Una encuesta realizada por la oficina de Naciones Unidas en Uruguay sobre los impactos de la pandemia de COVID-19 en el país, indagó sobre la percepción de los ciudadanos en áreas tales como economía y educación.
Los datos revelados indican que el 37% de la población evalúa como buena su situación socioeconómica, mientras que, el 48% consideró que “no es buena ni mala”.
El 14% de los encuestados valoró como mala su situación económica actual.
Respecto a la situación económica a escala de los hogares, los datos de la pesquisa indicaron que “un 28% de la población considera que la situación económica de su hogar es peor (26% “peor” y 2% “mucho peor”) que antes de la pandemia y para un 55% esta se ha mantenido “igual”.
El 47% de quienes evaluaron que su situación económica es “peor” o “mucho peor”, adjudicaron a la pandemia dicho deterioro.
La forma en que se distribuye la percepción de deterioro en la situación económica varía según niveles educativos y status económico, ello explica, por ejemplo, que el 56% de las personas incluidas en este subgrupo poblacional atribuyan a la pandemia el deterioro económico de su hogar, mientras que, dicha evaluación alcanza un 32% en las personas de niveles educativos y socioeconómicos altos.
“Un 12% de las personas entrevistadas declara haber estado en situación de inseguridad alimentaria leve o significativa durante el año 2021, comparado con 21% durante el 2020. Si bien esta mejora relativa de la seguridad alimentaria tuvo lugar en un contexto de reducción de las restricciones debidas a la pandemia, los resultados de la encuesta no permiten realizar esta atribución de manera certera”, describe el documento.
En el área educación, “un 60% de las personas con menores de edad a cargo manifestó que éstos participaron de clases virtuales durante la etapa en la que las clases virtuales estuvieron suspendidas”, 18% “la mayoría de las veces”, 10% “algunas veces”, 5% “pocas veces” y un 5% declaró que “nunca” lo hicieron”.
Para el 79% de las personas encuestadas, las modalidades de educación virtuales producen menores aprendizajes que las presenciales.