Se confirmó lo que era previsible y nadie por miedo decía, el pueblo colombiano derrotó por segunda vez, después de Bolívar y por vía de las urnas a los oligarcas pro imperialistas defensores del imperialismo de turno.
Y esta definición, “oligarcas pro imperialistas”, descartada por la academia latinoamericana y caribeña salvo excepciones, se ajusta a la actual etapa del continente, donde el imperialismo norteamericano recibe una dura derrota que puede poner el jaque su ya cuestionado dominio mundial.
Colombia es sin dudas el territorio más estratégico para los Estados Unidos, con nueve bases yanquis y la jefatura de su estrategia por el dominio de su patio trasero. Lo demás es historia conocida.
El factor subjetivo y nuestro aporte
Pero más allá de estos hechos de enorme importancia histórica, quisiera trasladar al factor subjetivo la mirada y remitirme, por ejemplo, al encuentro, en un momento complejo, pues mi compañera había muerto recientemente, con el hoy un diputado electo colombiano Gabriel Becerra, que llegó a una reunión en Montevideo.
ahí comprendí la fuerza de su razonamiento, la idea misma de la vida en “democracia que para los uruguayos era bastante común”.
Para un pueblo como el colombiano, o como la mayoría del continente Latinoamericano y Caribeño, vivir así es casi una utopía. Cuando fuimos al parque, aquí en Palermo con mis hijos, el “Gabo” me dijo: “ojalá un día en Colombia yo tenga un parque de estos para ir tranquilo con mis hijos”. Por supuesto que no hay nada que agregar.
Fidel y Jorge Eliacer Gaitán
El 9 de abril de 1948 Fidel Castro asistía al encuentro universitario en Colombia para conformar lo que sería la OCLAE, paralelo a la conformación de la OEA y se reunió con Gaitán, la gran apuesta del pueblo colombiano, luego asesinado por la CIA.
Se consumaba así la gran traición de la oligarquía colombiana y su entrega a los EEUU, confirmada décadas después por su clase dominante en complot con el narcotráfico, con la presidencia de Alvaro Uribe, con nueve bases en Sudamérica entregadas a los EEUU y la aplicación del Plan Colombia.
Y la reacción popular, encabezada otra vez por Fidel, en la búsqueda de la paz, y los acuerdos de La Habana, apoyados por el FA y negadas por los derroteros de lo obvio, la izquierda “incontaminada”, la cual hoy discute el triunfo de Petro, etiquetándolo de “intervenido militarmente por el Comando Sur del Pentágono y cualquiera de los dos realizarían su gestión dentro de las actuales bases institucionales y el status jurídico político vigente”.
A esto se une al coro de felicitaciones de los “burócratas internacionales” ahora devenidos en observadores, que corean la victoria “progresista” del pueblo colombiano. Para que sumen al “centro” continental.
Sangre en lucha
Para los revolucionarios latinoamericanos y caribeños la victoria electoral en Colombia es los millones de muertos, desaparecidos y torturados, los desplazados, y los que nosotros mismos aquí refugiamos en décadas de lucha.
Son nuestros hermanos, las y los comunistas de un centenario Partido, de defensa de la democracia. Son las y los compañeros, sin excepción, de todo el movimiento popular que dieron la vida por una Colombia libre.
Y también es nuestro aporte con el PIT-CNT en cada conflicto, con la FEUU en la lucha estudiantil, ahí en terreno, incluso con los bailes ilegales que no entraran en la historia.
Y en particular por la atención por años de Alicia Pintos y el movimiento de mujeres colombianas que debemos rescatar, en esta victoria fueron determinantes jóvenes y mujeres. Y en Uruguay, si me preguntan, es para Alicia esta victoria. Años de ida callada, de perfil bajo y de tarea realizada.
Y sin ningún ánimo de sectarismo, la senadora Gloria Inés Ramírez, o el apoyo del PCU a Piedad Córdoba y Marcha Patriótica y su ingreso al Foro de Sao Paulo. Ahí estuvimos, con otros como siempre, pero estuvimos.
Y el Frente Amplio, y su Comisión de Relaciones Internacionales en La Habana y en el Foro de Sao Paulo, en los acuerdos de PAZ.
Por eso nos sentimos parte y nos alegramos de la victoria del pueblo de Bolívar, que tambien es nuestra. Porque la construyen las y los colombianos primeros y aportamos con Rodney Arismendi a la Revolución Continental, diciendo que la lucha es una y es continental.
Por esto hoy festejamos, sabiendo que mañana el pueblo colombiano construirá su historia “desde el pie”, recordando a Artigas en carta a Bolívar el 29 de julio de 1819 cuando le escribió: “Unidos íntimamente por vínculos de naturaleza y de intereses recíprocos, luchamos contra tiranos que intentan profanar nuestros más sagrados derechos. La variedad en los acontecimientos de la revolución y la inmensa distancia que nos separa, me ha privado de la dulce satisfacción de impartirle tan feliz anuncio. Hoy lo demanda la oportunidad y la importancia de que los corsarios de esta república tengan la mejor acogida bajo su protección… No puedo ser más expresivo en mis deseos que ofertando a vuestra excelencia la mayor cordialidad por la mejor armonía y la unión más estrecha. Firmarla es obra de sostén por intereses recíprocos. Por mi parte, nada será increpable, y espero que vuestra excelencia corresponderá escrupulosamente a esta indicación de mi deseo”.
Rony Corbo