Paola Beltrán
El 3 de diciembre fue declarado el día de las personas con discapacidad por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1992 con el objetivo de promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidades en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo, así como concientizar sobre su situación en todos los aspectos de la vida: política, social, económica y cultural.
En entrevista con EL POPULAR, Martín Nieves, profesional con formación, experiencia y militancia en este tema y que encabeza la Secretaría de Discapacidad de la Intendencia de Montevideo profundizó sobre el ejercicio de derechos, interseccionalidad y el trabajo realizado desde la comuna capitalina.
De avances y estancamiento
La cultura, junto con el trabajo y la participación, fueron los énfasis para trabajar la inclusión con una perspectiva de derechos. El hilo viene de mucho antes, con proyectos como “Mundo Alas” o el “Inclusionarte” que impulsa por 5to año consecutivo la Comisión de Discapacidad del PIT CNT y que inició con la lucha por la Ley de Trabajo para Personas con Discapacidad en el ámbito privado. El arte y la cultura fueron y son herramientas para reivindicar derechos.
Esta línea de trabajo generó experiencias “cada una de ellas más bella que la anterior”, comentó Nieves.
“De la mano de la cultura y la participación, el 3 de diciembre estuvimos acompañando y promoviendo lo que fue la 14° marcha por los derechos de las personas con discapacidad, también se promovió la publicación de un libro desde la Intendencia donde recogemos el relato y la experiencia de esas catorce movilizaciones, de sus fundadores y de los actuales representantes de los movimientos sociales. Es muy interesante reconocer la historia y dar cuenta de ella”, reflexionó.
Este año la marcha llevó el nombre de “Noelia Bailo”, militante social incansable, perteneciente a la Unión Nacional de Ciegos del Uruguay, que a atravesó “millones de dificultades en su vida, pero sin embargo brindó toda su dedicación política y social a la causa de los derechos de las personas con discapacidad”.
Luego de la marcha se trasladaron al Teatro Solís donde se desarrolló una propuesta cultural inclusiva denominada «Patio cultural».
Ciento setenta y ocho artistas, niños, jóvenes y adultos con y sin discapacidad compartieron un mismo escenario, con el apoyo de más de setenta trabajadores y trabajadores del Teatro. “Hermosa foto, hermosa participación” que significó capacitación, trabajo y articulación para que la Sala fuera un espacio donde todos y todas pudieran estar, se cuidó la luz, el sonido, cada detalle.
Al día siguiente, en la Sala Azul de la Intendencia de Montevideo fueron recibidas varias delegaciones de niños y jóvenes de todo el país; venían de Artigas, de Minas, Maldonado, Fray Bentos, Rivera, para el cierre del “Centro de Ayuda y Recursos de Secundaria” para gurises con baja visión y ceguera. “Cuando veías esa juventud, estos jóvenes entreverados cantando, riendo, desafiándose, poniéndose nerviosos por el micrófono o estresándose por cuándo debían introducir el ritmo, te dabas cuenta de que ese entrevero y esa participación, en igualdad de condiciones, es en alguna medida lo que promovemos y estimulamos”, aseguró.
Y agregó que es esa imagen, de esos jóvenes interactuando a través del arte “lo que queremos promover desde una política pública desde una perspectiva de DDHH”.
También señaló que en este período de gobierno “se dieron muchas dificultades y un mal uso de la temática donde parecía que el que tenía la necesidad del agua con hipertensión pulmonar no podía tener derecho al transporte, no podía tener derecho a la vereda o a la alimentación o no podía tener derecho a la educación”. Los medios de comunicación también fueron parte de esta falsa contradicción, “esto de contraponer un derecho con el otro”.
“Un caso paradigmático – señaló – fue el IAVA, donde se ponía la participación vs la rampa vs la comunicación vs la lengua de seña, compitiendo, como si los derechos y la dignidad humana fuera fragmentada y tuviera que tomarse de manera fragmentada”.
Buscar alternativas
“Minutos antes de las elecciones nacionales se empiezan a trabajar acuerdos interpartidarios que generan dudas sobre la profundidad en la medida que venimos trabajando hace dos años en una comisión interdepartamental del Congreso de Intendentes, de manera muy fuerte, hace años en la Comisión Nacional Honoraria de Discapacidad donde con las Federaciones de organizaciones de personas con discapacidad firmamos acuerdos donde el gobierno nacional estaba en contra”, apuntó.
Ante una política nacional que excluye en materia de seguridad social se buscó, desde las políticas departamentales, por ejemplo, un proyecto de apoyo al trabajador que adquiere una discapacidad y tiene que seguir trabajando. Para ello se invirtió en un acuerdo con cinco Servicios de la Universidad de la República, para que desarrollaran líneas posibles de acción del gobierno departamental para incidir en generar ajustes razonables, innovación en la tarea, elementos de apoyo en el trabajo y que ese trabajador que, por un accidente, por una reiteración de esfuerzo o por una pérdida de capacidad en determinada tarea, encontrara en la tecnología, en la innovación, una forma de apoyarse.
En ese sentido, reclamó que hay ámbitos de participación fuertemente consolidados que hay que reconocerlos y que sería interesante ir a las actas para analizar quiénes estuvieron a favor y en contra de las iniciativas que emanaba de esos espacios.
“Cuando se sale a decir, muy a viva voz, bueno, hay que cerrar esto, abrir esto o cortar esto o comenzar con esto, cuando tenemos una estrategia de asistentes pedagógicas que hace tres años se viene promoviendo y todavía no se implementa y se dice que se van a cortar determinados ingresos en escuelas especiales, más allá de las trayectorias, las estrategias, la población se ve fuertemente impactada”, destacó.
“En gobiernos neoliberales o capitalistas se hiper visibiliza un aspecto de la discapacidad y se hiper invisibiliza otros. Las causas estructurales de por qué se genera la discapacidad todavía no ha salido en el censo, ese censo no incorpora esta perspectiva y por lo tanto este 10 de diciembre, cuando se presenten los datos de personas con discapacidad no se va a saber, como se sabe por ejemplo en México, en Colombia, cuáles son las causas que generan la discapacidad, entendiendo que 1 de cada 4 personas la adquiere en el nacimiento o a nivel perinatal, pero las otras 3 de cada 4 personas que transitan con discapacidad en Uruguay son producto de una industria excesiva, un sistema que no protege, accidentes en el tránsito y de las formas de producción, lo que tiene que ver con el trabajo o la salud mental por la teleasistencia o el aislamiento. Hay muchas causas generadoras de la condición de discapacidad que se invisibiliza y otras que se hipercivibilizan como las campañas de apoyo a una persona puntual en un momento puntual”, señaló.
Se trata de unir
Nieves señaló cierta contradicción a la hora de los justos reclamos por los derechos. “Por un lado, las personas con discapacidad reclaman veredas y allí la pregunta es dónde se prioriza ¿en el centro consolidado, la periferia difusa o en el Montevideo rural alejado de la infraestructura? Si a la vez el Consejo de Participación orienta a que en plena crisis hídrica llevemos agua a población con discapacidad en la periferia porque no tiene para tomar ¿cuál de los dos derechos vamos a priorizar? ¿El derecho a la vereda o el derecho al agua? Y a la vez, cuando nosotros hablamos de un ahogamiento económico a la IM y a veces no se entiende en qué impacta o qué implica eso, nosotros si quisiéramos dejar todas las veredas en condiciones estaríamos hablando de 300 millones de dólares. ¿Quién levanta la mano para decir que esos 300 millones de dólares van solamente para las veredas de los barrios periféricos, de los asentamientos, con condiciones totalmente irregulares?”
“Tuvimos que generar información y orientarnos y hacer acciones en base a evidencia que la propia intendencia generó. Cuando se empezó a hablar de trabajo transitorio nosotros dijimos bueno, vayamos hacia el doble de la población con discapacidad que se merece trabajo transitorio por las condiciones que está. Esos fueron entre 300 y 400 trabajadores con discapacidad leve, moderada y severa que pudieron participar. Esa posibilidad de participación y esa capacidad de tener tanta fuerza laboral nos orientó a generar políticas de generación de datos y ahí salimos a relevar todo Montevideo y ver las condiciones de las veredas de todo Montevideo. Luego de consolidado eso, salimos a discutir internamente y a partir de los acuerdos con espacios públicos se definió, Carolina definió, el programa «Camino a clase», accesibilidad en torno a las escuelas”, ejemplificó.
“¿Cómo se construye la interseccionalidad? ¿Compitiendo en materia de recursos, en materia de posicionamiento simbólico, en materia de concientización o abriendo un paraguas que deja a la menor cantidad de personas afuera?”, cuestionó.
Sobre la visibilidad de voces que pongan sobre la mesa la reivindicación de los derechos de la personas con discapacidad, Nieves explicó que “si no están junto con los movimientos sociales, como los trabajadores, por ejemplo, tienen una muy baja capacidad de trasladarse, incidir, manifestarse, movilizarse y hacerse presente”.
Y agregó que cuando las condiciones materiales no están dadas y cuando las condiciones de segregación simbólica apartan e invisibiliza al otro se manifiesta “la máxima exclusión”.
Es por esto que la dimensión de pobreza y discapacidad son necesarias verlas en conjunto, explicó Nives, “cuando tomamos estas dimensiones, las tomamos porque es nuestra área, nuestra competencia y nuestra conformación de vida de militancia social, pero también cuando lo tomamos desde estas otras dimensiones, no queda nadie afuera”.
“Ese es el ejercicio de interseccionalidad, no es resaltar un indicador por arriba de otro, un marcador por arriba de otro, sino empezar a ver esas poblaciones que incluyen a otras poblaciones y no dejan a nadie afuera», concluyó.