Los cabildantes y multicolores al acecho de la INDDHH
A impulso de los cabildantes, que han llegado incluso a proponer su eliminación, la coalición gubernamental, con amplias mayorías parlamentarias, se dispone a elegir en la Asamblea General a las nuevas autoridades de la Institución Nacional de DDHH y Defensoría del Pueblo (INDDHH). Ya lo han señalado. No dejarán títere con cabeza. Harán una renovación total de autoridades. No reelegirán a ninguno de los actuales integrantes, ni siquiera a la doctora Mariana Blengio que en su momento fue promovida por parlamentarios blancos.
Por lo anunciado públicamente por algunos de sus voceros parlamentarios, desconociendo lo establecido por la misma ley que la creó, designarán a los integrantes mediante cuota política como si fuera un ente o un ministerio: habrá dos representantes del Partido Nacional, uno del Partido Colorado y otro de Cabildo Abierto. Dejarán un cargo a disposición del Frente Amplio.
Como ocurrió recientemente en el MSP, probablemente, el representante de Cabildo Abierto hará todo lo posible por crear vacantes para coroneles retirados y allegados.
Un avance institucional
La existencia de órganos como la INDDHH, aunque no la cambian radicalmente, mejoran la calidad de la democracia más allá de los resultados concretos que ella pueda ofrecer. Pone de manifiesto que las normas de Derechos Humanos son un ideal social a seguir, un conjunto de normas de convivencia social importantes, que orientan la labor de los gobernantes y de sus funcionarios.
La INDDHH fue creada por la Ley 18.446 de diciembre de 2008. Es una unidad dependiente del Parlamento, pero autónoma, con el cometido específico de defender y promover los DDHH. Posteriormente, mediante reformas legislativas se le introdujeron nuevas tareas y responsabilidades, algunas de ellas referidas al período conocido como de actuación ilegítima y del terrorismo de Estado (1968 -1985).
En su momento, su concreción significó un enorme progreso institucional en el camino de profundizar la democracia y la calidad de ella misma.
La INDDHH es una gran herramienta de la democracia para afirmar las normas de Derechos Humanos que están destinadas a dignificar la vida de todas las personas.
Escudo protector de los más vulnerables
Si bien la existencia de un órgano como la INDDHH favorece al conjunto de la sociedad, su mayor beneficio lo obtienen aquellos sectores más desprotegidos en una sociedad dividida en clases sociales. Es un instrumento fundamental y decisivo para aquellos ciudadanos más vulnerables, más desprotegidos, que no tienen acceso a tener su propia organización, a conocer sus derechos, reclamar y demandar su implementación.
El flagelo de la tortura
La tortura, causa dolor y sufrimiento, físico, psicológico o mental a una persona detenida e indefensa por funcionarios del Estado, de manera intencional y deliberada, es un acto cruel y repudiable, tanto desde el punto de vista legal, político o ético, cualquiera sea el fin que se invoque. Durante el terrorismo de Estado, asociada a las detenciones masivas y la reclusión prolongada, la tortura fue una práctica masiva sistemática y generalizada.
Desde el retorno a la institucionalidad democrática su uso se ha reducido y ha habido al respecto políticas claramente establecidas, lo cual no ha impedido que haya habido muertes por malos tratos en comisarías y se hayan detectado casos similares en diferentes ámbitos, tanto policial como carcelarios, incluso con menores. La actuación de la INDDHH ha sido muy importante al respecto y le ha generado el malestar gubernamental, tanto en los gobiernos del Frente Amplio como del actual, que en diferentes ocasiones ha reaccionado de manera airada.
La calidad de la democracia amenazada
La integración del próximo Consejo Directivo no es, por lo mismo, un tema menor para quienes apostamos a fortalecer la institucionalidad democrática del país para seguir avanzando. El movimiento sindical, el movimiento estudiantil, las organizaciones de DDHH, las cooperativas, la ciudadanía en general, deben estar alertas y hacer sentir su opinión y sus inquietudes al respecto.
Los futuros integrantes de la Comisión Directiva de la INDDHH deben tener un sólido y efectivo conocimiento y compromiso, indubitable, con las normas de DDHH, en lo declarativo y también en cuanto al compromiso de vida. Como lo establece la norma vigente, sus candidaturas deben surgir desde las organizaciones de la sociedad civil.
La dictadura cívico militar y su terrible legado sobrevuela a la hora de promover, apoyar y examinar candidaturas. No hay justificaciones ni explicaciones para las graves violaciones a los DDHH. Quienes las defienden para el pasado reciente pueden promover candidatos para el presente y el futuro. Y serán un peligro si integran el órgano de conducción de la institución. Los cabildantes son un caballo de Troya de la institucionalidad de DDHH.
Gastón Grisoni (Presidente de Crysol, sus opiniones no reflejan ni comprometen, necesariamente, al colectivo como tal).