Los amantes del arte pictórico como herramienta revolucionaria de transformación social, recuerdan este lunes el aniversario número 113 del natalicio de la emblemática pintora mexicana Frida Kahlo, ícono del feminismo latinoamericano y mundial.
Sus magníficas obras comunican el amor y la pasión con que Frida disfrutó su vida cargada de emociones fantásticas. Se atrevió a romper estereotipos sociales que para los años 30 y 40 del siglo XX era una praxis profundamente revolucionaria. Para la artista mexicana la objetividad dialéctica fue su fuerza filosófica para entender el dinamismo social, político y económico de la sociedad.
Sus sentimientos revolucionarios eran compatibles con los de su esposo, el pintor Diego Rivera, quien admiraba la reivindicación feminista de Frida. Ambos fueron militantes del Partido Comunista mexicano, consideraban que la base para la construcción del socialismo es el sentimiento amoroso en las responsabilidades y la des-cosificación de cualquier ser humano, especialmente de la mujer.
Su inagotable imaginación en sus pinturas, también tuvo un enfoque hacia la interpretación del marxismo y la lucha por los derechos de los indígenas que en los años 30 eran atropellados y negados en su condición de ciudadanos.
Para los movimientos feministas, la artista es símbolo de ejemplo y rebeldía, sus obras dieron protagonismo a mujeres reprimidas y sometidas a los comportamientos impuestos de la época. Asimismo, aludía sin tapujos a sus deseos sexuales, la liberación de su género, el tratamiento de tabúes en torno de la menstruación, la maternidad y el aborto.
Con información de Telesur