Hay muchas maneras de pararse ante un hecho político, por ejemplo, las elecciones internas del Frente Amplio, cuyo escrutinio acaba de terminar. Una, utilizada muy frecuentemente, es concebirlos como un hecho aislado, que empieza y termina en sí mismo. Otra, menos usada, pero mucho más apegada a la realidad, es pensarlos y mirarlos como parte de un proceso.
Las elecciones internas del Frente Amplio son, en sí mismas, un hecho relevante. Para fundamentar esta afirmación alcanza con decir que las realiza la principal fuerza política del Uruguay, desde hace 22 años y en ellas de elige, democráticamente, por voto secreto, todas las instancias de dirección de esta.
Pero su importancia se comprenda aún más si se las mira y se las analiza como parte de todo el proceso político de la izquierda y del Uruguay, si se las inscribe en la dialéctica de la lucha de clases.
El año que pasó fue muy especial para el Frente Amplio: fue el año de su 50 aniversario. Han pasado tantas cosas en el 2021, pandemia y restauración conservadora de por medio, que ese hecho enormemente simbólico pasa, hasta cierto punto, desapercibido.
Medio siglo de vida y de lucha que ha transformado el Uruguay, desde la acción de sus gobiernos nacionales, departamentales y municipales, sí, pero fundamentalmente desde la acción política para darle a los sectores populares otro peso en la vida nacional.
Hablamos del Frente Amplio que a dos años de nacer tuvo que enfrentar el golpe de Estado y 11 años de dictadura fascista uno de cuyos objetivos fue destruirlo.
Ese Frente Amplio cumplió el año pasado medio siglo de vida. El 2021 tenía para el Frente Amplio varios desafíos, todos importantes. Estar a la altura de las luchas de nuestro pueblo para enfrentar la restauración conservadora y su ajuste neoliberal, que trajo más hambre, más pobreza, más desigualdad y menos libertad, por ello menos democracia. Culminar el proceso de autocrítica sobre las razones, errores e insuficiencias que condujeron a la derrota electoral de 2019. Como parte de ese proceso de autocritica y para enfrentar el primer desafío que señalábamos, reconstruir la relación con las organizaciones sociales y con sectores de nuestro pueblo que se habían distanciado del FA. Construir una síntesis unitaria en su Congreso y en las elecciones para renovar todas sus direcciones.
El Frente Amplio hizo autocrítica práctica, la que más vale, en el año que pasó ha estado, con sus tres gobiernos departamentales, Montevideo, Canelones y Salto, y sus 26 gobiernos municipales, con su bancada parlamentaria, y sobre todo con su militancia y su acción política permanente, al lado de las luchas de nuestro pueblo. Apoyando las ollas populares, rodeando los conflictos sindicales, en la lucha por verdad y justicia, en las movilizaciones feministas, en las luchas estudiantiles.
Enfrentando la restauración conservadora, denunciando sus efectos y aportando a construir alternativas populares.
La dimensión más importante, la que sintetizó todas esas luchas, fue la campaña para lograr las 800 mil firmas que habilitaran el referéndum para anular 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración. En esa campaña el Frente Amplio participó del mayor espacio de unidad, político y social, construido en los últimos tiempos. Su militancia, en todo el país, jugó un papel fundamental, junto a la militancia del movimiento popular, para concretar esa hazaña democrática en medio de la pandemia.
Es cierto que las clases dominantes, con el gobierno que ejerce su fracción más conservadora, hegemonizada socialmente por los sectores del agronegocio y el capital financiero y políticamente por el Herrerismo, han rebajado salarios y jubilaciones, aumentado el impuesto al consumo de los trabajadores, bajando los impuestos a los ricos, recortando el presupuesto para salud, educación, vivienda y políticas sociales, generado 100 mil pobres más y, a la vez, elevando las ganancias de los “malla oro”, recuperando las 35 empresas más grandes sus niveles pre pandemia y aumentando los depósitos bancarios, en nuestro país y en el exterior, en más de 5 mil millones de dólares.
Pero no es menos cierto que la respuesta popular ha estado a la altura. Con la movilización gigante del 8 de marzo, uno de los 1° de mayo más grandes realizados, dos paros generales de enorme convocatoria, un 20 de mayo enorme, movilizaciones sindicales, la denuncia de las privatizaciones y la entrega del puerto y los triunfos populares en las elecciones del SMU, la Enseñanza y el BPS.
Y es en esa dimensión, la del fortalecimiento del bloque político y social, democrático y radical de los cambios, que hay que ver las elecciones internas del Frente Amplio.
Las elecciones son una nueva victoria para el movimiento popular. La fuerza que quiere y debe ser la expresión política del bloque de los cambios sale fortalecida de ellas y al hacerlo fortalece a todo el movimiento popular.
En primer lugar, luego de un año de intensas luchas, casi sin tiempo de hacer campaña, el Frente Amplio crece, alcanza 130 mil votos lo que ya de por sí es un gran logro, pero, además, esto es un 40% más que en las internas de 2016 y esta votación rompe la tendencia decreciente que se mostraba en las elecciones internas frenteamplistas desde el 2012 a la fecha.
En la votación general hay crecimientos muy importantes en algunos departamentos como Durazno, Canelones, Salto, Montevideo y Flores. Crece el peso y participación en la votación del FA de los tres departamentos con gobiernos frenteamplistas, Montevideo, Canelones y Salto. Hay, en la votación general, una recuperación y crecimiento en todo el interior del país, salvo tres departamentos. Se da un crecimiento en todos los barrios de Montevideo, en particular en la periferia y las zonas más populares.
Fernando Pereira es el presidente más votado desde que hay disputa interna, tanto en votos como en porcentaje. Pereira logra 88.959 votos, 67.2% de los votos generales y 81.55% de los votos a candidatos, esto supera con creces lo que obtuvieron Mónica Xavier en el 2012 y Javier Miranda en el 2016. Esto muestra que el amplio consenso y respaldo que generó la candidatura de Pereira fue ratificado, con creces, por la militancia en las urnas.
Se registran votaciones muy importantes a los delegados de base tanto al Plenario Nacional, como a los Plenarios Departamentales.
Un hecho político de singular importancia es que, demostrando el avance en la participación de las compañeras, 13 departamentales de 19 serán presididas por mujeres.
Otra noticia trascendente del resultado de la elección interna es que, entre los sectores, la 1001 vuelve a ser la primera lista del Frente Amplio.
La votación de la 1001 es realmente formidable, en todo el país, duplica la votación de 2016. Hace cinco años, la 1001 fue segunda lista, había tenido 10.522 votos, un 15.73%. En esta elección logró 22.798 votos, 12.276 votos más que en 2016, eso implica un 22.98% de los votos.
Especial relevancia tienen, por su peso, los triunfos en Montevideo y Canelones; además logra votaciones muy importantes en Maldonado y Salto y extraordinarios crecimientos en Durazno, más de 10 veces y en Flores, más de 5 veces.
Pero el resultado es muy importante en todo el país, la 1001 duplica o más la votación en 11 departamentos.
Esta gran votación le permite tener la delegación mayor como sector, tanto en el Plenario Nacional como en la Mesa Política, 20 y 4 representantes respectivamente.
En términos generales la 1001 gana 3 departamentos: Montevideo, Canelones y Durazno, más Argentina y Madrid, donde es primera lista. Es 2° en 9 departamentos: Colonia, Flores, Río Negro, Rocha, Salto, San José, Soriano, Tacuarembó y Treinta y Tres, más el resto del Exterior. Es 3° en 6 departamentos: en Cerro Largo, Florida, Lavalleja, Maldonado, Paysandú y Rivera. Es 4° en un departamento: Artigas.
Esta votación, para una lista con la historia de la 1001, que precedió a la fundación del Frente Amplio como experiencia de la unidad sin exclusiones, y con su presente, no implica otra cosa que mayor responsabilidad con la unidad y el desarrollo del Frente Amplio, como expresión política de la unidad del pueblo.
En este 2022 el pueblo uruguayo tiene muchas luchas que librar, todas importantes, pero la que las sintetiza a todas es el referéndum para anular los 135 artículos de la LUC. El gran objetivo es lograr un triunfo del SI rosado el 27 de marzo.
El Frente Amplio salió fortalecido de las elecciones internas para aportar mejor a esa lucha central de todo nuestro pueblo.
Ahora en unidad, a construir, con todas y todos, los que fueron electos y los que no, más unidad, más perspectiva, más y mejor Frente Amplio.