Tallando pisos

Por Gonzalo Perera

“Cada quien talla a la altura que es capaz de alcanzar”. Esta vieja frase, que leí de niño y cuyo autor desconozco u olvidé, me ha venido una y otra vez a la cabeza ante las intervenciones de destacados funcionarios del gobierno nacional.

La situación del país es de una gravísima crisis: económica, social, alimentaria, de seguridad. Si bien la síntesis realizada por EL POPULAR la semana pasada en sus paginas 4 y 5 lo refleja con total crudeza, es necesario insistir en algunos puntos que ponen en evidencia que, sin desconocer que la pandemia del COVID-19 pudo haber agravado o acelerado el deterioro, el mal más profundo que sufre el país es tener un gobierno de derecha con componentes filo-fascistas, en una coalición sellada por la negativa, por el odio de clase, por tener en común no soportar más las políticas en materia de derechos (políticos, sociales, civiles, etc.) del Frente Amplio.

Es necesario, por ejemplo, recordar que en uno de sus primeros actos de gobierno, y con gran pompa, el Dr. Lacalle citó a la Torre Ejecutiva al Ministro de Interior y a todos los jefes de policía, para salir a los medios a anunciar que él, en persona, se iba a ocupar de la seguridad. En su momento desde estas páginas decíamos que nos parecía esa actitud impropia de un presidente y más bien digna del sheriff del algún condado del viejo Oeste de USA, de una suerte de John Wayne en miniatura. Sobre todo porque dejaba planteada una inquietante doble pregunta: a saber, qué tarea le correspondería entonces al Ministro del Interior si el Dr. Lacalle tomaba a su cargo la seguridad y, por otro lado y peor, quién haría las tareas que debe hacer un presidente si el Dr. Lacalle se dedicaba al combate del delito. Pero hoy, podemos empezar a evaluar y a decir que al sheriff se le incendió la comarca: un homicidio por día, espantosos femicidios una y otra vez, asesinato de personal militar muy fuertemente entrenado y armado dentro de una base militar con fines de robo, densa red de prostitución y explotación infantil, y un muy largo y penoso etc. A un sheriff así habría que pedirle la estrella y que deje su lugar a alguien que no le quede tan enorme.

La coalición multicolor llegó al gobierno en buena medida gracias a la letanía instalada desde sus discursos y desde los medios hegemónicos sobre los problemas de seguridad. El famoso “se acabó el recreo” del general que nunca se da cuenta que lo rodea gente que ama la esvástica, fue quizás la síntesis de la promesa de “terminar con el problema de la inseguridad”. Nosotros pensamos que el llamado “problema de la inseguridad” es la expresión última de la violencia estructural instalada en las bases mismas de la sociedad capitalista. Por supuesto que el delito debe ser evitado y si ello no es posible, debe ser condenado por la justicia como corresponde. No somos “palomas”, pero en todo caso, lo que decimos es que ni éste ni ningún gobierno puede erradicar la violencia estructural que supone un sistema basado en la explotación. No vamos a criticar al gobierno por no lograr algo que es imposible, aunque irresponsablemente lo haya prometido mil y una veces. Pero está claro que sí puede y debe incidir el gobierno nacional en las condiciones de convivencia, en una mayor o menor violencia, mayor o menor criminalidad, mayor o menor desprotección de los más débiles. En tal sentido, ya podemos evaluar la actuación de este gobierno como un total y rotundo fracaso, pues lejos de mejorar la situación (que se iba a terminar “en un día”, se llegó a decir) , las expresiones de violencia en la sociedad han aumentado y se han agravado cuantitativa y cualitativamente, de manera alarmante.

Dando cabal sentido a la frase inicial sobre la altura del tallador, el ministro Larrañaga, ante tamaña situación, tomó una medida tan radical y profunda como es capaz de pensar y resolver: invirtió casi medio millón de pesos en cambiar la estética y slogan de los patrulleros…

El ministro Pablo Bartol se ha permitido lanzar insinuaciones cuanto menos insidiosas sobre la gestión precedente del MIDES, llegando incluso a cuestionar la transparencia de la excelente gestión de nuestras compañeras Marina Arismendi y Ana Olivera. Insistente el hombre, pese a tener que reconocer que encontró en el MIDES “fortalezas que no esperaba” (sic), hizo parar las rotativas con una denuncia alarmante y muy a su altura: el café que la compañera Arismendi servía a las visitas estaba vencido. Cien mil personas pobres en cien días, la mitad de ellos niños y el ministro Bartol comentando el café para las visitas…

La Educación Pública tal como la conocemos es fuertemente amenazada por los contenidos del Proyecto de Ley de Urgente Consideración y por un gobierno muy poco proclive a su defensa. Además, como si fuera poco, se amenaza con recortar o cerrar centros que constituyeron , en pequeños pueblos y barrios periféricos de las ciudades, núcleos de socialización positiva, aprendizaje para toda la vida, desarrollo del Plan Nacional de Alfabetización Digital, etc., como los Centros MEC. Con un primer semestre donde además toda la Educación formal se ha resentido en mayor o menor grado por las condiciones inusuales de funcionamiento (y se pudo funcionar fue gracias al Plan Ceibal y ANTEL, no olvidar), cuando uno supone que el ministro de Educación y Cultura, persona muy formada, ex Rector de la Universidad Católica, etc., debe estar pensando densamente y en profundidad sobre la situación que debe afrontar, se descuelga con otro gran tallado, al poner en cuestión un eventual “gasto excesivo en alimentación escolar”. En el Uruguay, donde la alimentación escolar y las ollas populares son el refugio de las decenas de miles de niños que se están pauperizando día a día, ese gasto es el que le preocupa al ministro…

El Dr. Lacalle hizo gárgaras de ambientalismo durante la campaña, dándole gran trascendencia a la creación de un ministerio específico. Pues bien, sería interesante saber cómo se concilia esa loable voluntad con las medidas claramente lesivas del Sistema Nacional de Áreas Protegidas contenidas en el Proyecto de Ley de Urgente Consideración o en el decreto del 11 de marzo que determina la supresión de una muy significativa cantidad de cuadros técnicos en todas las direcciones que tienen a su cargo el monitoreo o la gestión ambiental (DINAMA; DINAGUA, etc.). Postular una atención privilegiada al medio ambiente desde el debilitamiento normativo y la severa reducción de los cuadros técnicos competentes es otro ejemplo de la genialidad con la que talla sus decisiones el gobierno multicolor.

El general que no lee remeras antes de sacarse fotos y que justifica antecedentes un tanto escuálidos porque que está cansado de leer currículas, no tiene quien le escriba. Para avisarle que quien propuso para dirigir un sitio estratégico como la ANP, es autor de manifestaciones fascistas y que, además, se despachó a gusto sobre sus coaligados en las redes, poco tiempo atrás. Así, este gobierno acaba de batir el récord en materia de gobernantes que renuncian antes de asumir.

Que te gobierne la derecha neoliberal alineada con USA es una real desgracia. Que el país se desmorone en una crisis vertiginosa, es una consecuencia lógica. Que una pandemia acelere la degradación, es una fatalidad. Que encima el gobierno sea incompetente, chambón y frívolo, es un verdadero espanto.

Frente a un gobierno que talla en el suelo, la única respuesta posible es un campo popular organizado y tallando muy, muy alto.22

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