“¿Por qué si el salario real cae más gente paga IRPF?”, así inicia un posteo realizado por el Equipo de Representante de los Trabajadores (ERT-BPS) en su cuenta oficial de la red social Facebook.
Como respuesta, agregan, a varias consultas recibidas, el posteo comparte parte de un informe elaborado por el economista Hugo Bai.
Por su importancia el Portal de noticias de El Popular lo transcribe íntegramente:
“La Base de Prestaciones y Contribuciones (BPC) es un valor monetario que se utiliza como umbral para determinar las franjas del IRPF, el IASS, monto de la jubilación mínima y otros parámetros relacionados al acceso a prestaciones de seguridad social (jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares).
Los gobiernos deben ajustar la BPC cada 1ro de enero cuando se incrementen las remuneraciones de la Administración Central. La ley establece que pueden ajustarla según la evolución del Índice de Precios al Consumo (IPC), el Índice Medio de Salarios (IMS) o un 20% por encima o por debajo de cualquiera de esos indicadores.
Durante 2005 y 2020, cuando el salario real era de crecimiento, el Poder Ejecutivo ajustó la BPC según la evolución de la inflación, es decir, de acuerdo al IPC.
Se buscaba que, a mayores ingresos, las personas pagaran más (y el Estado recaudaba más) pero si los ingresos reales caían, las personas pagarían menos (cayendo también la recaudación del tributo).
A partir del año 2020, el salario real comenzó a caer lo que implica que el IPC creció por encima del IMS.
Sin embargo, el gobierno actual resolvió cambiar la lógica y ajustar la BPC según el IMS. Esto implica que, bajo este nuevo escenario de caída de los salarios reales, las personas ya no pagan menos. De hecho, hay una mayor cantidad de gente que paga IRPF y todos pagan algo más, en relación a si se hubiera mantenido el criterio de ajustar la BPC por IPC.
Con esta opción, en un escenario de caída del salario real, más gente pasó a pagar el impuesto y todos pasaron a pagar algo más.
“Otras prestaciones”
La BPC también se utiliza para ajustar otros umbrales y niveles relacionados a otra clase de prestaciones. Con este ajuste por IMS inferior al IPC, el poder de compra de esos niveles se reduce.
Además de bajar el poder de compra del monto mínimo no imponible y el resto de las franjas, el criterio asumido implica, por ejemplo, una reducción del poder de compra de la jubilación mínima.
Actualmente, la jubilación mínima es de 3,1 BPC y como la BPC se ajustó por debajo de la inflación, disminuyó su poder de compra.
En pesos, la jubilación mínima en 2022 pasó a ubicarse en $ 16.007 mientras que, si la BPC se hubiera ajustado por IPC, el nuevo valor de la jubilación mínima sería de $ 16.299”.