Las trabajadoras rurales son las más perjudicadas.
Información de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica que 15% de las mujeres en edad de trabajar en todo el mundo quisieran tener un empleo, pero no lo tienen, frente a 10.5 % de los hombres.
De acuerdo con un estudio de la entidad internacional, dependiente de Naciones Unidas, la brecha laboral es especialmente grave en los países en desarrollo, donde la proporción de mujeres que no pueden encontrar un empleo alcanza 24.9%.
Según el informe de la OIT, las responsabilidades personales y familiares, incluyendo el trabajo no remunerado de cuidados, afectan de forma desproporcionada a las mujeres, pues este tipo de actividades impiden que trabajen, que busquen empleo de forma activa o que estén disponibles con antelación.
El reporte destaca que por cada dólar de ingresos laborales que ganan los hombres, ellas ganan únicamente 51 centavos.
Al mismo tiempo se conoció un informe de Moody’s Analytics, donde se expuso que reducir la diferencia de salarios entre hombres y mujeres en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), -que integra Chile- podría impulsar la economía mundial en aproximadamente 7%, o lo que equivale a 7 billones de dólares.
Se sostuvo que en promedio las mujeres hacen una mayor inversión inicial en educación, pero tienden a ocupar puestos de menor nivel y peor remunerados. Tanto en los países de la OCDE y en los principales mercados emergentes, el número de mujeres de 25 a 64 años con un título de maestría supera al de los hombres.
El análisis de Moody’s Analytics apunta que al paso al que se avanza a nivel global, cerrar las brechas económicas de género podría tardar 132 años.
En tanto la Ong Oxfam destacó que las mujeres tienen muchas cargas sistémicas y una mayor dificultad para acceder a trabajos mejor remunerados y formales, lo cual supone una desventaja frente a los hombres.
En un reporte señaló que, en materia de desigualdad laboral, no sólo la brecha salarial entre hombres y mujeres es amplia, sino que también las mujeres están expuestas a situaciones de acoso, hostigamiento o violencia dentro de los entornos de trabajo.
Las más vulnerables: las trabajadoras rurales
Según el Plan Nacional de Género para las Políticas Agropecuarias de Uruguay, ONU Mujeres señala que en las zonas rurales de Uruguay las mujeres tienen menos acceso a los puestos de trabajo y una carga horaria semanal de trabajo remunerado inferior a la de los varones, de acuerdo a la encuesta continua de hogares.
La diferencia entre la tasa de empleo de los hombres en el medio rural y la de las mujeres (conocida como brecha de género) en Uruguay alcanza un 27,4% en el país y, a su vez, la tasa de empleo de las mujeres rurales es inferior a la media femenina nacional, según el mismo documento realizado por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) con apoyo de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
A esto se suma que los niveles de desempleo de las mujeres en las zonas rurales son significativamente más altas a las de sus pares varones. Por último, entre las personas mayores de 14 años que se consideran inactivas, el 17,8% de las mujeres rurales y el 18,3% de las mujeres de localidades de menos de 5 000 habitantes declaran dedicarse a tareas doméstica no remuneradas, algo que responde menos del 1% de sus pares masculinos.En pleno sigo XXI, las mujeres de América Latina y el Caribe siguen presentando importantes rezagos en comparación con los hombres, señala la estrategia regional de género de la FAO para América Latina y el Caribe 2019-2023.
Estas y otras tantas dimensiones en las que las mujeres sufren desigualdad social se presentan transversalmente dentro de nuestras sociedades, pero se agudizan en los territorios rurales y en aquellos grupos más vulnerables de nuestra región.
El informe Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2022 señala que, a nivel mundial, las mujeres tienen más probabilidad que los hombres de padecer inseguridad alimentaria. Agrega que las mujeres que viven en zonas rurales, las productoras, se enfrentan a limitaciones aún mayores que los productores hombres para acceder a recursos y servicios productivos, tecnologías, mercados y activos financieros. También señala que, en parte debido a la pandemia de COVID-19, en los últimos años se ha ampliado la brecha de género en cuanto a inseguridad alimentaria moderada o grave.
Por ese motivo, el enfoque de género es un principio orientador transversal en el trabajo de la FAO en América Latina y el Caribe, y Uruguay no es una excepción.
“El logro de los resultados de género es una responsabilidad de todas las personas que integran la organización, en todos los niveles a nivel regional y, en el caso de Uruguay, atender la equidad de género es una de las tres áreas transversales de trabajo acordadas con el Gobierno de Uruguay para la cooperación de la FAO en el país hasta el año 2025”, señala Jorge Meza, el Oficial Principal de Políticas de la FAO para América Latina y el Caribe y Representante de la FAO interino para Uruguay y Argentina.
En el año 2022 la FAO apoyó, en el marco de un acuerdo con la Facultad de Agronomía, la realización de un diagnóstico con recomendaciones para la inclusión de la perspectiva de género en el trabajo de Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) y en las cooperativas de base que la integran.
Las recomendaciones presentadas por un equipo de especialistas en género y desarrollo se basaron en un diagnóstico realizado en base a experiencias nacionales, regionales e internacionales con perspectiva de género.
Esta tarea es un aporte, realizado a solicitud de CAF, a la reducción de las brechas de género en el sector privado agropecuario a través de las cooperativas agropecuarias del país, que suelen ser ejemplo en la región, por su nivel organizativo y que también podrían serlo en cuanto a su enfoque de género.
Con información de El Siglo y de la FAO.
Foto de portada:
Trabajadoras en empacado de manzanas en una granja de Melilla, Montevideo. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS.