Informe de Oxfam advirtió: «La sombra de la oligarquía global se cierne sobre la Asamblea General de las Naciones Unidas»
Oxfam Internacional presentó un informe en el marco de la Asamblea General de la ONU, titulado “El multilateralismo en la era de la oligarquía global”. El informe establece como siguen concentrándose la riqueza y el poder en el mundo y advierte sobre los peligros de lo que califica como “oligarquía mundial o global”.
El informe reveló que el 1 % más rico de la población mundial posee más riqueza que el 95 % de la población mundial en conjunto. Agregó que “la influencia de los milmillonarios sobre la economía se ha disparado: más de un tercio de las 50 mayores empresas del mundo tienen a un milmillonario como director ejecutivo o accionista principal. La capitalización bursátil total de estas empresas asciende a 13,3 billones de dólares”. Ese 1%, caracterizado como la oligarquía global, también posee el 43 % de todos los activos financieros mundiales.
El documento, presentado en Nueva York, indicó que “esta híper concentración de poder y riqueza alimenta la desigualdad tanto dentro de los países como entre ellos”, y revela que “a pesar de representar el 79 % de la población mundial, los países del Sur global sólo cuentan con el 31 % de la riqueza global”.
La organización internacional denunció que “los esfuerzos globales para responder a los mayores desafíos del planeta, como la crisis climática o los niveles persistentes de pobreza y desigualdad, están siendo amenazados por la concentración de poder en manos de los ultrarricos y las megaempresas”.
El director ejecutivo de Oxfam, Amitabh Behar, basándose en estos datos, hizo una caracterización de la situación del mundo y de la ONU: «La sombra de la oligarquía mundial se cierne sobre la Asamblea General de las Naciones Unidas. Los ultrarricos y las megaempresas que ellos controlan están conformando las reglas del juego a su favor, a costa del resto de la población. Las Naciones Unidas están perdiendo capacidad de acción frente al poder creciente de los milmillonarios”.
El informe, presentado este 26 de setiembre, se constituye en una caracterización de lo que es hoy el capitalismo.
La oligarquía mundial y su peso
En el informe se describe cómo se está produciendo una «intensificación del peso de una oligarquía global», los mil millonarios unen al poder de su dinero el que consiguen al estar al frente de megaempresas con un enorme poder de mercado y de esa manera acrecientan su influencia “en la toma de decisiones políticas y las reglas del juego”.
Oxfam agregó más datos que grafican esta consolidación y fortalecimiento de una oligarquía mundial con creciente poder. El informe establece que el 1 % más rico de la población mundial “posee el 43 % de todos los activos financieros globales”.
Esa concentración de poder de mercado y de dinero se extiende a otros campos, dos multinacionales poseen el 40 % del mercado mundial de semillas, ostentando de esa forma un enorme control sobre la producción de alimentos, la producción agrícola y hasta sobre las políticas prácticas medioambientales en el mundo entero.
Un dato más, “las “tres grandes” gestoras de fondos estadounidenses (BlackRock, State Street y Vanguard) gestionan 20 billones de dólares en activos, cerca de una quinta parte de todos los activos de inversión en todo el mundo”.
Behar, el director de Oxfam, señaló que «aunque el mantra es que la rivalidad entre grandes potencias es el mayor factor que socava el multilateralismo, la realidad es que la desigualdad extrema juega un papel clave. En los últimos años, los ultrarricos y las empresas con mayor poder han utilizado su enorme influencia para frenar los esfuerzos para resolver los principales problemas del planeta, como la lucha contra la evasión y la elusión fiscal, asegurar que las vacunas contra la COVID-19 sean accesibles para todas las personas, o cancelar las deudas insostenibles de los países del Sur global».
La organización internacional presentó en su informe tres ejemplos de “cómo se está llevando a la práctica este abuso de poder minando los avances multilaterales”.
El primero es la presión de los países ricos y las megaempresas para minar los esfuerzos de la construcción de una fiscalidad internacional más justa. Según Oxfam: “Las grandes corporaciones quebrantan la cooperación en fiscalidad internacional. El marco inclusivo del Plan de acción contra la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios del G20/OECD (BEPS, por sus siglas en inglés) se ha quedado corto, muy lejos de alcanzar su potencial y de lograr los impactos esperados. El nuevo estándar para la reasignación de derechos tributarios apenas generará recursos adicionales para los países de renta baja, entorno al 0,026 % de su PIB. La exclusión de los servicios financieros del nuevo paquete de medidas de BEPS es sin duda el resultado de las presiones de los países con grandes industrias bancarias y financieras. Para generar un contrapeso a estas negociaciones, los países del Sur global, liderados por el grupo africano, han logrado que se abra paso la negociación de una Convención Marco en la ONU sobre fiscalidad internacional. Este avance histórico, junto con el liderazgo de Brasil en el G20, son una señal de esperanza hacia la recuperación de una mayor equidad en el diseño internacional y una tributación más justa de los ultrarricos y las grandes corporaciones”.
El segundo ejemplo es como las grandes empresas farmacéuticas “se resisten frente a los intentos por desmontar los monopolios sobre las tecnologías de vacunas”. “El poder monopolístico de la producción de vacunas fue muy rentable durante la pandemia. Tan solo en 2021, los siete mayores fabricantes tuvieron unos beneficios netos de aproximadamente 50 000 millones de dólares con la venta de vacunas contra la Covid-19, lo que se tradujo en cuantiosos dividendos para sus ricos accionistas y en la aparición de nuevos milmillonarios. El director general de Pfizer, Albert Bourla, calificó el llamamiento a compartir las tecnologías de vacunas Covid-19 como «un sinsentido total». Asimismo, la falta de distribución equitativa de las vacunas contribuyó a un exceso de hasta 1,3 millones de muertes en todo el mundo. Es prometedor ver que se está considerando un nuevo tratado sobre pandemias con disposiciones estrictas para suspender las patentes y facilitar que se compartan los avances tecnológicos”, afirmó Oxfam.
El tercer ejemplo es que “los acreedores privados agravan la crisis de deuda mundial”. Según el informe “los países de renta baja destinan casi el 40 % de sus presupuestos anuales al servicio de la deuda, lo que supone un 60 % más de lo que destinan de manera conjunta al gasto en educación, salud y protección social. Más de la mitad de la deuda externa de los países de renta media y baja se debe a prestamistas privados como bancos o fondos de inversión libre (hedge funds). Algunos de estos acreedores son “fondos buitre”, que compran deuda en contextos de sobreendeudamiento a bajo precio, y explotan mecanismos legales para recibir el pago en su totalidad, cosechando enormes beneficios a costo de los países”.
«Sólo un multilateralismo basado en la equidad y justicia puede revertir la intensificación del poder de una oligarquía global. Algunos líderes mundiales están demostrando ser conscientes de ello y han incrementado sus esfuerzos contra la desigualdad. Pero tienen que ser más y con mayor fuerza», afirmó Behar.
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Moneda dolares estadounidenses. Foto: Javier Calvelo/ adhocFOTOS.