El movimiento estudiantil convoca al 14 de agosto, al conmemorarse 55 años del asesinato de Líber Arce.
Amira Fagúndez, Secretaria de Asuntos Gremiales de la FEUU.
La organización de las y los estudiantes conforma uno de los movimientos más antiguos en nuestro país. El movimiento estudiantil nace y se organiza con jóvenes que desde temprana edad reconocen a la educación pública como un derecho universal que debe ser asegurado a lo largo de toda la vida, y que su alcance no debe ser estrictamente la formación de una larga lista de disciplinas, sino que, la educación pública pertenece al pueblo y las aulas deben ser espacios donde germine la formación de ciudadanas y ciudadanos integrales, donde haya espacio para el debate, la reflexión y la formación crítica en base a las problemáticas que nos rodean para construir ideas y seres sensibles con las injusticias.
El movimiento estudiantil uruguayo hace más de 100 años se organiza en torno a la idea de defender la educación pública y las instituciones, que es defender la democracia, trabajando cotidianamente con la mayor unidad y amplitud posible para conquistar nuevos y más profundos derechos.
Tenemos una larga historia de luchas, resistencia y conquistas, y estando en la antesala del 14 de Agosto, Día de las y los mártires estudiantiles, redoblamos nuestro compromiso con homenajear a quienes dieron la vida defendiendo un Uruguay más justo, libre y soberano.
Nuestras y nuestros mártires no fueron daños colaterales, ni hechos aislados, fueron estudiantes asesinados por un sistema injusto y que desprecia la vida. El contexto político de mediados del siglo XX era sumamente turbulento, se encontraba en auge la movilización del movimiento sindical y el movimiento estudiantil. Uno de sus más grandes hitos fue la conquista de la Ley Orgánica de la Universidad de la República en 1958, siendo ésta un sustancial avance para democratizar la enseñanza terciaria. Aquella histórica, y aún vigente consigna de “Obreros y estudiantes, unidos y adelante”, parió una Universidad comprometida con las causas sociales y al servicio del país, además de consolidar una alianza estratégica que sería clave para enfrentar los reveses que vendrían de las clases dominantes.
Durante el gobierno de Pacheco Areco se profundizó el deterioro de las condiciones de vida de nuestra gente, así como las respuestas autoritarias y represivas a la protesta social. Pacheco Areco ordenó el allanamiento de varias facultades de la Universidad para amedrentar la organización estudiantil, con la sustracción de documentación, materiales de estudio, los padrones de estudiantes y ocasionando destrozos.
Ante esta medida, que violaba la autonomía y cogobierno de la Universidad, el recorte presupuestal y levantando los reclamos de los gremios de mejoras edilicias, becas para estudiar y el boleto estudiantil, es que la FEUU organizó como respuesta varias movilizaciones.
El 12 de agosto de 1968 se convocó una movilización relámpago en la puerta de la ex Facultad de Veterinaria, la cual fue interceptada por las fuerzas policiales y un balazo a quemarropa disparado por el Oficial Enrique Tegiachi hirió a Liber Arce, que fue trasladado al Hospital de Clínicas, donde en la tarde del 14 de agosto falleció.
El asesinato a Liber conmociono al país entero, fue el primero de los estudiantes caídos, y a pesar del recrudecimiento de las medidas represivas del gobierno de ese momento buscando acallar a nuestro pueblo que quería forjar su propio camino, aquel 14 de agosto del 68 las calles fueron desbordadas por miles y miles de personas que concurrieron al velatorio de Liber en el Hall de la Universidad y a su sepelio.
Liber tenía 29 años, era estudiante de la Facultad de Odontología de la Udelar, militante de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) y de la Unión de la Juventud Comunista (UJC). A Liber, como a tantos otros, lo asesinaron por su firme convicción de defender la educación pública, la autonomía y cogobierno de la Universidad, y un mejor porvenir para aquel Uruguay gris, donde solo cabía un futuro para aquellos que podían comprarlo.
Esos años, el pueblo escribió en las calles algo que los años y la teoría de los dos demonios no han podido borrar, la inclaudicable convicción de defender la libertad y la democracia hasta las últimas consecuencias, de forma permanente y con la gente como protagonista.
Durante todos esos años la FEUU estuvo activa, movilizada y en lucha. Desplegando las formas más creativas de organización, sembrando la esperanza en la clandestinidad cuando fue necesario.
Esa misma FEUU, que luchó en la calle y resistió en la tortura, ayudo a construir la salida democrática, en el histórico triunfo del NO en el plebiscito de 1980, en la semana del estudiante, la multitudinaria marcha al Franzini y ese increíble 1° de mayo de 1983. La historia de nuestro país, sus avances en momentos de conquistas y la resistencia de su gente cuando el poder ha arremetido con su peor cara, sería imposible de contar sin hacer referencia al movimiento popular.
Ese lugar se lo ha ganado por su consecuencia histórica, esa que nos hace estar seguros de que, sea cual fuere el desafío con el que nos encontremos en el futuro, veremos a la Federación en la calle porque, como lo hemos dicho: “No somos la generación del silencio. Quisieron que fuésemos la generación del silencio, pero, como siempre, fracasaron los autoritarismos”.
Asimismo, cada conmemoración del Día de las y los mártires estudiantiles es atravesada por la coyuntura política de nuestro país; nos encontramos con un Uruguay que cruje ante las injusticias y donde el principal responsable, el gobierno, le da la espalda a la gente con la falta de propuestas y soluciones a la caída de los salarios, el desempleo, el hambre, la crisis hídrica y la creciente violencia basada en género, también, nuestro pueblo continúa expectante y conmocionado a la espera de la identificación de los restos óseos encontrados en el Batallón de Infantería N°14.
En la clandestinidad, durante la dictadura, la militancia estudiantil se constituyó en un espacio imprescindible de lucha por un país mejor.
Las jóvenes militantes de ahora somos herederas de una rica historia a la que también consideramos orgullosamente propia. Y estamos intentando ser fieles a esa historia, por eso, invitamos a rodear de pueblo las acciones que las y los estudiantes organicen en cada rincón del país, Invitamos a salir a las calles el próximo 14 de agosto con la misma valentía que Susana Pintos, con la misma alegría y entrega por defender la educación pública que la profe Nibia Sabalsagaray, así como con la firme convicción que demostró el joven poeta Walter Medina de defender la democracia durante la heroica huelga general.
El próximo 14 de agosto, estaremos, una vez más, como desde hace 55 años, luchando por la educación del pueblo, por Liber, las muchachas de abril, Julio Spósito, Ramón Peré, Heber Nieto, y tantas y tantos otros, que “no son sólo memoria, son vida abierta”.
Foto de portada:
Movilización en homenaje a los mártires estudiantiles, 14 de Agosto. Foto: Santiago Mazzarovich / adhocFOTOS.