Bajo la consigna “O sus ganancias o nuestras vidas”, las organizaciones sindicales griegas lanzaron una convocatoria de huelga general para el próximo 9 de abril.
La huelga ha sido convocada por el llamado Frente Militante de Todos los Trabajadores (PAME), afiliado al Partido Comunista de Grecia (KKE) y la misma llama a los trabajadores a que participen de forma activa como forma de exigir “cambios estructurales en las condiciones laborales y sociales”.
Desde el pasado año, reseña el portal KaosenlaRed, Grecia “ha sido escenario de un auge huelguístico” que evidencia “el hartazgo de la clase trabajadora tras años de políticas de austeridad, estancamiento salarial y deterioro de los derechos laborales”.
Todas las protestas llevadas adelante han “abarcado sectores como la educación, la salud, el transporte y la industria”, produciéndose en estos sectores paros y manifestaciones “que han puesto en jaque las políticas del gobierno conservador de Kyriakos Mitsotakis”.
La próxima huelga del 9 de abril constituye, al decir de los convocantes “un punto culminante” en la oleada de movilizaciones y tiene como propósito, la unificación de “las demandas de los trabajadores en una acción a nivel nacional”.
“Los salarios reales”, señala la convocatoria, “son un 14% más bajos que en 2011, mientras los beneficios empresariales no paran de crecer”, razón por la que los sindicatos “exigen incrementos salariales sustanciales, el retorno a una jornada laboral de 35 horas semanales repartidas en cinco días, y la derogación de leyes que han flexibilizado el mercado laboral, como la reciente ampliación a una semana de seis días en ciertos sectores.”
Otro de los ejes centrales de la movilización sindical es la radical “oposición al gasto militar” y a lo que definen como “los monopolios de la guerra»
Grecia, recurada el medio de prensa, es “uno de los países de la OTAN con mayor porcentaje de PIB destinado a defensa (más del 3%)” y ha sido “criticada por priorizar bases militares y armamento en un contexto de pobreza generalizada”.
“No aceptamos pagar 7.000 millones al año para guerras imperialistas mientras nuestras vidas no están protegidas ni siquiera de desastres naturales”, se afirma desde el PAME, quienes exigen que “esos fondos se redirijan a salud, educación y servicios sociales”.
La postura de los trabajadores, se añade, refuerza las recientes acciones realizadas para bloquear el “envío de municiones a Israel por parte de estibadores en 2024”, lo que ha sido definido como “un ejemplo de la resistencia obrera a la implicación del país en conflictos internacionales”.