¿Quiénes pagarán por las sanciones impuestas a Rusia?
La interrogante ha sido tratada en un estudio presentado por el portal Misión Verdad, en el que se recuerda que “los 27 países que integran la Unión Europea (UE) tienen una relación de dependencia de gas ruso en un 41%”, mientras que, “13 países europeos dependen del gas ruso en más de 95%”.
Las sanciones a Rusia, implicarán que Europa pase a pagar “2 mil euros por 1 mil metros cúbicos de gas”.
Al conocerse las sanciones anunciadas, el propio canciller ruso, Serguei Lavrov, recordó que su país estaba preparado para tales eventualidades y afirmó que con independencia de lo que hubiera hecho Rusia, Occidente “ya estaba dispuesto de cualquier manera a aplicar nuevas medidas coercitivas” contra el país.
Más allá de los daños prometidos, verbalmente, entre otros por los ministros de Exterior de la Unión Europea (UE), con Josep Borrell a la cabeza, lo cierto es que el denominado insaciable “loop sancionatario” de los europeos y Estados Unidos, han resultado de una ineficacia probada.
En el estudio se recuerda que, “los datos del Banco Central de Rusia señalan que la deuda rusa alcanzó apenas el 19% de su PIB para 2021 y para 2022 estaba previsto que alcanzara el 18%”, lo que la ubica en un escenario muy favorable para el manejo de la misma, en tiempos en que el país presenta un relevante superávit fiscal interno.
Con estos datos, se añade, se muestra “la falta de congruencia entre los anuncios de los europeos y la dimensión real y status de la economía de Rusia”.
El informe de Misión Verdad, alerta que el verdadero nudo crítico a la hora de referir medidas coercitivas contra Rusia, es la energía.
En ese sentido describe que “el conjunto de los 27 países de la UE depende en un 41% del gas ruso, siendo claves en esa dependencia, países como Alemania (49%) e Italia (48%), la primera y tercera economía de la eurozona respectivamente”.
Si se analiza desde la perspectiva de los datos ofrecidos por Eurostat, continúa afirmando el reporte, “unos 13 países de Europa dependen del gas ruso en más del 95%”, entre ellos, Hungría, Finlandia y República Checa (…) acompañados de Eslovenia, Serbia, Rumania, Bulgaria, Estonia, Letonia, Eslovaquia, Macedonia del Norte, Bosnia Herz y Moldavia, quienes dependen en un 100% del gas ruso.”
En este escenario, se añade, “la posibilidad de un escalamiento de las presiones económicas contra Rusia, con el gas como principal elemento modulador de la matriz energética de Europa”, no solo encenderá las alarmas, por el impacto que produzca en el flujo del mismo, sino que traerán aparejado un aumento en los precios de dicha fuente de energía.
“Producto de la crisis de las materias primas y aumento de la energía que se ha registrado con fuerza para el último trimestre de 2021, sumado al aumento del precio del gas a causa del invierno boreal, la escalada del precio del gas ha sido indiscutida, y dados los nuevos factores de inestabilidad que han emergido por la crisis entre Rusia, Ucrania y Occidente, los precios no han hecho más que subir”, señala el estudio que recuerda que “la relevancia del impacto en los precios del gas está claramente correlacionada al aumento de las materias primas y también de la electricidad”.
La electricidad, agrega el reporte, “es un factor sumamente sensible en Europa, particularmente en países como España y Portugal, que resultan claramente afectados, aunque su dependencia del suministro de gas ruso sea poca”.
Si se describe lo sucedido en cifras, hay que recordar que solamente en 2021 “se generó un aumento en euros del megavatio/hora: de los 19,07 euros a inicios de año, hasta los 86,59 euros” al fin de ese año, mientras que “el precio del gas alcanzó niveles que no se veían desde 2018”, por lo que “y no en vano Dmitri Medvedev, expresidente ruso y vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, ha dado la «bienvenida» a «un nuevo mundo, en el cual pronto los europeos pagarán 2 mil euros por 1 mil metros cúbicos de gas».
Esta última declaración se produce luego que Alemania suspendiera “la certificación del saboteado proyecto Nord Stream 2, ya culminado hace meses, pero en espera de certificaciones”.
Alemania, quien se ubicó liderando “las medidas contra Rusia y ha prescindido, al menos coyunturalmente, del Nord Stream 2”, ha llevado a que los mismos alemanes lidien con «sanciones a empresas y presiones geopolíticas de Washington”.
La irónica declaración de Medvedev, refiere, además, “al rol que tendrá Estados Unidos como un nuevo y autodeclarado «proveedor confiable» de gas a Europa”, quien tendrá que abrirse paso para intentar “fabricar un mercado entre sus aliados europeos».
En ello, se añade, “el factor de costo no es menor”, pues su traslado por mar, desde Estados Unidos, no tiene punto de comparación, en lo que a costos se refiere, con la opción rusa que privilegia la vía de oleoductos.
Ya sobre fines de enero, señala el informe, “las colocaciones estadounidenses de gas en Europa costaban un 40% más costosas que el gas ruso”.
Junto a estos elementos, hay que sopesar dice el análisis, el impacto que tendrá el aumento del consumo de gas en China para este año, a partir del cambio que lleva adelante en su matriz energética.
“Estos factores, que son nuevas presiones en la demanda global, no hacen sino empujar hacia arriba los precios del gas”, afirma el estudio, por lo que, “la posibilidad de un recrudecimiento de «sanciones» a Rusia en el sensible ángulo de la energía, literalmente pondría sobre los hombros de los europeos los costos de las aventuras geopolíticas y expansionistas de los estadounidenses”.
Finalmente, el informe de Misión Verdad concluye que al ritmo de “los hechos objetivos, hay una clara desproporción en la acumulación de saldos que ya es previsible, y es precisamente Europa la que probablemente resultará más perjudicada” y mientras “los europeos se ponen la soga al cuello (…) los estadounidenses aplauden desde las gradas”.