La respuesta de organización y movilización popular a la crisis económica y social y a la política del gobierno, que continúa beneficiando solamente a los “malla oro”, sigue desarrollándose. La semana pasada dábamos cuenta del enorme 1° de Mayo, esta nos tenemos que concentrar, dentro de las múltiples expresiones de la lucha popular, en la multitudinaria concentración de la Organización Nacional de Jubilados y Pensionistas del Uruguay (ONAJPU).
La respuesta, de este jueves, de miles de jubiladas y jubilados y pensionistas a la convocatoria de su organización, concentrándose en el Ministerio de Economía y Finanzas, tiene relevancia por múltiples razones.
Para empezar, por la justeza de los reclamos planteados. En representación de más de 700 mil jubilados y pensionistas ONAJPU exigió un “aumento real e inmediato” de las jubilaciones y pensiones. Fruto de la política económica del gobierno de la coalición de derecha, fanáticamente neoliberal, las jubilaciones y pensiones han perdido poder adquisitivo durante 2020 y 2021 y lo siguen haciendo en 2022.
Esta rebaja real de las jubilaciones y pensiones es producto de varias medidas del gobierno. La política salarial de rebaja genera que caiga el Índice Medio de Salarios y como las jubilaciones y pensiones ajustan por este, también las hace caer. Esto es verdad, pero no toda la verdad, porque la normativa establece que el ajuste no puede ser menor al Índice Medio de Salarios, pero no prohíbe que sea mayor. El gobierno perfectamente podría haber ajustado las jubilaciones y pensiones con un valor mayor, no lo hizo por decisión política. El gobierno decidió, como parte de su política económica, rebajar las jubilaciones y pensiones.
Además, mostrando prístinamente su opción por los “malla oro” y su absoluta falta de sensibilidad social, el gobierno abandonó la política de dar aumentos adicionales a las jubilaciones y pensiones mínimas (lo mismo hizo con el salario mínimo), incluso le descontó a fin del año pasado un adelanto de 247 pesos, sí de 247 pesos, otorgado en medio de la pandemia, a esas jubilaciones mínimas. El objetivo es financiero, que no se incrementen las jubilaciones mínimas para no acrecentar el presupuesto permanente del BPS. En enero se dio el ajuste anual a las jubilaciones y fue de un 6.%, como ya dijimos inferior a la inflación, pero, además, este año en los primeros cuatro meses ya hubo una inflación de 5%. Esto quiere decir que ese magro ajuste previsto para todo el año prácticamente ya fue absorbido por la inflación en 4 meses, ¿qué va a pasar en los ocho que restan?
Las jubilaciones mínimas están en 15.750 pesos y hay pensiones a la vejez de 13 mil pesos, de eso estamos hablando. Durante los últimos 15 años, en los gobiernos del Frente Amplio, la acción de estos, la gestión del BPS, la lucha popular, de ONAJPU y el PIT-CNT, habían logrado, primero, que cada año las jubilaciones y pensiones tuvieran un crecimiento real, segundo, con los aumentos diferenciales que no se descontaban, incrementar sustantivamente el monto de las mínimas, que, aún así, siguen siendo completamente insuficientes. El actual gobierno, en dos años y medio, rebajó las jubilaciones y pensiones y detuvo el crecimiento de las mínimas. Todo un récord, Milton Friedman, padre del neoliberalismo, estaría orgulloso de Azucena Arbeleche e Isaac Alfie.
Los argumentos son el déficit fiscal, el déficit del BPS, la pandemia, la guerra en Ucrania y que eso nos golpea a todos. Mentira. Las exportaciones acaban de batir otor récord histórico, entre mayo de 2021 y abril de 2022 alcanzaron los 12.570 millones de dólares. No solo recuperaron el nivel de actividad y de ganancia de antes de la pandemia, lo superaron con creces, en monto y en volumen, en los años de 2017 a 2019 las exportaciones eran aproximadamente 9.000 millones de dólares anuales, ahora están 3.000 millones por encima. Los depósitos bancarios se incrementaron en 9.000 millones de dólares, el 80% de ese aumento fue en las cuentas de más de 100 mil dólares (otra vez los “malla oro”) y los depósitos de uruguayas y uruguayos en el exterior superaron los 10 mil millones de dólares. A los sectores agropecuario y financiero no les está yendo nada mal. Y si hablamos de déficit y de que el BPS no tiene plata y el gobierno tampoco, ¿cómo se explica que se le haya dado este año una nueva partida de más de 400 millones de dólares a la Caja Militar infinitamente más deficitaria que el BPS?
Pero, como si todo lo anterior fuera poco, ahora, ante la crítica ampliamente mayoritaria de la población por la carestía, el 17 de abril el presidente, Luis Lacalle Pou, anunció una serie de anuncios, valga la redundancia, porque medidas no tomó ninguna. Entre ellos que iba a otorgar lo que según él era un aumento de 3% a las jubilaciones y pensiones a partir del 1 de julio. Esto es una especie de tomadura de pelo, por varias razones. Recién se instrumentará en julio y, por lo tanto, se cobrará en agosto, si se reconoce la emergencia y la subida de precios que es ahora: ¿qué harán los jubilados y pensionistas en abril, mayo, junio y julio? Y, encima, aclararon que se trata de un adelanto que será descontado del ajuste anual. Como para que los jubilados y pensionistas no se indignen.
Por eso el reclamo de ONAJPU fue claro: pidieron un aumento real y que sea inmediato.
También comprometieron su defensa de la Operación Milagro, política pública por la cual más de 110 mil jubiladas y jubilados, en algunos casos recuperaron la vista y en otros mejoraron sustancialmente la calidad de su visión. Este programa, exitoso por donde se lo mire y medido con cualquier parámetro, tenía un componente muy importante: las pesquisas para detectar jubiladas y jubilados con problemas de visión las hacían las Asociaciones de Jubilados y Pensionistas que tiene ONAJPU en todo el país. Esto era así porque son los que más conocen. Pues bien, el gobierno de la coalición de derecha decidió que no hagan más las pesquisas y que las mismas se vehiculizarán a través de las Intendencias. Esto tuvo como resultado práctico que se pasó de 300 mil pesquisas realizadas por las asociaciones de jubilados a ninguna. Pero, además, es muy grave porque refleja la intención de la derecha de golpear a la organización social, de quitarle legitimidad y facilitar el uso clientelar y partidario de algo tan delicado. Una verdadera vergüenza.
Esto es parte de una concepción y de una política planificada, en las elecciones de representantes sociales al directorio del BPS del año pasado, al igual que entre las y los trabajadores, la derecha presentó, a través de Un Solo Uruguay, un candidato para disputarle la representación de los jubilados y pensionistas a ONAJPU. En todo el país legisladores de los partidos de la coalición de derecha repartieron listas e hicieron campaña, también se utilizaron los aparatos de las intendencias. ONAJPU les ganó en las urnas, pero la maquinaria, como lo demuestran el desmantelamiento de la Operación Milagro y la desnaturalización del Plan Ibiripitá, que repartió miles de Tablet a adultos mayores en todo el país, sigue a todo vapor.
ONAJPU se pronunció con claridad por una reforma de la seguridad social que surja de un verdadero diálogo, explicaron que hace un año le pidieron una entrevista al presidente y todavía no les respondió y también que ninguna de las propuestas que hicieron fueron incorporadas por el informe de la Comisión de Expertos.
ONAJPU este jueves demostró, tal cual lo hizo el año pasado en las urnas, que, más allá de operaciones mediáticas y marketing que intenten cuestionarlo, es la organización representativa de las y los jubilados y pensionistas.
Dijeron que estaban en la calle “por su dignidad”, se sienten ninguneados por el gobierno. Con razón recordaron que nadie les regaló nada, que trabajaron y aportaron toda su vida y que hoy reclaman por su derecho a una vida digna.
Miles de jubiladas y jubilados y pensionistas, haciendo un enorme esfuerzo, salieron a la calle “por su dignidad”. Conmovedor. Merecen toda la solidaridad.