Antes de dar comienzo a su viaje al Medio Oriente, el presidente Donald Trump propuso cambiar el nombre del golfo Pérsico por el de golfo Arábigo.
“Tendré que tomar una decisión”, dijo Trump, quien añadió que no quería, en referencia a Irán, “herir los sentimientos de nadie. No sé si se van a herir sentimientos”.
La “iniciativa” del republicano fue dada a conocer la semana pasada por la agencia Associated Press.
El cambio de nombre, no es bien visto por los iraníes quienes, de acuerdo al New York Times, han “defendido firmemente el golfo Pérsico como el único nombre legítimo”.
Se trata, agrega el diario estadounidense, de una postura que es apoyada por “los iraníes desde dentro y fuera del país, quienes consideran el nombre como una parte esencial de su identidad nacional y cultural”.
La sugerencia de cambio de nombre, añade el medio, “haber hecho lo imposible: unir a los iraníes de todas las facciones políticas, ideológicas y religiosas”, quienes ya “se han manifestado en declaraciones y publicaciones en las redes sociales, condenando la idea de Trump”.
Aunque el mandatario tiene “poder para ordenar cambios en los nombres geográficos tal como se utilizan en Estados Unidos”, los restantes “países no tienen por qué respetar esos cambios”, recuerda el Times.
En la actualidad y por orden de la Junta de Nombres Geográficos de Estados Unidos, se usa la denominación y uso de golfo Pérsico para asuntos oficiales estadounidenses.
“Va más allá de la política; va más allá de las divisiones religiosas y de las ideologías: se trata de la nación y de su historia, y ha tocado una fibra sensible”, afirmó al diario el historiador Touraj Daryaee, director del Centro de Estudios Persas de la Universidad de California-Irvine.
“¿Trump quiere negociar con Irán o quiere arrebatarle su identidad nacional?”, preguntó el experto.
Por su parte, Reza Pahlavi, hijo del depuesto sha de Irán, que apoya a Trump y lo ha animado a abandonar la diplomacia con el gobierno de Teherán, señaló en redes sociales que “la decisión del presidente Trump de distorsionar la historia, de ser cierta, es un insulto al pueblo iraní y a nuestra gran civilización”.