El mito respecto a la precisión de las armas explosivas es el eje central de un nuevo informe del Centre Delàs.
La presentación del informe se realiza al mismo tiempo que se produce la firma en Dublín una Declaración Política para prohibir su uso en zonas pobladas.
De acuerdo a los datos del informe, el empleo de este tipo de armamento contra zonas urbanas, trae como consecuencia que, 9 de cada 10 personas que mueren durante los ataques sean civiles.
En su informe, los expertos señalan que esta tipología de armas explosivas no garantiza, por muy avanzada que sea la tecnología usada para su fabricación, como es el caso de las bombas de precisión o los drones armados, “la discriminación entre civiles y combatientes cuando se utilizan en zonas urbanas”.
La declaración de Dublin contra este tipo de armamento, se espera sea firmada por cerca de 75 Estados, incluidos entre ellos, países que hacen uso de este tipo de armamento y países que han sido afectados por el uso de los mismos.
“El uso de armas explosivas en zonas pobladas”, reseña el portal de noticias Kaosenlared a partir de lo constatado en el Informe del centro especializado, “expone a la población civil a un alto riesgo de muerte o lesión y a la destrucción accidental o deliberada de las infraestructuras de las que depende”.
De acuerdo al Centre Delàs d’Estudis per la Pau, “el 90% de las víctimas de los bombardeos en zonas pobladas son civiles”, una aseveración constatada por una investigación de la organización AOAV.
Esta organización se ha ocupado de documentar los incidentes ocurridos desde 2010 en al menos 130 países.
La Declaración de Dublín se produce luego del encuentro realizado entre el 17 y 18 de noviembre en esa ciudad donde se realizó una conferencia internacional sobre esta temática.
La Declaración política tiene como objetivo principal fortalecer “la protección de los civiles frente a las consecuencias humanitarias derivadas del uso de armas explosivas en áreas pobladas” y es considerada como “un logro histórico” con la capacidad de “fortalecer significativamente la protección de los civiles contra los bombardeos de pueblos y ciudades”.
“El texto”, subraya el portal de noticias, es el resultado de “años de trabajo de la campaña internacional que busca la prohibición de las armas explosivas (INEW por sus siglas en inglés) -que el Centre Delàs impulsa en el Estado español-, y del liderazgo de Irlanda los últimos años”.
En el documento se solicita a los Estados que “se comprometan a adoptar políticas nacionales y prácticas militares que no dañen a la población civil”, absteniéndose de usar “armas explosivas con efectos en zonas pobladas”, así como a “recopilar y compartir datos sobre los efectos de las armas explosivas”.
Hasta la fecha, “112 estados y territorios y 6 agrupaciones de estados han reconocido públicamente el daño causado por las armas explosivas en zonas pobladas en distintas declaraciones”.
La importancia de este tipo de declaraciones, que no son vinculantes, radica en el peso político de las mismas ya que permiten “ayudar a aclarar la aplicabilidad del derecho internacional existente a una situación concreta o a esbozar normas de conducta que van más allá del derecho vigente”.
De acuerdo a la investigadora del Centre Delàs y co-autora del informe, Camino Simarro, “en el caso de este tipo de armas, responsables de tantas víctimas en guerras de todo el mundo, como ocurrió con las bombas de racimo o las minas antipersona, la única solución ante el devastador impacto de su uso en zonas pobladas, es su prohibición”.
De acuerdo al informe, “la percepción de la posibilidad de llevar a cabo ataques sin riesgo puede hacer prevalecer las soluciones militares por encima de las políticas”, disminuyendo así “los umbrales para iniciar acciones militares”.
Esta percepción, se concluye en el estudio, se sustenta en la creencia de que las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial han creado las condiciones que llevan a pensar “que sea más fácil” las “guerras a distancia”, dándole a estas un carácter “más abstracto”, lo que “puede llevar a más acciones militares y a una escalada incontrolada de conflictos en los que la población civil es siempre la principal damnificada”.