Abel Oroño (*)
Este domingo 11 de mayo se elegirán 19 Intendentes, 589 ediles y 680 concejales (136 de los cuales serán alcaldes), todos con sus respectivos suplentes.
Es, por tanto, una instancia electoral relevante para terminar de cubrir todos los cargos de elección por los ciudadanos de Uruguay y constituye una instancia de posibilidad de participación directa muy significativa y nada despreciable, en términos democráticos, para afrontar el próximo quinquenio de gobierno.
En la noche del próximo 11 de mayo se procederá, en cada circuito de votación, a realizar el escrutinio primario en el que se abrirá cada uno de los sobres de votos no observados y se examinará el respectivo contenido.
Los votos observados, que tienen un sobre azul, dentro del que va el sobre amarillo común, se pondrán aparte e irán dentro de la urna a la Oficina Electoral Departamental para ser analizados en ocasión del escrutinio departamental o escrutinio definitivo, donde se verificará si será válido, en blanco, blanco parcial o anulado definitivo.
Las causales de categorizarse como observado un determinado voto son las siguientes:
1) estar desarrollando tareas en determinado circuito –como integrante de Mesa, como custodia u otras como funcionario de la Corte Electoral, y tener credencial de otro circuito.
2) no figurar en el padrón pero presentar su credencial, que sí corresponde al mismo, en ese caso debe dejar su credencial para que oportunamente la Oficina Electoral regularice su habilitación.
3) presentarse votar en un circuito rural, con credencial del Departamento, pero de otro circuito rural.
4) la existencia de dudas de integrantes de la Mesa y/o de delegados partidarios sobre la identidad de la persona que se presenta.
5) una persona se presenta ante la Mesa diciendo su serie y número y no se le encuentra en el padrón, en ese caso deben, además, tomarse sus huelas dactilares.
6) si un ciudadano con discapacidad motriz le corresponde un circuito con dificultades de accesibilidad y se presenta a otro que no la tiene, se habilita a que vote en ese circuito, pero debe observarse el voto.
Separados, entonces, los sobres con votos observados (azules), que se vuelven a introducir en la urna para su remisión a la Oficina Electoral Departamental, se procede a la apertura de los demás sobres (amarillos), presentándose las siguientes opciones de votos emitidos.
Votos en blanco: son aquellos en los que el sobre está totalmente vacío.
Votos en blanco parcial: son aquellos sobres que solamente contengan una hoja de votación correspondiente a la elección departamental o a la municipal, se computará un voto válido para la elección de las hojas que se haya introducido y en blanco para la que no se haya colocado.
Si hubiera una hoja de votación para un Municipio que no fuese el de la respectiva credencial, se anulará el voto municipal pero será válido el voto departamental.
Votos anulados: son aquellos sobres que tengan cualquier objeto extraño. Hay muchos ejemplos, algunos han sido los siguientes: nylon, plásticos, llaves, hojas vegetales, otros papeles, documentos, hojas manifiestamente rotas o escritas, a los que se suman aquellos sobres que tengan más de dos hojas de votación iguales y los que tengan hojas de dos Lemas (o Partidos) diferentes, sea para la misma elección o un lema para una elección y otra de otro lema para la otra elección.
Votos válidos: son aquellos sobres que contengan hasta dos hojas de un mismo Lema, si fueran iguales, se descartará una y computará la otra.
Votos al lema: si en el sobre figuraran dos hojas para la misma elección –departamental o municipal- distintas pero del mismo lema, se computará como voto al Lema en la respectiva elección, sin preferencia alguna dentro de ese Lema, pero sumando a la hora de adjudicar cargos entre lemas.
Comentarios adicionales
Históricamente la concurrencia física en las elecciones ronda el 90% del padrón electoral, las causas de no concurrir son diversas, tales como haber fallecido y no haberse recibido la notificación del Registro, no poder concurrir por encontrarse privado de libertad, o internado por razones de salud o por otra imposibilidad física de traslado, así como estar en el exterior, sea por razones laborales transitorias o por haberse radicado de forma permanente fuera del país.
Sobre este último punto cabe señalar que Uruguay es uno de los pocos países del mundo que no tiene habilitada ninguna forma de voto para los uruguayos en el exterior: voto epistolar, voto consular, posibilidad de elección de parlamentarios específicos, por ejemplo, lo que es, en mi percepción, materia pendiente para el futuro.
Por otro lado, los votos en blanco y anulados han venido registrando guarismos del entorno del 3 o 4% de los emitidos, por lo que los votos válidos para las elecciones nacionales han sido del orden de un 87% del padrón electoral.
En las elecciones departamentales y municipales el panorama ha sido distinto y bastante diferente entre Montevideo y el resto del país.
En Montevideo se ha observado un importarte guarismo de voto en blanco parcial en la elección municipal, mientras en los otros 18 Departamentos ha sido mucho menor e, incluso en numerosos Municipios –en particular en los de menos población- se ha dado con frecuencia que hay más votos en la elección de Concejales que en la del Intendente. Voto en blanco en la elección departamental y voto válido en la elección municipal.
De todas maneras estos resultados reflejan la existencia de cierta cantidad de ciudadanos uruguayos, residentes en el país que emiten señales, en mi percepción, muy preocupantes.
Los votos en blanco parecieran manifestar su total prescindencia de la instancia eleccionaria, dejando en otras manos (los que sí se pronuncian por la opción que fuese) la decisión sobre su futuro como uruguayos, sobre el diseño y conducción de las políticas públicas que los afectarán, quieran o no, lo mismo que a sus familiares.
Debiéramos intentar encontrar, como país, los incentivos para motivarlos a pronunciarse sobre la selección de los gobernantes en la que, quieran o no, están involucrados.
Los votos anulados pueden tener varias razones para su presencia: errores involuntarios (más de dos hojas, roturas no intencionadas de las hojas introducidas, distracción al dejar en el sobre algunos objetos) pero otros también reflejan expresa intencionalidad (roturas o escrituras, u otros objetos extraños, no atribuibles a distracción).
En estos casos se registra la misma preocupación anterior, un desapego al mecanismo democrático de selección de las autoridades que francamente no es bueno para el futuro y genera similar desafío, encontrar, como país, incentivos adecuados para motivarlos en términos democráticos, cualquiera fuese su opción concreta a la hora de elegir.
(*) Politólogo.