Estados Unidos define hoy al encargado de dirigir el país por cinco años teniendo como opciones a la representante demócrata Kamala Harris y al republicano Donald Trump.
Los comicios, al decir de Prensa Latina (PL) tienen lugar “en un un país herido por la división política”.
Hasta el momento “más de 82 millones 700 mil electores ejercieron el voto anticipado” en unas elecciones donde, además del máximo cargo del país, se determina la composición de la Cámara de Representantes y parte del Senado, así como la elección de gobernadores y otras autoridades estatales y locales.
Los comicios, de acuerdo a estimaciones de Open Secrets, han significado un costo de 15 mil 900 millones de dólares, cifra que ubica a estas elecciones como “la elección federal más cara en la historia del país en décadas”.
Hasta el último día, las encuestas de intención de voto revelaban “diferencias mínimas entre los dos candidatos”, lo que indica que ninguna de las dos campañas llega a la decisiva jornada con una ventaja sustantiva.
A pesar de ello, Trump ha insistido, a través de sus comentarios que sería elegido como presidente.
En contraposición al optimismo del exmandatario, anoche se dio a conocer una carta del cineasta Michael Moore dirigida al republicano en la que se le dice a Trump que cuando “pierda estas elecciones”, algo que asegura Moore sucederá, “no declare victoria antes de que cierren las urnas. No diga que ‘ganó’ cuando solo se haya contado el 23 por ciento de los votos. No vuelva a mentirle al pueblo estadounidense” tal y como ya hizo Trump en los comicios de 2020.
En opinión de expertos consultados, informó Rusia Today (RT), sobre el desenlace de la contienda electoral, existen “varias contingencias que podrían complicar la determinación del ganador”, entre ellas “se destaca la posibilidad de un empate entre demócratas y republicanos, por el que ninguno de los candidatos logre alcanzar 270 votos del Colegio Electoral”.
Los datos disponibles, agrega el medio de prensa, permiten dibujar “cuatro posibles escenarios” en los que ambos candidatos no alcanzarían los votos necesarios para ser declarados vencedores.
Dichos escenario son:
“1. Trump gana en Pensilvania, Carolina del Norte y Míchigan, pero pierde en Arizona, Wisconsin, Georgia, Nevada y el segundo distrito de Nebraska.
2. Trump triunfa en Pensilvania, Georgia y Míchigan, pero fracasa en los otros cuatro estados clave y en el segundo distrito de Nebraska.
3. Harris se impone en Pensilvania, Míchigan y Wisconsin, pero es derrotada en otros estados indecisos y en el segundo distrito de Nebraska.
4. Harris gana en Carolina del Norte, Georgia, Arizona y el segundo distrito de Nebraska, mientras Trump lidera en Pensilvania, Michigan, Wisconsin y Nevada”.
A pesar de estas apreciaciones, los expertos consideran que la probabilidad de “un empate es de 1 en 300” y si ello se verificara “el ganador de las elecciones presidenciales se decidirá mediante una votación en la Cámara de Representantes”, donde “no se contabilizarán los votos individuales de los congresistas, sino los de las delegaciones estatales”, lo que significa que quien “reciba el apoyo de al menos 26 estados será declarado vencedor”.
Más allá de estas apreciaciones “formales”, las evaluaciones existentes indican que “es probable que Trump no acepte una posible derrota.
En caso de perder, dijo el republicano, en un mitin electoral en Nueva York el pasado 27 de octubre, «podemos conquistar fácilmente el Senado, y creo que con nuestro pequeño secreto podremos ganar la Cámara de Representantes (…) nuestro pequeño secreto tendrá un gran impacto”, tenemos “un secreto”, reiteró y “se los contaremos cuando termine la carrera».