Siempre ha sido necesario recordar a Artigas, hoy lo es más que nunca.
Pero no en una evocación formal, saludando su imagen en el bronce, sino rescatando sus ideas y su obra, el contenido profundamente popular de su lucha, rescatando del olvido y el ostracismo al que sometieron, y siguen sometiendo, al Artigas revolucionario.
En vida y después de su muerte la oligarquía criolla emergente atacó a Artigas y a su memoria. Incluso durante décadas borraron toda referencia suya.
Pero hicieron más que eso. Desmontaron una por una las medidas populares impulsadas por Artigas y su revolución. Un caso paradigmático fue el desmantelamiento del reparto de tierras instaurado por el Reglamento de Tierras, que constituyó una de las primeras reformas agrarias en nuestro continente, despojando a quienes habían accedido a ella y tenían hasta los títulos.
Los sectores del poder demolieron la herencia del artiguismo, luego reescribieron la historia y escondieron su traición a su ideario.
Fueron el movimiento popular, la Universidad de la República, la izquierda, quienes recuperaron los planteos revolucionarios de Artigas y comprometieron su esfuerzo y su lucha para llevar a término su revolución, aún hoy, inconclusa.
Artigas vive, no en las estatuas, sino en sus ideas de justicia social y libertad.
La integración y la Federación de las provincias y sus pueblos palpita en las Instrucciones del año XIII, la justicia social en Reglamento de Tierras de 1815, el rol de la educación en la formación de la conciencia del pueblo en el Decreto que crea la Biblioteca Nacional y en la escuela de Purificación.
El ideario artiguista late en las luchas por salario, educación, justicia y libertad.
Artigas vive cuando proclama: «No tengo más enemigos que los que se oponen a la pública felicidad”. En la lucha por presupuesto para la educación pública cuando señala: «Sean lo Orientales tan ilustrados como valientes».
Interpela a quienes defienden la desigualdad y sus privilegios cuando proclama: «Tierra para quien la trabaje».
Es compromiso pleno con la democracia y la libertad cuando subraya: «Tiemblen los tiranos ante paso majestuoso de los hombres libres».
Artigas nos convoca, vive en las luchas de nuestro pueblo y nos reclama que luchemos por memoria, verdad y justicia porque sigue siendo cierto que “La cuestión es entre la libertad y el despotismo”.
Tiene plena vigencia cuando alerta en los albores del nacimiento de la patria que «el despotismo militar será precisamente aniquilado con trabas constitucionales que aseguren inviolable la soberanía de los pueblos».
O cuando en una carta al gobernador de Corrientes reclama: “No es tiempo de fomentar rivalidades que apaguen el amor a la patria y el amor a la causa pública. Tan malo es condenar al inocente como absolver al culpable. Yo deseo que triunfe la justicia, que los delitos no queden impunes. La resolución es cualidad de las almas grandes y la justicia quien las dirige al mejor fin. Seamos inflexibles con este deber y seremos felices”. Hoy que algunos lo invocan en vano negando sus valores fundamentales chantajeando a la democracia para asegurarse su impunidad.
Qué lejos está de Salsipuedes cuando sentencia: «Que los indios en sus pueblos se gobiernen por sí».
Hoy que celebramos nuestro centenario, las y los comunistas uruguayos, reivindicamos a Artigas, al Artigas revolucionario, que, junto con el movimiento popular y la izquierda hemos luchado por recuperar.
Tanto que ha sido una de sus banderas, la que Otorgues hizo en Montevideo, el símbolo que desde hace casi 50 años refleja la unidad de la izquierda en el Frente Amplio. Y fue a Artigas a quién apeló el general Líber Seregni en el primer acto para trazar el camino de la transformación y la emancipación social que encarna el Frente Amplio.
Hoy más que nunca Artigas vive en la lucha de su pueblo, la del Éxodo, la de la Huelga General, la del NO del 80, la que busca y logrará culminar su revolución inconclusa.
Desde el PCU decimos con humildad y legítimo orgullo, que nos consideramos parte de la columna artiguista y lucharemos hoy, como ayer, contra quienes pretenden avasallar derechos, rebajar salarios, reglamentar sindicatos, recortar el presupuesto de educación y salud y judicializar la protesta social. Porque, con Artigas, queremos que “los más infelices sean los más privilegiados”.
Montevideo, 23 de setiembre de 2020
Comité Ejecutivo Nacional
Partido Comunista de Uruguay