Por Rolando Arbesún
El canciller Bruno Rodríguez ha denunciado una nueva agresión contra Cuba por parte de los Estados Unidos.
Luego de conocerse la enmienda aprobada en el Senado estadounidense, respecto a la provisión de internet a Cuba, Bruno Rodríguez, escribió en su cuenta de Twitter denunciando la agresión.
La enmienda, recuerda Prensa Latina “fue presentada por los senadores republicanos Marco Rubio y Rick Scott a la resolución del presupuesto”, la misma “requiere que la administración Biden facilite el acceso libre, abierto y sin censura a internet para el pueblo de Cuba”.
Esta decisión del senado norteamericano, denuncia el canciller cubano, “contribuye al lucrativo negocio de la maquinaria política subversiva de la Florida”, el principal Estado desde “donde se emiten llamados al odio y la violencia en la nación caribeña”.
Una vez más, Rodríguez denunció que lo que impide y dificulta el libre acceso a internet es el férreo y brutal bloqueo de Estados Unidos contra la isla.
Un cerco que se extiende a otros servicios a los cuales, los ciudadanos cubanos, se ven imposibilitados, u obstaculizados, para poder acceder.
La acción dañina de este bloqueo a las telecomunicaciones, “se refleja en los más de 65 millones de dólares de pérdidas en ese sector, solo en el periodo de abril a diciembre de 2020”, resalta la agencia de noticias.
Junto con la enmienda aprobada en el Senado, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos “alentó (…) a personas y empresas bajo jurisdicción estadounidense a que actúen para proporcionar servicios de telecomunicaciones e internet en Cuba, una de las prioridades de la Casa Blanca tras las protestas en la isla”.
La información sobre el “aliento” del Departamento del Tesoro, ha sido proporcionada, nada más y nada menos que por el diario de la derecha anticubana en la Florida.
Según El Nuevo Herald, que cita fuentes de la agencia EFE, mediante un comunicado, “el Departamento del Tesoro detalló las excepciones al embargo a Cuba”, así como, “otros permisos que autorizan a los ciudadanos estadounidenses y otras personas bajo jurisdicción del país a tomar medidas para ampliar el acceso a internet en la isla, sin temor a ser sancionados”.
En un claro reconocimiento a sus intenciones agresivas, el Departamento del Tesoro señala, por intermedio de Andrea Gacki, directora de la Oficina del Tesoro para el Control de Activos Extranjeros (OFAC), que “la información publicada hoy reitera y aclara que las personas sujetas a jurisdicción estadounidense pueden implicarse en ciertas transacciones para apoyar la capacidad del pueblo cubano para buscar, recibir e impartir información”.
En el comunicado del Tesoro, se reconoce de forma explícita que su oficina “alienta a quienes estén interesados en proporcionar esa asistencia al pueblo cubano a que se beneficien de las excepciones y permisos contemplados bajo las leyes estadounidenses”.
Para asegurar, este “aliento”, la oficina del Tesoro “publicó una lista de los servicios concretos que se pueden proporcionar bajo esas regulaciones, con el objetivo de recordar a las partes interesadas que existen opciones si quieren actuar para expandir el acceso a internet en la isla”, consignó El Nuevo Herald.
Además de la inclusión de terceros para facilitar el acceso a internet en Cuba, la administración d Biden, continúa “revisando opciones y trabajando con el sector privado”, lo que constituye, junto a la enmienda del Senado, un escalamiento articulado de las agresiones a Cuba.
Dentro de las excepciones detalladas por la Oficina del Tesoro, ya contenidas en sus Regulaciones para el Control de Activos Cubanos (CACR), se destacan “la autorización, bajo esa ley, de iniciar bajo jurisdicción estadounidense “transacciones, incluidos pagos, relacionados con la provisión de servicios de telecomunicaciones” a Cuba, incluidas algunas que “conectan Estados Unidos o terceros países” con la isla”.
Lo anterior supone la inclusión de “conexión a internet, datos, teléfonos, telégrafos, radio, televisión, servicios de agencias de noticias y otros similares, sea cual sea el medio de transmisión, incluido vía satélite”, indicó el Tesoro en su comunicado.
Estas excepciones, agrega el medio de prensa norteamericano, “también permiten a quienes proporcionen esos servicios “establecer y mantener una presencia física” en Cuba para llevar a cabo ese tipo de transacciones”, al tiempo que se autoriza “a los estadounidenses a llevar a cabo cursos educativos vía internet” dirigidos al público cubano.
Junto a ello, el Tesoro autoriza para que se proporcionen a los usuarios cubanos “ciertos servicios” de software, como aplicaciones de celular (…) correo electrónico u otras plataformas de mensajería, las redes sociales, el VOiP (voz por internet), el almacenaje de páginas web y el registro de nombres de dominio de portales de internet”.
De forma cínica la OFAC “subrayó que está dispuesta a ayudar a cualquier parte interesada a sortear las sanciones estadounidenses”, por lo que daría “prioridad, a cualquier petición de licencia para alguna actividad relacionada con el libre acceso a internet en Cuba”.
Esta nueva agresión del gobierno de los Estados Unidos, muestra claramente, cómo este sigue siendo prisionero de las presiones más retrógradas que siempre han anidado en el supuesto “espíritu libertario” de la ultraderecha cubana en los Estados Unidos, en general y en la Florida, en particular.