Aún queda tela por cortar en este intenso 2022, pero esta es la última edición impresa del año de EL POPULAR y se impone un primer racconto, que no balance, de los principales hechos que marcaron este año.
El año comenzó marcado por un hecho político central, en tanto su dilucidación implicó una modificación en el estado general de la correlación de fuerzas. Nos referimos al Referéndum contra 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC).
El resultado del Referéndum fue una derrota para el campo popular, por unos pocos miles de votos los 135 artículos de la LUC quedaron vigentes. Sin embargo, la dimensión de la construcción política y social lograda por el bloque popular fue tal que el bloque de poder se sintió y fue golpeado en su hegemonía. El referéndum y el proceso que condujo a él; con la obtención de más de 800 mil firmas en medio de la pandemia, la movilización de decenas de miles de militantes en todo el país, la recomposición del vínculo entre las organizaciones sociales y el Frente Amplio, el diálogo directo con la gran mayoría de nuestro pueblo, el logro de más de un millón de votos; tienen una conclusión política fundamental: el movimiento popular demostró que es capaz de disputarle de igual a igual la iniciativa política al bloque de poder, incluso sin tener el gobierno nacional. No es una constatación menor y la derecha tomó debida nota de esta.
Esta tensión política, la disputa por quien ejerce la iniciativa en la sociedad en su conjunto, es lo que marcó el año 2022.
Por un lado, el bloque de poder ante el resultado del Referéndum y la paridad de fuerzas que mostró eligió la fuga hacia adelante, e intentó, contra viento y marea, acelerar la implementación de su utopía conservadora, que incluye un durísimo ajuste neoliberal, pero lo trasciende.
Gobernó con el único norte de beneficiar los intereses de clase que representa y así vinieron el decreto a medida de la industria tabacalera; el golpe a ANTEL privatizando y abriendo a las trasnacionales la trasmisión de datos; el impulso de una Reforma Educativa autoritaria, improvisada y a prepo; el destrato a la Universidad de la República previendo gasto cero para ella en la Rendición de Cuentas; la privatización del agua con el proyecto Neptuno; el desmantelamiento del portland en ANCAP; la reafirmación de la entrega de la operativa de contenedores del Puerto de Montevideo a una trasnacional por 60 años; el retroceso de más de un siglo en las relaciones laborales con la modificación de la Ley de Negociación Colectiva, que tiene media sanción; la reforma jubilatoria, que es un nuevo ajuste, perjudica a todos los trabajadores y jubilados y solo beneficia, otra vez, al capital financiero trasnacional expresado en las AFAP; el desmantelamiento del Instituto Nacional de Colonización y la profundización de la concentración de la propiedad y la renta de la tierra. Y solo recordamos algunas de las múltiples medidas que tomó el gobierno de derecha, todas con un único objetivo: concentrar aún más la riqueza y el poder, consolidar, en todos los terrenos, su hegemonía.
¿Cuál fue el principal resultado de las medidas del gobierno de derecha? Un Uruguay más desigual y menos libre. Mientras las exportaciones baten un récord histórico y superan los 12 mil millones de dólares y los depósitos bancarios en el exterior aumentan en 10 mil millones de dólares, crecen la pobreza y el hambre, se estancan el empleo y el consumo y los salarios y las jubilaciones caen por tercer año consecutivo.
¿Cómo se expresó entonces esa disputa por la iniciativa con la derecha? En una etapa de acumulación de fuerzas, y en ella estamos, el principal espacio de acumulación del movimiento popular está en su propio desarrollo, en el nivel de unidad, de movilización, de organización, de relación con las grandes mayorías, de propuesta programática y de iniciativa política que logre desplegar.
La modesta selección de tapas de EL POPULAR que acompañan esta edición muestra precisamente eso. El nivel de movilización del movimiento popular este año ha sido enorme. El movimiento sindical ha tenido un protagonismo central, reafirmando en la realidad, que es donde vale, su papel de columna vertebral del bloque político y social de los cambios. El PIT-CNT, los sindicatos, jugaron un papel fundamental en la recolección de firmas y en el Referéndum, pero lo siguieron desempeñando después, con un 1° de Mayo enorme, enjuiciando la desigualdad y proponiendo alternativas; con un Paro General donde pararon más de un millón de trabajadores; con enormes movilizaciones de los sindicatos de la Industria, el SUNCA, las y los trabajadores de los entes, la Marcha Nacional Educativa, paros parciales de gran convocatoria y la última gran movilización de miles contra la reforma jubilatoria. Pero el 2022 también fue el año de un gran 8 de marzo, con miles de mujeres movilizadas. El 20 de mayo más grande de todos, con cientos de miles contra la impunidad. El de las movilizaciones estudiantiles contra la reforma educativa regresiva. El de las movilizaciones de ONAJPU. El del relanzamiento de la Intersocial. El del despliegue solidario enorme de las ollas populares brindando más de 1.800.000 porciones de comida al mes.
Este 2022 también fue el año del fortalecimiento del Frente Amplio. Salido de la elección interna donde se rompió la tendencia decreciente en la participación, el FA se propuso desarrollar en todo el país los Comité de Base y logró más de 450 asambleas el 25 de Agosto. Este 2022 también fue el año de “El FA te escucha”, con más de mil reuniones con organizaciones de la sociedad en todo el país. La acción parlamentaria de las bancadas frenteamplistas, denunciando, proponiendo y recorriendo el país. La acción de los gobiernos departamentales frenteamplistas, mostrando otra forma de gobernar. Esa acción motivó que la derecha los tuviera en la mira, la muestra más descarnada de esto fue la iniciativa de juicio político contra Carolina Cosse.
Hubo expresiones muy importantes de solidaridad internacionalista, como el acto desbordando la Sala Zitarrosa en solidaridad con Cuba.
Ese fue el nivel de disputa principal: el nivel de unidad alcanzado, la movilización, la organización, la iniciativa política desplegada por todos los componentes del bloque político y social de los cambios a lo largo del año.
En nuestro caso, y lo refleja por supuesto la cobertura de EL POPULAR, hay que incluir en este esfuerzo lo hecho por el Partido Comunista de Uruguay (PCU) y la UJC. En primer lugar, con su militancia metida en todas las luchas de nuestro pueblo. El gran acto por el 50 aniversario de la 20. El XXXII Congreso de cara a nuestro pueblo. La campaña, el gran acto central, la gran cantidad de actos y asambleas abiertas en todo el país por el 102 aniversario del PCU, con la consigna: “No mires para el costado; es tiempo de tomar Partido”. Se inscriben en este esfuerzo las iniciativas desplegadas por la UJC, en especial su campaña de afiliación.
La derecha y su gobierno continúan con la aplicación de su utopía conservadora, pero no tienen la fortaleza que ostentaban tras ganar las elecciones. Recibieron el impacto de las firmas, del referéndum y de la lucha de nuestro pueblo. A ello se unió, impactando en no en menor medida, la seguidilla de escándalos políticos, entre los que destaca por su gravedad el protagonizado por el jefe del Servicio de Seguridad Presidencial, Alejandro Astesiano, integrando una banda criminal que operó en Presidencia de la República y que falsificó pasaportes, expuso información delicada del Estado, y ahora se sabe que también se involucró en coimas, tráfico de influencias y espionaje. El impacto en la sociedad de estos hechos ha sido muy importante y ha dejado al gobierno de derecha, y muy especialmente al presidente de la República, en una situación de debilidad, de la que, hasta ahora, no sabe cómo salir.
A todo esto, que es lo principal, en el caso de EL POPULAR debemos sumar algunas cosas de nuestra casa. Se concretó la entrega al Centro de Fotografía de una importante cantidad de nuevos rollos de fotos históricas recuperadas. EL POPULAR sigue haciendo historia, con el protagonismo colectivo ejemplar de las extrabajadoras y trabajadores del diario más que justamente homenajeados. Se consolidó EL POPULAR en Radio y crecimos en ventas y distribución. Llegamos a 600 números, un logro modesto pero muy relevante y cambiamos la dirección, asumiendo la primera mujer directora en 67 años de historia. El 2022 encontró, un año más, a EL POPULAR en la primera línea, junto a las luchas de nuestro pueblo.
Todo lo anterior no hace más que esbozar la enormidad de los desafíos que nos presentará el 2023. Cómo responder a las necesidades urgentes de nuestro pueblo, el hambre, la pobreza, los salarios, el trabajo, la carestía que golpea cada día. Cómo desarrollar aún más el bloque político y social de los cambios para disputarle a un mayor nivel la iniciativa y la hegemonía al bloque de poder. Cómo estar a la altura de dos iniciativas fundamentales para levantar perspectiva programática: el Congreso del Pueblo y el Congreso del Frente Amplio.
Los abordaremos con unidad y con lucha, levantando perspectiva, oponiendo, en la práctica, la utopía de la emancipación social a la utopía conservadora.
Esto es así, sin embargo, ahora, es necesario atesorar la enormidad de lo que hicimos en este 2022, conscientes de lo que nos falta, pero no hay acumulación posible si no se sintetiza lo que se luchó.
Salud queridas compañeras y compañeros, un abrazo con la alegría que solo brinda la lucha compartida. Aquí volveremos a estar, cada día, reflejando cada lucha y cada avance de nuestro pueblo y de su unidad.
