El pasado 14 de enero el expresidente de Guatemala, Alejandro Giammattei juró como diputado al Parlamento guatemalteco, tres días después de que el exmandatario abandonara su cargo el gobierno de Estados Unidos informó que se le prohibía la entrada a su territorio.
Según informó la BBC, la decisión estadounidense se funda en la acusación contra el expresidente guatemalteco por haber “participado de corrupción significativa”,acusación que incluye, señala la agencia de noticias, “la aceptación de sobornos a cambio del desempeño de sus funciones”.
De igual forma a Giammattei se lo acusa “de apoyar a la fiscal general de Guatemala, Consuelo Porras, en una campaña judicial contra el nuevo presidente del país, Bernardo Arévalo”.
La juramentación del expresidente como diputado, recuerda el medio de prensa, habilita que Giammattei tenga “inmunidad ante cualquier acusación judicial en su contra”.
Luego del pronunciamiento estadounidense, el exmandatario no ha realizado declaraciones sobre la decisión estadounidense de prohibirle la entrada al país.
Según informó el portavoz del Departamento de Estado de la Casa Blanca, Matthew Miller, “las acciones de Giammattei socavaron el estado de derecho y la transparencia del gobierno”.
«Estados Unidos ha dejado claro que apoya a los guatemaltecos que buscan que los actores corruptos rindan cuentas», se lee en una comunicación escrita del funcionario.
Además de a Giammattei, la prohibición de entrada al territorio estadounidense alcanza a tres de sus hijos adultos.