partidos tradicionales. (…) Si uno reparte cómo creció la presión tributaria, un 55% se dio en los 15 años en los que gobernaron los partidos tradicionales. (…) Con la diferencia de que el instrumento preferido para aumentar la presión tributaria fueron los impuestos indirectos, que no discrimina en función de los ingresos, sino que te golpea por igual. (…) La diferencia sustantiva es que la carga fiscal, a partir de la reforma tributaria –como lo demuestran todos los estudios económicos–, no fue regresiva desde el punto de vista de la desigualdad porque cargó impositivamente a los quintiles más altos de ingresos.
En la primera semana del gobierno de coalición se aumenta el IVA al pago con tarjetas; es la misma que utiliza la usuaria del Mides: la Tarjeta Uruguay Social. Si la muchacha va a comprar con esa tarjeta ahora paga dos puntos más de IVA. ¿En qué parte de la campaña electoral se dijo esto? (…)
El miembro informante dice que el problema principal es la herencia y arranca hablando del trabajo, que es un tema que en particular me apasiona. Y el ministro de Trabajo y Seguridad Social también lo menciona al decir que en febrero recibieron un desempleo de un 10 y pico por ciento. Cualquiera sabe que medir solo un mes, desde el punto de vista del empleo o del desempleo, es una variable que no da bien. Además, la tasa de actividad del mes de febrero fue de 56,4 % de la población económicamente activa. (…) Si vamos a comparar de vuelta estos últimos 30 años, podemos ver que los 15 años donde hubo crecimiento económico, fueron desde 1985 hasta 1999. Hubo quince años de crecimiento económico pero en ningún momento, en ningún período, se pudo superar el 52 % del empleo. Entonces, lo que estamos diciendo es que habría que tener un poco más de cuidado a la hora de hablar del trabajo. (…)
Empeoró la calidad del empleo, porque en todos esos años aumentó la informalidad laboral, ahí sí casi hasta trepar un 40 %, un 37 % y pico, un 38 % antes de la crisis. Esta informalidad laboral que nos horroriza cuando está en un 25 %, estaba en un 38 % en el 2004. Pero sacando la crisis de los años 2002 y 2003, el salario mínimo cayó a la mitad en medio de ese crecimiento económico. (…) Es bueno hablar del trabajo, porque hasta antes de los gobiernos del Frente Amplio, el ratio de informalidad de las mujeres con la informalidad de los varones era brutal. ¿Por qué ese ratio tan desigual y luego se achicó la brecha? Porque hubo política, porque se formalizaron decenas de miles de trabajadoras domésticas que estaban en condiciones brutales de ilegalidad, porque se presionó más, porque el BPS entró a controlar los laudos, así como ahora acaba de dejar de controlarlos por una decisión política: el gobierno que asume decidió políticamente que el BPS no controla más los laudos. (…) También decidió que si una empresa tiene un trabajador fuera de caja el plazo que el trabajador tiene para reclamar se redujo a la mitad. Además, en el presupuesto hay un artículo que se votó en comisión que establece que si una empresa falsifica documentación se bajan las multas a la mitad. ¿Alguien puede explicar sensatamente a quién benefician estas medidas?
(…) Yo quedé sorprendido por la respuesta de las autoridades cuando les dijimos que estaban arrancando 8.783 becas de Uruguay Estudia en el 2020, en medio de una pandemia, a estudiantes de los más pobres, muchos del interior. Dijeron: «Las recortamos para evaluarlas». Después, presentaron una segunda fundamentación del recorte de estas casi nueve mil becas que este año se iban a casi unas diez mil porque hay mucha más gente precisándolas. Y dijeron: «No, pero en el 2015 la OPP evaluó»… Como un curioso yo fui a buscar el informe del 2015 de la OPP, y lo que estableció la INEED, la ANEP anterior y esta ANEP, es que era necesario continuar con las becas; en ninguna parte habla de la suspensión. ¿Quién se hace cargo? (…)
Déficit fiscal y deuda
Pesada herencia: déficit fiscal y endeudamiento (…) Es obvio que cuando se gasta más de lo que ingresa el problema es el endeudamiento y los intereses pesan sobre el presupuesto. Es un problema. Nadie puede decir que lo macroeconómico no importa. Nosotros somos de la idea de que este problema se arregla en el marco de un fuerte crecimiento de la economía y una estrategia de trabajo de calidad. No pensamos que el gasto público es veneno. Al contrario. La diferencia que tenemos es que en un montón de áreas ahorrar nos parece que sale muy caro; ahorrar en ciencia y tecnología, sale muy caro; ahorrar en vivienda, sale muy caro; ahorrar en educación, sale muy caro; ahorrar en salud, en medio de una pandemia, sale muy caro. No es que estamos sacándole gravedad al problema del déficit fiscal, casi un 10% del presupuesto se va en intereses de deuda. Ahora, no es que sea un presupuesto más comprometido, porque en 2005 teníamos un 25 o 24 y fracción por ciento de presupuesto que se iba en intereses de deuda: deuda a corto plazo y deuda que estaba dolarizada. Cuando hablamos de herencia, no es esta la herencia que recibió la coalición de gobierno; recibió fortalezas financieras y no lo digo yo, lo dice la ministra de economía cuando recibe inversores y les muestra la fortaleza que tiene el Uruguay desde el punto de vista financiero. Es verdad que hay que reducir el déficit, pero tenemos un problema en cómo lo reducimos. Es facilísimo el camino que se eligió: rebajar los salarios y en primer lugar los salarios de la actividad privada. Me gustaría que la intervención que hizo el senador preopinante acerca de que hay empresas que aprovechan esta circunstancia para ganar más –las empresas, por ejemplo, que distribuyen por plataforma y otras–, la hubiera tenido en cuenta el Gobierno para no imponer una política salarial que en todos los escenarios es de rebaja. Uno puede entender que el turismo está en crisis y lo mismo sucede con otros sectores. Ahora bien, todos los escenarios son de rebaja; pase lo que pase con tu empresa hay rebaja salarial. Esa es la política salarial que cambia 15 años sostenidos de crecimiento de salario real y no lo decimos nosotros, lo dice la CEPAL: es el país en el que más creció el salario real, el salario mínimo y la formalización laboral. (…)
Recortes en vivienda
Vamos de vuelta a los 30 años y miremos qué pasó con el tema de la vivienda (…) Resulta que tuvimos una tasa de crecimiento de los asentamientos irregulares, en medio del crecimiento económico de 1985 a 1999, de arriba del 10 % anual. Estoy hablando del período censo contra censo, y no del informe de Techos, que son compañeros con los que me encuentro los fines de semana (…). De lo que estoy hablando es de censo contra censo, de dato oficial contra dato oficial y de una Encuesta Continua de Hogares que muestra que el crecimiento fue exponencial y que la política de vivienda fracasó. ¿Cuál fue esa política que fracasó? Pensar que el privado resolvía y destinar la mayoría de los recursos de la vivienda a núcleos básicos evolutivos. (…) No fue el mercado el que resolvió el tema de vivienda, lo agravó como nunca antes.
Pasemos a la vivienda en los gobiernos del Frente Amplio. Del año 1985 al año 1996, período intercensal, casi ni crecen los hogares en el Uruguay; de 1996 a 2006, el crecimiento fue más o menos moderado, en torno a los 60.000 hogares. (…) ¿Qué pasó en los gobiernos del Frente Amplio? De 1:032.803 hogares pasamos a 1:247.820 hogares; se formaron 215.000 hogares. (…) Teníamos un punto de partida donde, según la encuesta de hogares, la cantidad de hogares hacinados era de casi 60.000, y la cantidad de hogares con necesidades básicas insatisfechas sobre el tema de la vivienda era de casi 170.000. La Encuesta Continua de Hogares del año 2019 bajó a la mitad la cifra en ese período y cualquiera que estudie el tema de la vivienda lo sabe. (…)
Ahora se prevé para el período que viene, donde se baja sustantivamente la inversión en vivienda –de los más de USD 300:000.000 que tuvo en 2019 pasa a USD 187:000.000–, que va a haber una formación de hogares menor. Para el resultado del déficit habitacional, ojalá que sea así (…). Hay que recordar que también, como herencia en materia de vivienda, recibimos un presente griego que se llamaba Banco Hipotecario y que estaba brutalmente fundido. (…). ¿Qué tendríamos que estar resolviendo ahora? Gastar más, porque de lo contrario nos va a salir caro. Tendríamos que estar prohibiendo los desalojos o generando condiciones para el subsidio para la permanencia porque, en nuestra opinión, lo que nos ahorramos ahora por no atender esa situación de emergencia –o no conocemos a miles de uruguayos que no saben si el mes que viene van a poder pagar el alquiler–, después nos va a salir más caro. Después cambian las circunstancias, están los asentamientos irregulares y los gurises dejan de estudiar, como nos pasó con las becas de compromiso educativo. No sé cuánto se ahorró, pero sí sabíamos que más del 90 % de los que recibían esas becas modestas, se mantenían dentro del sistema educativo. Entonces, evidentemente, tenemos diferencias.
Recortes en Educación
En relación con la educación, aquí tengo dos proyecciones con el presupuesto que manejamos todos. (…) Si la economía cae este año lo que ellos dicen y no más, y crece lo que ellos dicen que va a crecer el año que viene y no menos –si se da ese doble escenario–, tenemos dos posibilidades. Una de ellas es que se ajuste el salario según la pauta y el Índice de Precios al Consumo, y que el resto de los costos se derive a la inversión educativa. Ahí vamos a tener un 4,85 % del PBI en 2021, 4,69 % en 2022, 4,48 % en 2023 y 4,31 % en 2024.
El segundo escenario es más complicado porque la inversión educativa no se ajusta según el IPC, tal como se está votando en el presupuesto. Nosotros votamos en contra porque lo consideramos un error, y ahí tendríamos un 4,61 % en 2021, un 4,22 % en 2022, un 3,84 % en 2023 y un 3,55 % en 2024. Estos datos son a confirmar, pero en realidad no puede haber demasiada diferencia porque tenemos los planillados.
Recortes en las Empresas Públicas
En cuanto a las empresas públicas. (…) El año pasado UTE volcó USD 166:000.000 a Rentas Generales y en el período pasado de gobierno invirtió USD 1.366:000.000, y tiene un presupuesto aprobado para este período de USD 1.096:000.000; son USD 250:000.000 menos de inversión y de trabajo. A su vez, la OSE, tiene un recorte de USD 220:000.000 para el período que viene. Entonces, en un momento de dificultades económicas la inversión pública social, sobre todo la que genera trabajo, es estratégica y se está recortando.
(…) En la proyección que hace el Poder Ejecutivo sobre las empresas públicas –que no es nuestra- la exigencia de aporte de estas empresas a Rentas Generales sube. ¿Qué escuchamos durante toda la campaña electoral? Decían que eso se terminaba, que las empresas públicas no tenían que ser más cajas de recaudación, que todo tenía que transferirse a las tarifas. (…)
Pero el problema de las empresas públicas no termina acá. ¿Cuál es el fundamento del artículo 737? ¿Cuál es? ¿En qué se basa? Lo que sabemos es que, como mínimo, se les exige a las empresas públicas que tienen que dar una ganancia similar al monto de su patrimonio invertido en deuda pública. ¿Y si no se llega? Y si la UTE, que tiene un patrimonio de cuatro mil millones no llega a aportar doscientos millones, ¿cómo se hace?; ¿cuál es la solución? El año pasado aportó ciento sesenta y seis millones, no llegó a aportar doscientos. ¿Cuál es la clave? ¿El aumento de tarifas? ¿Postergar inversiones? Reitero: ¿cuál es la clave? Ni hablemos de la OSE, que según el artículo 47 de la Constitución claramente expresa –votado por una amplia mayoría- que tiene que moverse sobre la base del interés social.
Aumentan los salarios y el número de cargos confianza
Tengo un último elemento que me parece de los más complejos y que también es parte de la discusión política de los últimos tiempos. En campañas electorales escuchamos como propuesta que el gran problema de la chequera era que el Estado era el que tenía que adelgazar y que, sobre todo, que el Estado no daba más de cargos políticos y de particular confianza; no daba más. Es más, acá tengo una frase del presidente de la comisión, entonces miembro informante en la Cámara de Representantes, acerca del aumento de los salarios del Mides, quien a pesar de que el aumento de salarios en 2015 no salió lo calificó diciendo: «No vi cosa tan descarada». O sea, en 2015, que no había pandemia ni drama social aumentar el salario de los directores del Mides era un descaro, pero ahora no solamente aumentan los salarios, sino que también aumentan en cantidad los cargos políticos y de particular confianza. ¿En qué parte de la campaña electoral estuvo planteado esto? Se suprimen algunos, sí, y se crean otros; el tema es que se crean más de los que se suprimen.
(…) Hay más cargos de confianza con más aumento de sueldo y más adscriptos para los ministerios; todo junto. Repito, porque parece que no escuchó el senador Da Silva: de 135 millones se pasa a 195, de un año a otro, en medio de la crisis y en la pandemia. (…)
El presupuesto nos deja, entonces, un montón de interrogantes y algunas fueron planteadas para que nos den respuestas. Reitero: se iban a poder ahorrar 38.400:000.000 sin recortar políticas sociales. Ante esto, la pregunta es obvia: ¿por qué, si tenían la fórmula para ahorrar sin tocar políticas sociales, las tocan? Alguien puede pensar que es una ingenuidad que el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial presente lo que tendría que recibir el fondo de vivienda y lo que está en el planillado, pero lo que anuncia esa cartera es que dado el desafío que está planteado, este recorte que termina siendo de 5.000:000.000 –que significa una pérdida de posibilidad de techo y también de trabajo–, es algo que no hay forma de disimular. (…)
En cuanto al agro, quiero decir que nadie duda de la importancia del sector agropecuario y, en particular, las enormes dificultades para atender a la producción familiar, a los más pequeños; esta es una tendencia que tiene 60 años, acá y en América Latina. La tendencia es que al más pequeño en el agro se lo come el más grande y lo tira para afuera. Por más habilidades de gestión que haya, la Dirección General de Desarrollo Rural, que ve recortado su presupuesto a la mitad, ¿cómo hace para sostener programas que son muy importantes para el pequeño chacarero, como más agua, más tecnología, más valor?
(…) No estoy diciendo ni de cerca que en el Frente Amplio hicimos todo bien; no, tuvimos errores, algunas dificultades notorias y temas que sin duda no pudimos resolver. Pero lo que no se puede hacer es pasar tabla rasa y decir que todo lo hecho, de punta a punta, en los quince años de gobierno y todas las herencias son cargas, cuando en algunos componentes esas herencias le cambiaron la vida a buena parte de nuestra gente. Le cambió la vida a unos aproximadamente 450.000 uruguayos más formalizados; le cambió la vida a las 100.000 personas que se operaron los ojos en el hospital de ojos; le cambió la vida a buena parte de nuestra gente el hecho de haber llevado la universidad al interior con una potencia como nunca se había hecho, con la misma importancia; le cambió la vida a buena parte de nuestra gente y a todos nosotros el hecho de que cuando la mujer pobre tiene que decidir la interrupción de un embarazo no sea considerado un delito penal; en fin, me refiero a políticas que le cambiaron la vida a una parte de nuestra gente. (…)
INTERVENCIÓN COMPLETA: