Construyendo desde la base

Con el triunfo del pasado miércoles de la selección uruguaya de fútbol ante su par venezolana, Uruguay tiene al menos medio pie dentro del mundial de fútbol más corrupto de la historia, el de Qatar. Antes que ningún jerarca del gobierno salga a decirlo, queremos dejar constancia que ni la citada victoria, ni la eventual clasificación al mundial, tienen nada que ver con la Ley de Urgente Consideración (LUC), sino simplemente con la cantidad de veces que la pelotita entra en arco ajeno y en arco propio.

La mención se hace necesaria porque últimamente, en las declaraciones del oficialismo, todo lo que puede ser considerado bueno resulta mérito de la LUC, aunque claramente no tenga nada que ver. Curiosamente, lo malo, que sí es estricta consecuencia de la LUC, ni se menciona o se le atribuye a una mala alineación de los planetas, en una lógica bastante caprichosa.

Pongamos algún ejemplo. Para no irnos muy lejos de la pelotita, repasemos el caso de un conocido jugador de fútbol, que vistiera la camiseta de uno de los grandes, del cual es hincha, que tiempo atrás tuviera una muy destacada actuación en las selecciones juveniles de Uruguay y que. lamentablemente, incurriera en el delito de traficar armas, con detalles aún en investigación judicial, mientras el joven guarda prisión preventiva. Si uno presta atención a la información más detallada sobre el caso, parece bastante claro que el jugador era objeto de una investigación, que su teléfono estaba intervenido y que fue detenido en la ruta Interbalnearia por el conocimiento previo de que seguramente llevaría un arma para entregar a un destinatario por ahora desconocido. Todo, absolutamente todo lo que acabamos de describir, encaja perfectamente en los procedimientos policiales, judiciales y en el Código Penal uruguayos. Cumpliendo determinadas formas, todo cuanto se hizo se puede hacer, desde hace mucho tiempo, sin necesitar en absoluto de la LUC. Pues bien, más de un dirigente oficialista salió a proclamar a los cuatro vientos que esta aparente red de tráfico de armas pudo ser desmontada “gracias a la LUC” y que “sin la LUC no se podría haber detenido el auto” donde viajaba el futbolista y el arma. Yo no sé a Ud. querido lector, pero a mí, mucho antes de que hubiera LUC, me paró tres o cuatro veces en rutas nacionales personal policial para pedirme documentos y mirar dentro del auto, pues estaban buscando a alguien, y luego de hacerlo me pedían disculpas, me saludaban y listo. Uno no entiende hasta qué punto toma el oficialismo a todo el pueblo uruguayo por estúpido como para decir absolutamente cualquier cosa.

Entendamos, el blindaje mediático que recibe el gobierno está muy mal. Que publiquen fotos del presidente surfeando por mis lares mientras entre 20 y 30 compatriotas fallecen diariamente por la pandemia, sin vincular uno y otro hecho, si hacer alusión a la enorme frivolidad de “ninguna medida a veces es la mejor medida”, es una cachetada para el dolor de todas las familias afectadas, que ya son más de 6.500.

La escasa atención que se presta a la aparición, también en las costas de Rocha, de 55 cajas de cocaína caídas de un barco y la casi nula investigación periodística al respecto, es una vergüenza. Tal parece que hay que creer que, así como antes en Uruguay inventamos la “sojacoca” para exportar, ahora descubrimos el “mercapez” o que hay cangrejos en nuestra costa caminando a la velocidad de una liebre.

Casi nadie se pregunta la millonada que hay dentro de esas cajas, cómo fue posible que tan cerca de la costa una embarcación las llevara, de dónde salió, a dónde iba y cómo es posible que en una costa donde los helicópteros sobrevuelan una y otra vez en verano, pasara desapercibida, o si acaso hubo una distracción comprada.

Pero mentir a diestra y siniestra afirmando que con la papeleta rosada del SI se derogarán artículos que no son parte de los 135 impugnados, o atribuir a la LUC dones cuasi mágicos, como provocar descensos en tasas delictivas en marzo del 2020 (por reducción de la movilidad, como en todo el mundo), meses antes de entrar en vigencia el esperpento legal, y, convenientemente callar que al retomarse la movilidad social fue, pese al maquillaje y el subreporte oficial, notorio el repunte delictivo (y en este caso con LUC vigente), es lisa y llanamente inmoral.

Pero, aunque se la tome por estúpida, la gente no lo es. Ya son muchos, y de todos los partidos, los que se han dado cuenta que, si el gobierno hace lo imposible para evitar aplicar su fórmula mágica para la fijación de los precios de los combustibles, es porque sabe que produce aumentos permanentes, y que no puede seguir vigente. Porque hay inquilinos de todos los partidos y a nadie le gusta pensar que por una fatalidad familiar o laboral que provoque un ligero retraso en el alquiler, se pueda terminar en dos patadas en la calle. Porque los números no mienten, sólo mienten quienes los esconden o disfrazan, pero hay números que todos sentimos en el bolsillo y si los ajustes de salarios y jubilaciones van por debajo de la inflación y, por ejemplo, tres veces por debajo del aumento anual del supergas o más de cuatro veces por debajo del aumento de la nafta, los bolsillos se agujerean y se empieza entender que 135 artículos liberticidas y anuladores de derechos no son casualidad, son una forma de poder tener amparo legal para seguir adelante una política de saqueo a la inmensa mayoría del país.

Tanto es así, que, en varios puntos del país, referentes de partidos políticos diversos, particularmente integrantes de la coalición multicolor, están convocando a votar la papeleta rosada del SI. Porque entienden que los 135 artículos son profundamente antipopulares y que son absolutamente incompatibles con el mejor lustro de la vida que se prometió. Ese proceso de acumulación por la base, desde abajo, es interesantísimo y absolutamente necesario: los grandes desafíos de la Historia los asumen grandes masas populares organizadas en torno a alguna consigna común.

Pero, además, ese proceso de construcción desde la base es particularmente feliz cuando una invaluable experiencia de construcción política desde los cimientos del pueblo uruguayo, una experiencia absolutamente única en el mundo, se apresta a celebrar su 51 aniversario: el Frente Amplio.

Aunque lo hayamos dicho mil veces, no nos cansaremos de repetirlo: vaya uno a explicarle a un europeo, por ejemplo, de la coexistencia orgánica y prolongada de socialistas, comunistas, anarquistas, democristianos, corrientes de izquierda nacionalistas, etc., para entender el valor de la herramienta política que es el FA. Vaya uno, además, a intentar explicarle la dualidad coalición-movimiento, el riquísimo fenómeno de los Comité de Base, su peso e incidencia en todo movimiento que se produce dentro del FA. Sin ir más lejos, su rol en el presente, en la lucha por el triunfo del SI rosado, por ejemplo.

Aniversario que coincide con la asunción de nuevas autoridades y órganos de conducción del FA, tanto a nivel nacional como de los distintos departamentos, tras unas elecciones internas que, pese a realizarse en medio de una agenda sumamente intensa (apenas una semana después de las elecciones del BPS, por ejemplo) tuvieron una altísima participación, todo lo cual indica claramente una vigorización y relanzamiento de la fuerza política.

Ante los blindajes, las mentiras, el descaro, las provocaciones y el juego sucio, nosotros seguiremos haciendo lo que ni una dictadura pudo impedir: construyendo desde la base popular.

Gonzalo Perera

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