Bruno Giometti (*)
Finalizado el año 2022 trataremos de esbozar un balance preliminar de lo ocurrido con el proceso económico entendido en su globalidad y en sus distintos componentes particulares. Cabe aclarar que aún restan hacerse públicos algunos datos importantes correspondientes al último tramo del año, los cuales se irán conociendo en las próximas semanas y que permitirán ir enriqueciendo nuestro análisis.
En lo que respecta a la evolución general de la actividad económica, conocido el dato del PBI (Producto Bruto Interno) correspondiente al tercer trimestre de 2022, más algunos datos “de avance” de lo que viene ocurriendo en el cuarto trimestre, se espera que la producción total de bienes y servicios tenga un crecimiento en el entorno de 5,4% respecto al año anterior. De esta forma, la producción total se estaría ubicando en el global del año 2022 un 3,3% por encima de su nivel de 2019.
En una síntesis muy apretada de este dato macroeconómico, podemos realizar algunas apreciaciones importantes.
Sobre la trayectoria, si bien la cifra de crecimiento de este año es elevada (5,4% está por encima de la tendencia histórica uruguaya) hay que tener presente que la mayor parte de este crecimiento se produjo en el primer semestre, donde la base de comparación es el primer semestre de 2021, momento en que estaban presentes numerosas restricciones de movilidad y actividades fruto la pandemia. En el tercer trimestre, estrictamente la economía no creció y es esperable que el cuarto trimestre sea también de estabilidad, en función de algunos datos adelantados ya conocidos. Es decir, tenemos una economía que mostró una buena tasa de crecimiento en el año 2022 considerado globalmente, pero que en el transcurso del año fue ingresando en un proceso de enfriamiento.
Sobre la composición del PBI, las actividades agroindustriales tuvieron un primer semestre muy positivo, continuando la tendencia de 2021 y favorecido por muy buenos precios internacionales. En el tercer trimestre, estas actividades mostraron una retracción, al tiempo que otras más afectadas por las restricciones a la movilidad en 2021, como el comercio, suministro de comida y actividades profesionales consolidaron una mayor recuperación. No obstante, distintas actividades de servicios vinculadas con el mercado interno, mantienen un rezago importante, permaneciendo sus niveles de actividad por debajo de 2019 en términos reales.
Las exportaciones de bienes, medidas en dólares, a pesar de una retracción en los últimos meses del año fruto de la disminución de los precios internacionales de algunos productos que Uruguay vende al exterior, culmina con un nuevo récord histórico, por sobre el récord anterior que había sido justamente el año previo.
En 2019 y los años previos, las exportaciones anuales de bienes se ubicaban en torno a los U$S 9.000 – U$S 9.200 millones. En el año 2021 superaron los U$S 11.500 millones y en 2022 alcanzaron por primera vez en la historia la cifra de U$S 13.356 millones. El podio de las ventas al exterior sigue siendo de la carne, la soja y la celulosa, aunque el resto de los principales productos de exportación también tuvieron muy buenos desempeños en 2021 y en 2022.
El contexto favorable de precios internacionales y el extraordinario desempeño de algunas ramas de la economía durante 2021 y el primer semestre de 2022, hizo posible que los “malla oro” acumularan enormes riquezas. Entre fines de 2019 y mediados de 2022 los sectores más poderosos depositaron (en el exterior y en la plaza local en cuentas de porte superior a U$S 250.000) unos U$S 10.000 millones, por encima de lo que ya tenían.
Para el conjunto de los trabajadores claramente no fue un año positivo desde el punto de vista económico. El salario real medio en el promedio de 2022 (con datos de enero a noviembre) se ubica 3,9% por debajo de 2019. Notoriamente hay un contraste entre la recuperación de la economía y el rezago en materia salarial.
La masa salarial global también se encuentra por debajo de los niveles previos a la pandemia, dado que si bien la cantidad de asalariados tuvo un incremento, el mismo fue inferior al porcentaje de caída del salario medio.
La foto de 2022 muestra una torta económica más grande que en 2019 pero donde la clase trabajadora en su conjunto no sólo perdió participación en el total, sino que su ingreso total disminuyó en términos absolutos.
La tasa de empleo en el promedio de enero/noviembre de 2022 se ubicó en 57,1% es decir medio punto porcentual por encima de enero/noviembre de 2019. En realidad, la recuperación global del empleo se completó prácticamente en su totalidad hacia finales de 2021. En 2022 el empleo fue perdiendo dinámica y para 2023 se agregan luces amarillas, con la finalización del programa social de empleo “jornales solidarios” y el fin de la etapa de construcción de UPM y obras anexas. Sumado a la insuficiente previsión de obra pública en los rubros más intensivos en empleo.
El déficit fiscal se redujo en forma sustantiva en los últimos 3 años, pero a costa de un fuerte recorte en salarios de trabajadores estatales, jubilaciones, gasto público social e inversiones. En todos los grandes organismos del área social (ASSE, ANEP, UDELAR) el presupuesto evolucionó por debajo de la inflación, es decir que hay recortes en términos reales. En cuanto a la inversión pública en infraestructura, en lo que va del gobierno actual, es inferior a igual período del gobierno anterior. Solamente en vialidad, puerto y el ministerio de defensa, la inversión ha sido superior que en el gobierno anterior; mientras que ha bajado en infraestructura de educación y salud, vivienda y especialmente en las empresas públicas.
No contamos aún con los datos de la evolución de la pobreza en el segundo semestre de 2022. En el primer semestre (último dato conocido) la tasa de pobreza se ubicó en 10,7% lo que equivale a 380.000 compatriotas. Hay 78.000 personas pobres más que en el primer semestre de 2019. Especialmente preocupante es la evolución de la pobreza infantil: en el rango de edad de 0 a 6 años la tasa de pobreza pasó de 16,4% en el primer semestre de 2019 a 22,5% en el primer semestre de 2022.
(*) Economista, integrante del Instituto Cuesta-Duarte y del equipo de «Valor!!».
Foto de portada:
Vendedor de flores en la esquina de Bvar. Artigas y Avda. Gral Flores en el mes de abril pasado. Foto: Ricardo Antúnez / adhocFOTOS.