Por Bruno Giometti
El dato de julio de 2020 ratifica la tendencia a la caída del poder de compra de los trabajadores a lo largo de este año. Los lineamientos salariales planteados por el gobierno nacional para el sector privado y el sector público van en línea de que esta tendencia se mantenga y se profundice en 2021, lo que lleva a una importante caída de la masa salarial en el PBI durante el período 2020-2021 considerado globalmente.
El pasado lunes 31 de agosto fue publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) el dato del Indice Medio de Salarios (IMS) correspondiente al mes de julio del corriente año.
El IMS registró una variación de 1,49% en términos mensuales. En los siete meses que van del año 2020 la variación acumulada llega a 7,01% mientras que en los últimos 12 meses (también llamada variación interanual) el porcentaje de incremento es 7,51% en promedio.
Si consideramos la inflación medida por el Indice de Precios al Consumo (IPC), guarismo que fue 10,13% en los 12 meses cerrados a julio, vemos que el poder adquisitivo del salario medio o salario real tuvo una caída de 2,38% en términos interanuales, es decir, en julio de 2020 comparado con julio de 2019.
Esta caída en el salario real medio interanual a julio es un porcentaje más alto que el que se había registrado en junio dado que si bien la inflación se moderó levemente, el ajuste de los salarios en el mes de julio fue muy moderado, por ejemplo en comparación con lo que habían sido los incrementos en julio del año anterior (aumento mensual de 2,16% en julio de 2019 contra 1,49% de julio de este año). Esto se debe a que la gran mayoría de los trabajadores que tuvieron ajuste salarial el mes pasado, el mismo se componía exclusivamente por el correctivo de inflación, sin ningún componente de ajuste salarial como cobertura por la inflación de los meses siguientes.
Si bien con los datos actualizados a julio de 2020 la caída del salario real es generalizada en los distintos sectores de actividad, la misma se está dando de forma más severa en el sector privado. En los trabajadores del sector privado la caída del salario real en los últimos 12 meses fue de 3,13% mientras que para los del sector público fue de 1,01% en igual período.
Cabe señalar que los lineamientos de política salarial tanto para el sector privado como para el sector público, auguran una caída del poder de compra del salario, para lo que queda de este año pero sobre todo para 2021.
Para los privados está planteado como criterio general un ajuste de 3% en enero o abril del año que viene y un correctivo a mediados del año 2021 que restará la caída del PBI que se haya producido en 2020 (se estima que este correctivo puede ser de alrededor de un 2% aproximadamente).
Mientras tanto en el sector público los lineamientos de ajuste salarial para enero de 2021 establecen que se otorgue el correctivo por la diferencia entre la inflación registrada en 2020 y el centro del rango meta de inflación vigente en ese momento (esto es 5%) pero sin incorporar ningún adelanto por la inflación que se vaya a producir en 2021. Esto hace que a lo largo de 2021 los trabajadores estatales vayan a tener una pérdida del orden del 5% en su salario real. Hay una “voluntad” expresada por el gobierno de recuperar el poder de compra, tanto para los privados como para los públicos, a partir de 2022 a medida que se recupere la economía, pero aún no está claro como esto va a efectuarse.
Con lo que sabemos hasta ahora podemos proyectar que el salario real medio va a caer en más de un 5% en el acumulado 2020-2021. Adicionalmente, el presupuesto enviado por el propio gobierno estima una disminución acumulada del empleo de 0,3% (caída de 3,4% en 2020 y recuperación de 3,2% en 2021) y un crecimiento del PBI de 0,6% (caída de 3,5% en 2020 y recuperación de 4,3% en 2021). En definitiva, una fuerte reducción del peso de la masa salarial en el PBI (la masa salarial va a caer en el entorno de un 5,5% en estos dos años mientras que el PBI crecerá 0,6% en igual período).
Queda reflejada con claridad la orientación del gobierno de derecha de modificar el reparto global del ingreso, en contra de la clase trabajadora.
Esto va en perjuicio de los jubilados (una caída del poder de compra de los salarios trae consigo una rebaja en el poder de compra de las jubilaciones y pensiones que ajustan por el Indice Medio de Salarios) y de todos los productores, comerciantes y empresas que producen principalmente para un mercado interno, el cual se reduce tanto por la rebaja en los ingresos de estos sectores mayoritarios de nuestro pueblo como por el presupuesto de achique planteado por el gobierno.
Solo con movilización y lucha, convenciendo a nuestro pueblo, a cada trabajador, a cada jubilado, a cada pequeño productor o comerciante, de que una orientación distinta es posible y necesaria, podemos cambiar esta realidad.