La pasada semana el Departamento de Estado norteamericano anunció su “visto bueno a la posible venta de equipos de alta tecnología para los aviones de combate F-16 de Argentina”.
La noticia fue dada a conocer por la agencia de noticias Merco Press que informó que la operación tendrá un valor de 941 millones de dólares, siendo su principal contratista la empresa Lockheed Martin, con sede en Fort Worth (Texas).
“Este acuerdo refuerza la política exterior y los objetivos de seguridad de Estados Unidos al apoyar la seguridad de un importante aliado en Sudamérica”, se afirma en el comunicado emitido por el Departamento de Estado.
El acuerdo nace de un pedido argentino de equipos y servicios específicos para veinticuatro aviones F-16 Block 10/15, que fueran anteriormente “adquiridos a través de una transferencia de terceros”, informó el medio de prensa.
“Entre los elementos necesarios”, se detalla, “se encuentran treinta y seis misiles aire-aire AIM-120 C-8 (AMRAAM) y ciento dos bombas MK-82 de 500 libras”, contemplándose además, “la entrega de cincuenta grupos de control computarizado MAU-169L/B y equipos de apoyo al armamento, además de otros sistemas de seguridad en las comunicaciones (COMSEC). como radios AN/ARC-238”.
“El objetivo”, se afirma en el comunicado de Estados Unidos, “es proporcionar a Argentina la capacidad adicional para ejecutar operaciones de defensa aérea y apoyo aéreo cercano”.
La posible venta fue dada a conocer por la Agencia de Cooperación de Seguridad de Defensa al Congreso, una certificación que “garantiza el apoyo del Congreso para seguir adelante con la transacción”, cuyo objetivo es el supuesto reforzamiento de la estabilidad política y económica en Sudamérica.
Como parte del acuerdo habrá capacitación del personal argentino, así como, “el mantenimiento de aeronaves y equipos de navegación”.
En ese mismo sentido, el país sudamericano recibirá “sistemas de apoyo en tierra, como el GSS para el Link-16, dispositivos criptográficos y otros dispositivos de defensa”.
El acuerdo, según el Departamento de Estado, “no afectará negativamente a su preparación para la defensa ni alterará el equilibrio militar en la región”, al tiempo que se aseguró que “Argentina no tendrá dificultades para integrar este equipamiento en sus Fuerzas Armadas”.
Aunque el costo inicial fue estimado en cerca de 941 millones de dólares, el precio final podría variar ya que el mismo “dependerá de los requerimientos finales”, advirtió el Departamento de Estado.