Luego de la visita realizada a Colombia por la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, Generala Laura Richardson, el Comando Central del Ejército de Liberación Nacional de Colombia, emitió una declaración en la que denuncia que la visita en cuestión fue “para mirar cómo aviones de su gobierno arrojaron el cuestionado Glifosato sobre 1,5 millones de hectáreas del Parque de La Macarena en la Amazonía”.
Para el ELN, ello confirma afirmó “que el imperialismo persiste con su trágico Plan Colombia, volviendo inhabitables inmensas extensiones territoriales”.
La organización criticó, además, lo que denomina como “la fracasada política de guerra contra el narcotráfico que ejecuta Estados Unidos desde hace medio siglo, y que sólo ha causado invaluables daños ambientales” y aseveró que Estados Unidos no tiene intenciones de “marcharse del país”.
Para el ELN, ello se evidencia con la “inclusión inconsulta del Estado colombiano en la OTAN”.
Para la guerrilla no se observan intenciones por parte de los Estados Unidos de retractarse “de la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional o del enemigo interno, inaugurada en 1947”, una doctrina que tiene como objetivo “destruir la lucha de varios pueblos del mundo y en particular de los latinoamericanos”.
El Comando Central de la organización colombiana recuerda que en su país “semejante manual se puso en práctica por primera por la oligarquía liberal-conservadora en 1961, con el objetivo de aniquilar las disidencias políticas de un régimen social y económico injusto, explotador y extractivista, mediante el accionar terrorista del paramilitarismo que persiste hasta la actualidad”.
No resulta creíble, añaden, que por sus antecedentes Estados Unidos abandone dichas políticas “y, en consecuencia, no se comprende que el presente inquilino de la Casa de Nariño continúe confiando en las tropas norteamericanas para salvaguardar la Amazonía”.
Resaltan, también, que han sido “los propios pueblos originarios de esa zona” quienes han calificado “como un grave error la militarización de suelos ancestrales, o la política que la administración actual del Estado ha llamado Seguridad Humana, cuando el remedio se encuentra en el empoderamiento de las facultades gubernativas de las comunidades indígenas con el propósito de preservar la Amazonía, territorio estratégico de la Madre Tierra”.
Del mismo modo, la agrupación revolucionaria demanda al presidente Petro para que actúe “en consecuencia con el articulado constitucional ligado a la defensa de la soberanía nacional”, creando “las condiciones concretas y reales para la elaboración democrática de la paz con justicia social” que permita poner fin a “la guerra infinita, demandando el desalojo de las fuerzas militares extranjeras en territorio colombiano, y en especial, la finalización de los operativos castrenses de Estados Unidos y sus múltiples bases en el país”.
Para el ELN es urgente que el gobierno de Petro “ordene priorizar el diálogo y abandonar la represión estatal sobre el mundo campesino que está efectuando la recuperación de sus propias tierras”.
Finalmente, el grupo recordó que aún “persiste el tratamiento de guerra a la movilización social” y recordó que solo “en agosto pasado hubo 16 masacres y 16 dirigentes populares y de derechos humanos (…) asesinados” observándose, además, como no se ha detenido “la persecución a la juventud que hizo parte del estallido social de 2021”, protesta esta “que causó la modificación de las relaciones de fuerza en el país y la generación de condiciones para el triunfo electoral del presente mandatario nacional”.