Una huelga general es llevada adelante en esta jornada por ciudadanos sirios en el Golán ocupado por Israel.
La medida se realiza en protesta “contra las nuevas medidas arbitrarias y discriminatorias de las autoridades” sionistas, consignó Prensa Latina.
En respuesta a la convocatoria, activistas locales informaron “que cientos de residentes se dirigieron a las tierras agrícolas de la localidad de Masada y del área de Al-Hafayer”, zona donde el “gobierno israelí comenzó a implementar su plan de construir turbinas eólicas sin el consentimiento de los dueños de los terrenos”.
Ante la movilización de los agricultores, el ejército ocupante empleó “bombas de gas lacrimógeno”, al tiempo que hizo uso de sus armas de fuego contra los agricultores.
La respuesta sionista dejó un saldo de 50 ciudadanos lesionados y un total de 10 fueron arrestados.
Para contener las protestas, indicaron fuentes locales, “las fuerzas israelíes trajeron grandes refuerzos para contener las protestas que se incrementaron al exigir la liberación de los jóvenes detenidos”.
Previo a las protestas, añade la agencia de prensa, fuerzas de Tel Aviv “se desplegaron en las carreteras y los accesos a las tierras donde se pretende construir los aerogeneradores para impedir la llegada de los residentes, lo que generó choques en los que 20 personas resultaron heridas”.
“El ocupante”, denunciaron los manifestantes, pretende “apoderarse de nuestras tierras y rechazamos categóricamente que se construyan turbinas eólicas en las mismas”.
Al referirse a los acontecimientos, el ministerio de Asuntos Exteriores sirio “saludó la inquebrantable resistencia de los golaneses y su continua lucha por rechazar el proyecto de ocupación israelí destinado a robar cientos de hectáreas de tierras”.
A pesar de las pretensiones de Israel, Damasco ha reafirmado que dicho territorio “es parte inseparable de Siria”, por lo que continuará trabajando “para recuperarlo por todos los medios disponibles (…) garantizados por el derecho internacional”.
En ese sentido Damasco hizo un llamado a Naciones Unidas y sus Estados miembros para que condenen el accionar israeli y presionen al mismo a “ponga fin a su ocupación”, rechazando, además, “la situación jurídica derivada de las violaciones de las autoridades de ocupación de las normas del derecho internacional”.