Luego de permanecer 41 años en prisión y con 67 años de edad, fue puesto en libertad John Hinckley Jr., el hombre que, en 1981 atentó contra el entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan.
Tal y como recuerda Rusia Today (RT), en 1981, Hinckley disparó e hirió al 40.º presidente de Estados Unidos en las cercanías de un hotel en Washington.
Producto del ataque, fue herido el agente del Servicio Secreto Timothy MacCarthy, así como, el policía Thomas Delahunt y el entonces secretario de prensa de Reagan, James Brady, que murió en 2014 y quedó paralizado por las heridas causadas por el atentado.
Al ser enjuiciado, un jurado lo declaró inocente por razones de “locura”, dictaminando que el mismo estaba afectado por una psicosis, motivo por el cual se le indicó tratamiento e ingreso a un hospital psiquiátrico.
Al decidir su liberación, las autoridades señalaron que, John Hinckley Jr. Dejó de representar “un peligro para sí mismo” y “para la sociedad, por lo que ya no es necesario que continúe bajo supervisión judicial”.
La audiencia final, en la que definitivamente se accedió a su liberación, fue realizada este miércoles 1 de junio.
Desde el momento de su detención, John Hinckley Jr., pasó más de 40 años en diferentes centros de reclusión y de salud mental.
De acuerdo a la agencia Rusia Today (RT), la liberación de Hinckley Jr fue determinada por el juez del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, Paul Friedman, quien el pasado mes de setiembre de 2021, había estipulado “que su orden no sería efectiva hasta el 15 de junio”, momento en que se determinaría “en una última audiencia su estado mental, así como su grado de integración a la sociedad”.
«Ha sido examinado y ha pasado todas las pruebas. Ya no es un peligro para sí mismo ni para los demás», afirmó Friedman, al dictar el fallo liberatorio de Hinckley Jr.
En sus declaraciones a medios de prensa, el magistrado recordó que al ser detenido Hinckley Jr, “se encontraba severamente perturbado”, al tiempo que aseveró que desde mediado de los años 80 no ha vuelto a mostrar ningún padecimiento mental, ni comportamientos violentos o intereses por las armas.
Al comentar la liberación, la fiscal Kacie Weston resaltó que para el Gobierno estadounidense este es un caso donde se demuestra «el éxito que puede tener un sistema de salud mental integral», y agregó que el propio Hinckley manifestó “su deseo de seguir recibiendo servicios de salud mental incluso cuando ya no esté obligado a hacerlo”.
En 2016, el hombre salió del establecimiento donde se encontraba recluido desde junio de 1982. Las condiciones impuestas por el tribunal implicaban la supervisión de los médicos sobre su tratamiento psiquiátrico. Asimismo, Hinckley no podía poseer armas y ponerse en contacto con los hijos de Reagan, otras víctimas o sus familias, y la actriz Jodie Foster, con la que estaba obsesionado durante el tiroteo de 1981.