Las diferencias en las políticas migratorias del estado de Texas y el Gobierno federal han dado lugar a “una escalada de tensiones en la frontera con México”, informó la agencia de prensa Rusia Today (RT).
Fruto de dicha tensión, el pasado miércoles el gobernador de Texas, Greg Abbott, defendió “el derecho de su estado a defender sus fronteras” de lo que calificó como una «invasión», de migrantes ilegales.
En un comunicado, el gobernador de Texas denunció que «el Gobierno federal ha roto el pacto entre Estados Unidos y los estados» y afirmó que «el presidente Biden se ha negado a hacer cumplir esas leyes e incluso las ha violado. El resultado es que ha pulverizado récords de inmigración ilegal»
De acuerdo a Abbott el presidente estadounidense «en lugar de procesar a los inmigrantes por el delito federal de entrada ilegal, ha enviado a sus abogados a los tribunales federales para demandar a Texas por tomar medidas para asegurar la frontera».
Para el gobernador, «la negativa ilegal”, por parte de Biden “de proteger a los estados ha infligido un daño sin precedentes al pueblo en todo Estados Unidos» y como respuesta a ello señaló que «Texas simplemente está asegurando la frontera» ya que «la administración de Biden realmente abdicó de su responsabilidad de hacerlo”, expresó el gobernador en declaraciones a FOX News.
La postura de Texas, añade el medio de prensa, ha sido apoyada hasta el momento, por los gobernadores de los estados de Alabama, Alaska, Arkansas, Carolina del Sur, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Florida, Georgia, Iowa, Idaho, Indiana, Luisiana, Misisipi, Misuri, Montana, Nebraska, Nevada, Nuevo Hampshire, Ohio, Oklahoma, Tennessee, Utah, Virginia, Virginia Occidental y Wyoming.
La posición de Abbott, explica RT, se produce luego que la Corte Suprema considerara que era legal que el gobierno federal retirara “el alambre de púas que las autoridades de Texas colocaron a lo largo de la orilla del río Bravo, cerca de la ciudad fronteriza de Eagle Pass, para frenar la inmigración”.
En señal de desacuerdo con el fallo, el gobernador dispuso que los militares del estado continuaran controlando la frontera con México, al tiempo que impedirán “que el alambre sea retirado por los agentes fronterizos, que dependen de la autoridad federal”.
Estas discrepancias, señala la agencia de prensa, “entre la administración Biden y el gobierno de Abbott se agudizaron este enero, cuando la Guardia Nacional de Texas cercó un tramo de alrededor de 4 kilómetros, que rodea al parque Shelby en Eagle Pass, de la frontera entre Estados Unidos y México, lo que impidió que la Patrulla Fronteriza accediera a un parque municipal donde se encuentra una rampa para botes que utilizan sus agentes para navegar hacia el río Bravo”.
Como respuesta a ello, el Departamento de Justicia “presentó un expediente ante la Corte Suprema, argumentando que la capacidad de la Patrulla Fronteriza para monitorear esa sección en la frontera está limitada a una pequeña franja de una única cámara de vigilancia ubicada fuera del área recién cercada» y pidió a la Suprema «restablecer el acceso a la Patrulla Fronteriza».
🚨: Texas National Guard. 👀 https://t.co/5V8bViWQFh pic.twitter.com/EM3dUy1dR2
— Chuck Callesto (@ChuckCallesto) January 23, 2024