Un bombardeo israeli a la ciudad de Yenin ocasionó la muerte de al menos siete palestinos.
A estas muertes se le suma otra producida por disparos de los soldados del ejército de ocupación sionista cerca de Ramalá.
Según consignó Telesur, se trata de la operación “más grande desde la segunda Intifada”.
La operación militar fue resistida por “grupos de la resistencia palestina en el campamento” quienes enfrentaron a los militares israelies apuntando a sus vehículos “con artefactos explosivos”, dando lugar al “estallido de un tiroteo”.
A pesar de los disparos y la acción de los explosivos en la ciudad, se conoció que “la Brigada de Yenín, una unidad compuesta por diferentes grupos armados (… ) en el gran campo de refugiados de la ciudad”, declaró “que estaba enfrentándose con las fuerzas israelíes”.
«Lo que está sucediendo en el campo de refugiados es una guerra real», reportaron medios de prensa locales quienes afirmaron que se habían producido “ataques aéreos contra el campo”, lo que produjo la entrada y salida en varias ocasiones de ambulancias “cargadas de heridos”.
De acuerdo al ejército israelí, sus fuerzas bombardearon “un centro de comando de lo que denominó hombres armados de la Brigada de Yenín», acción que, afirmaron, forma parte de los «intensos esfuerzos para combatir el terrorismo en Cisjordania».