Tucker Carlson es el anfitrión del show personal de un canal de noticias más visto en EE. UU. El programa, que lleva su nombre, lo transmite la cadena Fox y es visto por más de tres millones de ciudadanos de ese país, más del doble de cualquier otro programa similar. Tiene además un podcast.
Tucker Carlson es un personaje irresponsable, cuyos mensajes son motivos frecuentes de escándalos por xenófobos, racistas, misóginos y abiertamente fascistoides, en ocasiones.
La semana pasada Fox celebró su premiación «patriótica» anual, un show patriotero de la derecha norteamericana, de muy mal gusto. Para argumentar la excepcionalidad de Estados Unidos, Tucker Carlson, en el escenario del espectáculo, exclamó que los norteamericanos no se comen a sus mascotas, en clara intención de deshumanizar a los asiáticos, en particular a los chinos. La muchedumbre enardecida le respondió con un cántico unánime de ¡Arriba, Carlson!
No hace mucho concluyó el juicio por el asesinato de Ahmaud Arbery, un negro que corría en sus ejercicios matutinos cuando fue «cazado» por tres blancos del vecindario, por considerarlo «sospechoso».
Después de la desastrosa absolución de Kyle Rittenhouse, el joven blanco que asesinó a tres personas en una manifestación contra el racismo, la condena de los tres asesinos de Arbery marcó un alivio político para las estructuras de poder del país, especialmente las asociadas a los demócratas. Rittenhouse, después de su absolución, fue corriendo a encontrarse con Donald Trump en la Florida.
La abogada defensora de uno de los acusados del asesinato de Ahmaud, Laura Hogue, no tuvo mejor ocurrencia, en su alegato final, que referirse a lo amenazante que la víctima era con sus «pies sin medias mostrando sus largas uñas sucias», un intento poco disimulado de deshumanizar al negro muerto.
La madre de Ahmaud no pudo aguantar la ofensa y abandonó la sala. El activista por los derechos civiles Charles Coleman describió la frase de la abogada como una apelación para crear la imagen de Ahmaud como un «cimarrón»: un peligroso negro esclavo que había huido y corría por las calles.
Tucker Carlson gusta de decir que en EE. UU. está ocurriendo una conspiración para «sustituir» a los blancos por otras minorías, se le llama «replacement theory».
Otro mito conspirativo es la llamada imposición de la «teoría crítica racial» que, según sus atacantes, es un intento por enseñarle a los niños que EE. UU. es un país fundado sobre el racismo como esencia de su existencia.
Todos los analistas coinciden en que la reciente pérdida de los demócratas en las elecciones para gobernador en Virginia fue resultado de que el candidato republicano supo crear un ambiente de miedo, entre los padres del estado, sobre el «adoctrinamiento» de sus hijos en las escuelas, refiriéndose a la teoría crítica racial.
El congresista republicano Paul Gosar fue censurado por publicar un video animado en el que agredía con una espada a la congresista del ala progresista del partido demócrata, Ocasio-Cortez. Alexandria Ocasio-Cortez, representante por Nueva York, es de origen puertorriqueño. En la votación de censura solo dos republicanos apoyaron la moción.
Existe en EE. UU. un movimiento político de la extrema derecha conocido como Qanon, que mejor asemeja a un culto. La teoría que ese movimiento reclama es que «existe una conspiración mundial de pedófilos adoradores del diablo que controlan al mundo, esencialmente, controlando todo. Controlan políticos y controlan los medios. Controlan Hollywood, y esconden su existencia. Ellos continuarían controlando el mundo si no hubiese sido por la elección de Trump como presidente».
En consecuencia, el supuesto fraude electoral que llevó a Biden a la presidencia es una acción directa de ese concilíabulo de pedófilos satánicos.
Los miembros de Qanon se refieren a un día que llaman storm (tormenta), en el cual todos los culpables de la conspiración pedófilo-satánica serán detenidos y juzgados. Las referencias al storm se han vuelto parte de la identificación del culto.
La representante al Congreso por el estado de Georgia, Marjorie Taylor Greene, es abiertamente una creyente en Qanon. La congresista es también abiertamente defensora de la «teoría de la sustitución», aquella descrita más arriba, que aboga por que existe una conspiración para promover el debilitamiento de la raza blanca en EE. UU., a través de la mezcla de razas por apareamiento, la inmigración no-blanca, y el genocidio de los caucásicos. Greene se apunta en todas las teorías descabelladas que pueda hallarse.
Negadora de la evolución, por ser contraria a Dios, ha comparado las medidas sanitarias para prevenir el contagio por la COVID-19 con la persecución de los judíos en la Alemania nazi y el holocausto. De acuerdo con el Business Insider, al menos diez candidatos republicanos al Congreso son defensores de Qanon.
En este mes de noviembre, seguidores de Qanon en el orden de los miles se reunieron en una plaza en Dallas, esperando la resurrección de John F. Kennedy o de su hijo –la referencia era ambigua–, que llegaría para reinstaurar a Trump en la presidencia. La fecha de la resurrección sería el 2 de noviembre. El apoyo a Trump es recíproco. De acuerdo con Media Matters, Trump ha dado su aprobación o reproducido 216 veces mensajes de Qanon.
Una encuesta reveló que al menos el 29 % de los republicanos cree en la tesis central de Qanon. El nuevo lema del Partido Republicano en Texas curiosamente lee «somos la tormenta».
El 29 de septiembre de 2020, durante un debate presidencial, al entonces presidente Donald Trump se le pidió que condenara al grupo de extrema derecha Proud Boys. El entonces Presidente, frente a las cámaras, dijo: «Proud Boys, retrocedan y esperen».
Como resultado del respaldo implícito en la frase del Presidente, la militancia del grupo neofascista creció un 10 %. Los «Chicos Orgullosos» creen que los hombres caucásicos están bajo ataque.
El juramento del grupo incluye decir: «Soy un orgulloso chovinista occidental, y me niego a pedir disculpas por haber creado el mundo moderno». Entre las exigencias a sus miembros está tatuarse acorde al grupo, y no masturbarse. El grupo tiene, además, una agenda anti-LBGTIQ+.
Poco después de ser acusado de asesinato, Kyle Rittenhouse, el joven que asesinó a tres personas en una manifestación antirracista, recientemente absuelto, se fue a un bar en Wisconsin y se encontró con miembros del grupo Proud Boys, donde se tiró fotos haciendo gestos de supremacismo blanco.
Tucker Carlson, el showman de Fox, posó en fotos con los Proud Boys. Carlson proyectó en su programa una serie sobre los sucesos del 6 de enero en el Capitolio, cuando una multitud de seguidores del perdedor de la elección presidencial tomó el Congreso de los EE. UU.
La serie avanzó la idea de que el asalto había sido una operación de falsa bandera y, en ella, Tucker advierte que el Gobierno estaba llevando un ataque contra los verdaderos «patriotas». CNN calificó la serie como «pornografía de los Proud Boys».
De mantenerse la tendencia actual, el partido demócrata parece dirigido a una derrota electoral en grande. Esta es la alternativa. ¿Qué hacer cuando el invierno pretende llegar?
Ernesto Estévez Rams
Fuente: Granma