Tabaré Etcheverry: Un auténtico intérprete de nuestro folklore

Por Leandro Urse

Un día como hoy pero de 1945, nacía en Melo el cantante y compositor José Francisco Etcheverry Tort, conocido e inmortalizado como Tabaré Etcheverry. Una de las grandes voces de la música popular uruguaya, cantante de gran sensibilidad y compromiso social, que a veces parece no ser recordado lo suficiente.

Noveno hijo de un peón rural y un ama de casa, Tabaré Etcheverry vivió su primer año de vida en el campo, en el paraje de la Posta del Chuy. Su familia se trasladaría luego a Melo, pero continuó visitando con frecuencia la zona, que marcó inmensamente su vida y su obra.

Sus vivencias campestres le darían una impronta campesina a su obra, en la que reflejó como pocos la cruda realidad del peón rural, del zafrero, la explotación laboral vivida y la miseria del día a día en el campo, así como el medio rural en sí mismo, expresando la nostalgia de un hombre de campo que se va a vivir a la ciudad, describiendo paisajes y personajes.

También supo cantar y componer temas históricos y sociales desde una perspectiva claramente de izquierda, revolucionaria, artiguista, antiimperialista, anticolonialista y latinoamericanista.

Contó con letras propias y algunas escritas por el poeta Julián Murguía. Entre sus canciones de mayor contenido político y social donde se evidencian sus posturas políticas se encuentran “Por ser tan pocos”, “La obra bienvenida”, “Melodía triste para un compañero” -dedicada al Che Guevara-, “Los soldaditos”, “Los emigrantes” y “El patrón”. Se debe hacer una mención especial al que es quizá su obra máxima, “Cuzco Rabón”, un recitado de 11 minutos y medio , dedicado a todos aquellos cantantes que decían y cantaban de una forma pero no lo reflejaban en su diario accionar. Allí, como en “Palabras” se abre por completo, plasmando su humilde forma de ser y su pensamiento.

“Aquel cantor que atesora
El ideal de igualdad
Y lucha por la libertad en cualquier lugar y hora
Sentirá que el flojo implora
Ocultando su opinión
Y escondido en el montón
Comentará por debajo
¡Qué pena que sea uruguayo
Y pida revolución!

Rebelde soy sí señor
Consciente en mi rebeldía
Y estoy esperando el día
Que se transforme el cantor
El peón, el agricultor
El cañero y el matrero
Y juntos buscar lo nuestro
Por derecho y por sudor
Y hacer un mundo mejor
Estudiantes y maestros”

En cuanto a lo meramente musical, fue definido por el propio Alfredo Zitarrosa como “la voz mayor del canto popular uruguayo”. Etcheverry poseía una voz exuberante, con un particular dominio, timbre y un muy amplio registro vocal, además de una forma de cantar intensa que transmitía fuerza, energía y emoción. Ejemplo de su extraordinariez como cantante son las canciones “Nordeste”, donde varía la entonación de una forma magnífica y única, “Ecos para un Lamento”, donde genera un efecto similar al eco exclusivamente con su propia voz, y “Tabaré”, donde imita el grito del indio en el estribillo de una forma cantada muy particular. Al día de hoy sigue pareciendo imposible que alguien reproduzca con éxito estas proezas vocales.

Sus ideas le causaron ser censurado en 1971 aún en democracia, así como luego en Dictadura verse afectado para actuar y por las políticas de radiodifusión de la misma. Etcheverry fue de los pocos cantantes que se quedaron en el Uruguay luego del Golpe de Estado, lo que le valió ser detenido y torturado en varias ocasiones. Igualmente fueron difundidos rumores, totalmente infundados, de una colaboración de su parte con el aparato represivo del Estado y luego la dictadura militar, rumores que llegó a desmentir enfrentando públicamente a quienes lo acusaran de ello. Estos mismos rumores empeoraron su salud ya aquejada por un cáncer, por el que falleció el 21 de abril de 1978 a sus jóvenes 32 años. Tanto los rumores, como la dictadura y su prematura muerte provocaron que no haya recibido el reconocimiento acorde a su trayectoria y excelente producción musical. Buena parte de su obra no llegó a publicarse en vida, editándose de forma póstuma 7 volúmenes de antología.

A 75 años de su nacimiento su obra sigue más vigente que nunca, e inspira a reivindicar los valores artiguistas, a luchar por las causas justas, contra el imperio, por la revolución, y por la soberanía de nuestro Uruguay y nuestra América Latina a los que tantos versos dedicó.

 

 

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