El derecho a ser y vivir

Paola Beltrán

En el marco del Mes de la Diversidad EL POPULAR en Radio entrevistó a la Lic. Josefina González, militante social y política, para evaluar lo que ha sido esta etapa de gobierno de la coalición de derecha en relación a los derechos vinculados a la diversidad y los desafíos que se avecinan. 

Los años de retroceso

Venimos de un proceso complejo en cuanto a estos temas específicos porque en el gobierno actual de coalición no es parte de su agenda esta temática y estos derechos. Creo que hay que entender eso, primero que nada, por eso también hubo una falta enorme en esta gestión de gobierno de posicionamiento político público en cuanto a estas temáticas; también hubo una falta enorme de profundización en las políticas públicas, en la debida implementación de la normativa vigente y todo eso se evidencia en cómo sucede esto. Recae sobre los cuerpos que sabemos son los más vulnerados y afecta directamente a las personas que estaban contempladas a través de estas políticas y normativas vigentes.

Sobre todo en materia de trabajo hay una gran falta de la implementación de cupo laboral trans, en materia de salud los servicios han cerrado, no han crecido ni se han expandido como sí sucedió en la gestión anterior, sino que han cerrado servicios de salud en cuanto a los tratamiento trans específicos o aquellos que atendían a la población de la diversidad, que no es una población diferente al resto de la población y eso también hay que dejarlo en claro, sino que tiene determinadas cuestiones particulares de atención de salud que no cualquier médico o cualquier profesional tiene la formación sino que necesita una formación específica en tema de derechos humanos, sensibilidad, en atención específica a problemáticas y a cuestiones de violencias y a cómo impactan en los cuerpos y sobre todos los tratamientos que tienen que ver con la hormonización, no cualquier médico, incluso las personas especializadas en ese tema no saben cómo tratar, muchas veces, a la gente de las disidencias y tienen que hacer formaciones específicas. 

Lo vemos en la agenda pública, en los discursos, es observable que no hay una posición ni alguien del gobierno que salga a hablar públicamente o coloque estos temas en la agenda desde el lugar que corresponde, desde el gobierno, desde la gestión pública, sino que cada setiembre hace como una rendición de cuentas, pero durante el año no se observa una cuestión de posicionamiento público. 

El presidente y otros nunca han hablado públicamente de este tema porque se entiende y es evidente que no es parte de su agenda. 

El avance de la organización

Algo que siempre sucede, por suerte, en contextos de estas características, cuando hay un retroceso o cuando hay algún obstáculo o intenciones o intereses políticos que hace que los derechos no se implementen es que el movimiento social se ve fortalecido. Es una realidad, sucede en nuestro hermano país Argentina en donde viven un terrible retroceso también, pero con políticas muy represivas y la gente se organiza y fortalece porque en realidad cuando la represión y el ataque es tan brutal o cuando es evidente el retroceso, a la gente le quedan pocas opciones y sale a luchar por sus derechos sean cuales fueren los derechos. 

En este caso las disidencias, la diversidad, conjuntamente con una alianza política que se construyó hace muchos años en este país, con los feminismos y con los feminismos contemporáneos, sobre todo, se han sabido organizar y se han visto fortalecidos en estos procesos de disputar sentidos, de instalar la temática, de generar encuentro. 

Venimos de momentos donde ha habido encuentros que siempre hacen crecer y fortalecer al movimiento porque es una instancia de intercambio y de puesta a punto y de revisión profunda de los lugares y de lo que queremos y precisamos y de lo que hemos venido construyendo. Porque el movimiento social no tiene solo la tarea de señalar y denunciar, sino que una de sus grandes tareas también es proponer y facilitar determinadas cuestiones que tienen que ver con la experiencia vivida, que no la tienen muchas personas que están en cargos políticos. No tienen esa experiencia vivida, ni ese acumulado, ni ese conocimiento que quien lo aporta siempre es la gente del movimiento social. 

De lo social a lo partidario

Michelle Suarez fue la primera Senadora trans de Uruguay, fue una de las redactoras de la Ley de matrimonio igualitario. Josefina ocupa el segundo lugar en la lista para la Cámara de Diputados por la lista 77. ¿Qué relevancia tiene ocupar esos espacios?

El proceso de Michelle fue un proceso tristísimo, pero también fue una voz muy necesaria la de ella. En un momento y en un contexto particular y determinado fue una voz que fue profundamente necesaria. Fue la primera que llegaba al Parlamento y más allá de lo que sucedió hay que entender que era una persona vulnerable, más allá de que no se percibía de esa manera, era una identidad travesti trans, por ende, tenía sus vulnerabilidades y creo que en el proceso de ocupar ese lugar eso se fue evidenciando cada vez más y después lo que sucedió es la cuestión de la no protección, de no poder sostener el espacio, además de las cuestiones que hizo. 

Pero ¿por qué es importante que nosotras estemos en esos lugares? Bueno, porque ha habido una ausencia histórica de nuestras voces. Tiene que ver con una disputa de sentido, tiene que ver con una disputa de voz política, de experiencia política, de experiencia vivida y transferida a lo político y eso es lo que se evidenció, colocamos e instalamos a través de la campaña por la Ley Trans. 

Aquello de que las voces tenían que ser en primera persona. ¿Qué quiere decir esto? No es eso de que otros no pueden hablar por nosotras, es que tienen que hablar “con” nosotras si van a hablar “de” nosotras o nosotras hablar de nosotras en primera voz. 

Tiene que ver con eso, con esa disputa histórica, con ocupar lugares de poder que no hemos ocupado históricamente, que no hemos estado ahí y creo que es profundamente necesario que esas voces lleguen a esos lugares y que de alguna  manera puedan construir una política y un sentido para la transformación real, cultural, que tiene que ver con que no es que nuestros derechos sean únicos y estén por encima de otras personas, como quieren colocar algunas voces en este país, sino que cuando un colectivo determinado, una comunidad, accede y mejora en calidad de vida y accesibilidad de los derechos, mejora toda la sociedad, porque esas personas salen de la pobreza, de la oscuridad, de las cuestiones de las no accesibilidades; pueden estudiar, pueden trabajar y por ende pueden aportar a este sistema y un largo etc.

Sobre todo, pueden vivir; un derecho mínimo y básico por el que la comunidad travesti trans viene peleando a nivel de toda Latinoamérica desde siempre, desde que fuimos colonizados y colonizadas, esto del derecho a la vida. Y el derecho a ser sin que eso nos perjudique y atente contra nuestras vidas y nuestros derechos. 

Creo que la disputa más grande, cultural, es esa, entender que ningún derecho está por encima de otro, ni que cuando alguien gana en derechos hay que vapulearlo y ponerle la pata encima sino todo lo contrario, hay que aplaudir y celebrar que nuestro país vaya avanzando en ese sentido. 

Foto

Marcha de la Diversidad que este año se realizará el próximo viernes 27 de setiembre. Foto: Nicolás Celaya /adhocFotos.

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