Por primera vez en la historia, no hubo marchas ni concentraciones en el mundo al conmemorarse el Día Internacional de los Trabajadores.
En cientos de países, en cambio, hubo conexiones virtuales, saludos desde balcones, protestas en redes sociales, mega conciertos y discursos on line. Fue un 1° de Mayo cruzado en todo el planeta por la pandemia de la Covid-19.
Como en Indonesia, donde la principal confederación desplegó pancartas en 200 ciudades y lanzó una campaña en Internet invitando a “manifestarse desde casa” y el llamado en Cuba a conmemorar y aplaudir a las y los trabajadores desde balcones y ventanas de las casas de todo el país.
En Bolivia, una protesta con caceroladas rompió el silencio el jueves por la noche en las ciudades de El Alto y La Paz, en protesta por la realización de elecciones generales en un plazo de 90 días en plena pandemia. En Chile hubo un “Caceroleo por la Dignidad” convocado por la CUT de ese país.
En Argentina, Brasil, Colombia y otras naciones hubo protestas y actividades culturales por las redes sociales. Organizaciones sindicales de la región organizaron un mega concierto con grupos y solistas de varias partes.
En Francia, donde la tradición del Primero de Mayo es especialmente importante, los sindicatos dedicaron la jornada a los “invisibles de nuestra sociedad”, sanitarios o cajeros, que “siguen trabajando a menudo arriesgando sus vidas”. En Estambul, la policía turca detuvo este viernes a varios responsables sindicales que desfilaban a pesar de las restricciones. En España, Italia, Portugal, Reino Unido, muchas actividades se concentraron en la gratitud a las y los trabajadores de la salud. En Europa, de igual forma, se reivindicaron derechos laborales y se repudiaron bajas en los presupuestos para políticas sociales y el sector salud, la privatización de servicios, los despidos y las alzas de precios que vienen hace meses. En Alemania, este Primero de Mayo despertó la preocupación de las autoridades, con manifestaciones anticonfinamiento de la izquierda radical, la ultraderecha y los seguidores de teorías conspirativas.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), al menos mil 600 millones de personas podrían perder sus empleos debido al confinamiento y a la consecuente recesión histórica.
La principal reivindicación es que se garanticen los salarios pues, al igual que en el resto del mundo, la pandemia obligó a innumerables empresas a reducir o suspender su actividad.
Fuente: Elsiglo.cl
Foto:Cubadebate.cu